Críticas
Falling Slowly
The Swell Season
Nick August-Perna, Chris Dapkins, Carlo Mirabella-Davis. EUA-República Checa-Irlanda, 2011.
Hace más de seis años, Glen Hansard y Marketa Irglova participaron en la realización de un largometraje de bajo presupuesto (Once 2006) para el que compusieron música original de lo que era su casi recién conformado grupo: The Swell Season. Al final, no sólo hicieron la música, sino que protagonizaron la cinta y se llevaron bajo el brazo un premio de la Academia por su canción Falling Slowly, junto con otra lista de nominaciones y reconocimientos internacionales.
Tras la catapulta de éxito que fue el Oscar, comenzaron giras internacionales con conciertos a reventar, grabación de álbumes, firmas de autógrafos, fotografías y una vida difícil de sobrellevar, más para una chica de diecinueve años como lo era Irglova en ese momento. Así, lo que empezó como una aventura musical para ambos intérpretes se transformó en un romance inevitable, pero se fue minando a lo largo de los prácticamente dos años que duró la gira.
Los tres directores de este documental siguieron y capturaron a la pareja durante los veinticuatro meses de su vuelta al mundo, y fueron testigos no sólo de su profundo cariño, sino de todas las complejidades de su relación, sus personalidades y frustraciones, sus relaciones familiares, vínculos afectivos y su particular forma de ver la vida, entregando así una película sincera, íntima y sin pretenciones.
La falta de pretención no es una falla, sino -por el contrario- un acierto al momento de realizar el montaje de este trabajo. Esto no quiere decir que la cinta carezca de profundidad y sustancia, sino que busca mostrar un fragmento de la vida de ambos músicos, y eso queda perfectamente establecido, ya que no hay nada mucho más allá de lo que realmente es: su vida.
Esto va en consonancia con la sencillez y naturalidad de Once, al punto en el que pareciera que The Swell Season es una continuación de la ficción creada años antes, convirtiéndose en una segunda parte en la que la pareja ha encontrado el rumbo de sus vidas y ha decidido seguirlo, sólo que en el amargo matiz de la monocromía, en vez de la imagen coloreada por la tierra irlandesa que es testigo de sus primeros encuentros.
Sin embargo, no sólo su relación romántica es revisada en la película, también hay un acercamiento a su pasado y a sus respectivas familias, mucho más explorada desde la perspectiva de Hansard, quien no sólo tiene más peso en este documento, sino en general en todo lo que le rodea: su edad, sus capacidades vocales, su poder de decisión, su determinación; todo siempre en contrapeso con la volatilidad y vulnerabilidad de una Irglova contenida, confundida, inocente y compleja.
Otro gran acierto en la realización es el foco que se le ha dado a su música. Si bien en este género de documentales siempre es punto clave la recopilación de material de stock de presentaciones, en esta película es mucho más tangible y plausible la calidad de la grabación de más de una docena de canciones interpretadas en vivo, llenas de emociones, tomadas desde los ángulos más inesperados, que le permiten al espectador la posibilidad de experimentar el más descarado vouyerismo y al mismo tiempo, mirar desde lugares únicos, cada una de las canciones.
Dos personalidades opuestas, en momentos de vida muy distintos, tan diferentes y, a la vez, capaces de crear con sencillez y fuerza, sólo pueden ser retratados en la duplicidad del blanco y negro, donde la luz los representa como antónimos y, al mismo tiempo, como complementos para la formación de brillos y sombras. Se produce entonces un sentido visual y sonoro, una atmósfera sin distracciones, que no es perturbada por una búsqueda de colores emotivos, sino que mantiene al espectador concentrado y ajeno, pero incapaz de evitar el nudo en la garganta ante la impotencia de ver cómo se derrumban, nota a nota.
El largo camino recorrido durante la gira es una metáfora del trayecto que la pareja de amantes, predestinados a encontrarse en esta vida, han tenido que enfrentar desde su nacimiento hasta el ocaso. Nada más aterrador que consolidar y madurar una relación en medio de la inestabilidad de la carretera, la presión del escenario y el fanatismo del público sediento de emociones.
Una historia de amor que parece creada por un inteligente productor cinematográfico, que habría logrado colocar en el lugar preciso cada hilo para atraer la atención de millones de personas alrededor del mundo. Sin embargo, no es el resultado de una mente maquiavélica, sino del destino y las decisiones. Así, años después, The Swell Season ha desaparecido y ahora Glen y Marketa continúan sus carreras sólo con el recuerdo de las notas producidas en comunión.
Así como cayeron lentamente uno por el otro, así cayeron lentamente sus sentimientos hasta nublarse ante la inevitable realidad de las diferencias. Su amor tal vez ya no sea romántico, pero la prueba de su genialidad se perpetúa en cada nota de su música, y en los testigos audiovisuales que tienen las huellas de su personalidad.
Tráiler:
Ficha técnica:
The Swell Season , EUA-República Checa-Irlanda, 2011.Dirección: Nick August-Perna, Chris Dapkins, Carlo Mirabella-Davis
Producción: Carlo Mirabella-Davis
Fotografía: Chris Dapkins
Música: Glen Hansard y Market Irglova
Reparto: Glen Hansard y Market Irglova