La hija de Michael Mann, Ami Canaan Mann, debuta en la dirección, bajo producción de su progenitor, y adentrándose en el mismo territorio fílmico, ergo en las lindes del thriller criminal, para plasmarnos la historia de dos detectives que van a la caza de un psicópata que va matando jovencitas.

Nuestro primer día lo hemos constituido como una jornada de géneros "oscuros". La primera en abrir el fuego es un ejemplo más de lo que bien podríamos llamar "fuga de cerebros": directores que triunfan fuera de nuestras fronteras, consagrándose a través de su acercamiento al cine fantástico.

Finalizamos las entregas de reseñas de la edición de este año de FIRE con buen sabor de boca. La robe du soir centra todos sus esfuerzos en reflejar, con atinada verosimilitud y extrema sensibilidad, las dinámicas internas del deseo, todo un proceso alquímico carente de articulación 

Frente a la tibieza ideológica de la mayoría de propuestas de ficción vistas en FIRE, los documentales suplen la carencia de contenidos políticos más explícitos, a través de los diversos escenarios creativos que son mostrados. Tatiana Issa y Raphael Alvarez realizan una obra de no ficción, en clave exultante y apasionada, que cuenta con una inevitable coda nostálgica, de la trayectoria artística y personal de la compañía teatral brasileña, Dzi Croquettes, forjada en los años setenta y extinguida en la década posterior.

Tenía que pasar. No hay festival o muestra que se precie, sin que puedas escapar de ver una cinta que suponga todo un suplicio. El dudoso honor de la edición de este año de FIRE lo ostenta Gigola, a la que al menos le reconoceré el mérito de desconcertarme como pocas. Porque mientras la veía me sentía como un juez entre un fiscal abusón y un defensor desbordado.