Reseñas de festivales
Camille Claudel, 1915
La reciente obra de Bruno Dumont es una adaptación libre, basada en la correspondencia que intercambió Camille Claudel con su hermano, el escritor Paul Claudel, y en archivos del hospital psiquiátrico, en el cual Camille pasó los últimos treinta años de su vida.
Está ambientada en 1915, dos años después de su internación. Es conocido que la famosa escultora no tuvo una vida feliz, fue amante de Auguste Rodin durante casi quince años y su romance terminó de forma muy dolorosa. Pero el periodo elegido por Dumont es, sin duda, el más triste de la artista. Claudel sufre delirios de persecución y tiene exabruptos de tristeza, pero razona de una forma muy clara y no comprende por qué está recluida en un asilo psiquiátrico. Las razones de su hermano, en tiempos de guerra, están justificadas para brindarle protección. Al finalizar la guerra, a pesar que los médicos habían afirmado que Camille ya estaba en condiciones de dejar el hospital, su familia la abandonó hasta sus últimos días.
Dumont fue muy osado en decidir trabajar con mujeres mentalmente discapacitadas para interpretar a las pacientes. Abundan los primerísimos primeros planos de las enfermas, que nos parten el corazón, pero también nos permiten entrar de lleno en los sentimientos de Camille. Ella siente compasión, tristeza y ternura por sus compañeras, pero también rechazo y agobio ante esos seres irracionales que gritan, babean y se exasperan.
Los planos extremadamente cercanos también están sobre Camille; una vez más, Juliette Binoche se consagra como una de las mejores actrices de estos tiempos. Las conversaciones que la artista mantiene con su hermano, o con el médico del hospital, devienen en monólogos, en los cuáles la cámara se acerca poco a poco, permitiendo que nos sumerjamos por completo en la psiquis del personaje. Camille sufre y nosotros con ella, pareciera que sentimos su aliento en los sollozos y la indignación ante la injusticia que está viviendo.
Fue una sorpresa que este excelente film no se haya llevado ningún premio en la Berlinale 2013. El Oso de Plata a la mejor actriz fue para Paulina García por Gloria (Sebastián Lello, 2012), y le encuentro sentido a que el festival prefiera premiar a actrices con una trayectoria no tan abismalmente grande como la de la Binoche.