Críticas
Cocinando al poder
La cocinera del presidente
Les saveurs du palais. Christian Vincent. Francia, 2012.
El conocido productor Etienne Comar leyó en el periódico francés Le Monde un artículo sobre Denièle Delpeuch, la única cocinera mujer que durante dos años se encargó de las comidas del presidente francés, François Miterrand, en el mismo Palacio del Elíseo. Cautivado por la historia, “porque no se trataba de un gran cocinero o de un restaurador, sino de una mujer, de una cocinera sencilla y auténtica”, decidió escribir y producir La cocinera del presidente. Para sacar el proyecto adelante, pensó en el director Christian Vincent, que a pesar de no ser muy reconocido internacionalmente, fue ganador del Premio Cesar en 1991 por La discreta.
Catherine Font, a quien podemos recordar por su papel en Odette, una comedia sobre la felicidad (Odette Tolemounde, Eric-Emmanuel Schmitt, 2007), interpreta el papel de Hortense Laborie, una cocinera del Périgord, una provincia al suroeste de Francia, quien ha sido llamada por el mismísimo presidente de la República para ser nombrada su chef particular. Hortense deberá encargarse de todas las comidas privadas del mandatario y sus ilustres invitados en el Palacio del Elíseo. De esta manera, la chef se ve involuntariamente involucrada en el mundo machista de la cocina, un verdadero campo de batalla lleno de celos, jerarquías y envidias. Desde su llegada, Hortense deberá demostrar, plato a plato, su genialidad y fuerte personalidad; y no solo ante el presidente, sino también ante todos los hombres de la cocina que, sin disimularlo, la miran con desaprobación. En la última escena que comparten el presidente y la cocinera, el mandatario hace una visita nocturna a Hortense en su cocina. Ella le prepara una tentadora tostada bañada en mantequilla con pedazos de trufas negras, que habían llegado esa misma mañana desde Périgord. Sin mayor diálogo entre ambos, el presidente se dirige a Hortense, diciéndole: “Es la adversidad lo que me mantiene parado”. Un momento de complicidad máxima entre dos personajes que saben que, en el tope de sus carreras, sus vidas se han vuelto miserables; pero que también saben que comparten la pasión por lo que hacen. La envidia del resto solo les resulta un halago.
El nombre original del film, es Les Saveurs du Palais, que se puede traducir como “los sabores del palacio” o como “los sabores del paladar”, y es justamente con ese título que se puede resumir la esencia del film. Por un lado nos presenta los sabores reales que el presidente busca entre tanto protocolo, y por otro, los sabores de una gastronomía francesa, exquisita por excelencia.
La cocinera del presidente nos presenta el pasado y el presente de Hortense. Por medio de flashbacks, vemos dos aspectos muy distintos en su vida. Actualmente, Hortense se encuentra en una base en la Antártida, cocinando para sesenta hombres que trabajan en aquellas frías tierras; en el pasado, se encuentra en los elegantes pasillos y salones de la sede de la presidencia francesa. A pesar del evidente contraste entre ambos mundos, la pasión de Hortense se mantiene intacta, la fuerza y la devoción con la que cocina es igual para con los trabajadores como para con el presidente. Para ella no hay diferencias, lo único que importa es que quien sea que pruebe su comida se lleve el mejor de los gustos, y nosotros los espectadores nos llevamos el nuestro, ya que en la mayor parte del metraje, nos vemos deleitados por recetas, sabores y olores que traspasan la pantalla. Con primerísimos primeros planos vemos las trufas, las ostras de Bretaña, el repollo relleno de salmón de Escocia, el foie gras, la tarta Saint Honoré…, dignos del mejor porn food, para que las imágenes difícilmente se borren de nuestra cabeza y paladar.
A pesar de que la película no profundiza en uno de los aspectos más interesantes del film, la relación entre el presidente y la chef, podemos ver una tierna amistad que va progresando a lo largo de sus pocos encuentros. Desde un principio, la preocupación máxima de Hortense es poder tener un encuentro con el jefe de Estado, ya que le han indicado cómo debe realizar su trabajo, pero no lo que ella realmente necesita saber, los sabores que prefiere el presidente. En su primer encuentro, el mandatario le aclara que si cocina la comida de su abuela, él estaría satisfecho. Así Hortense, se vuelve una cierta Juana de Arco en la cocina, lucha contra el staff del palacio y contra los nutricionistas del presidente para lograr satisfacer a su única autoridad. El mandatario se ve deleitado con los sabores tradicionales de Hortense, manifiesta revivir momentos de su infancia; y nosotros, los espectadores, vemos el lado más humano de la política, a un hombre poderoso satisfecho con la comida del pueblo.
Trailer:
Ficha técnica:
La cocinera del presidente (Les saveurs du palais), Francia, 2012.Dirección: Christian Vincent
Guion: Etienne Comar, Christian Vincent
Producción: Etienne Comar, Philippe Rousselet
Fotografía: Laurent Dailland
Música: Jean-Pierre Arquié
Reparto: Catherine Frot, Jean d'Ormesson, Hippolyte Girardot
Mientras mas películas, series e historias se cuentan y se hacen relacionados con la comida, mas apasionada me he vuelto al cocinar! Buscare hoy mismo esta pelìcula!
Muy estimada DENISE HERDOIZA REYES, ¿quizás el compositor de esta BSO no sea Gabriel Yared?
Saludos y enhorabuena por transmitir sus inquietudes por este magnífico mundo del celuloide.