Críticas
Es dulce morir en el mar
Leviathan
Lucien Castaing-Taylor y Verena Paravel. Francia / Reino Unido / EUA, 2012.
Filmado en un tenebroso confín marítimo, probablemente situado entre Escila y Caribdis, Leviathan es un extraordinario trabajo que exige activa participación por parte del espectador, a quien convierte en otro tripulante de la pequeña embarcación que surca las embravecidas aguas del Atlántico Norte, barca de Caronte que encandila en medio de la oscuridad y se abre paso en medio del abismo en el que parecen verse envueltos sus temerarios trabajadores, los pescadores de Nueva Inglaterra, el mismo lugar donde Herman Melville tomó la decisión de ambientar su legendario Moby Dick siglos atrás.
En Leviathan hay imágenes que brotan no desde el ánimo contemplativo, sino desde la más pura interacción física con el entorno, lo que no las priva de alcanzar una belleza habitualmente perseguida por muchos documentalistas especializados en el registro de la naturaleza. Pero esas imágenes emergen desde la abstracción, derivando en una belleza de otro tipo, mucho más violenta, hipnótica y radical, que no se nos presenta tan amablemente ante nuestros ojos: belleza que nos es vedada, escatimada, sustraída de nuestra mirada por la inestabilidad de la cámara, montada sobre el cuerpo de los propios pescadores. Parecieran recordarnos el precio a pagar por ejercer el don de la mirada, como si la contemplación fuera un atributo que recompensa solo a los temerarios, sobre todo a aquellos que empuñan una cámara. Así es como el documental gana en audacia, cobra vuelo propio, subvierte las reglas habituales del registro privilegiado de la naturaleza.
Hay poco de exaltación proletaria, prácticamente nada de denuncia ecologista y menos de regodeo en proezas formales por parte de los realizadores. Tampoco se busca la complicidad de los pescadores con la cámara ni se apela al diálogo o a algún tipo de intervención narrativa de carácter informativo o didáctico. La faena de los pescadores se exhibe desde la incomodidad propia del entorno físico, bajo la lluvia y con el continuo vaivén del casco de la embarcación, sin lugar para la admiración o el paternalismo condescendiente. Del mismo modo se procede al mostrar la búsqueda de almejas entre montones de basura y chatarra drenadas de las profundidades del océano, o el chorro de sangre con tripas que se devuelve hacia el mar desde el barco una vez que se procedió a destripar a los peces. En este contexto, una lata de cerveza abollada en medio del cardumen resalta tanto como un cangrejo extraviado en medio de las almejas. E intersticios donde la ficción pide permiso, como aquel donde una gaviota hace su aparición bajo la lluvia, seguida con una proximidad digna del más enigmático serial killer salido de un thriller, filibustero predador en busca de su propio botín. El capitán de la tripulación se duerme frente al televisor encendido en su camarote, con la boca entreabierta y la mirada perdida (la toma original duraba 27 minutos, explicaba una de las realizadoras del documental al final de la función, litigio creativo que sostuvo con su colega Castaing-Taylor y del que, afortunadamente para nosotros, ella resultó victoriosa, pero que revela el carácter nada concesivo de la empresa). Pero el plano que mejor resume toda la búsqueda de Leviathan es aquel donde el mar queda situado en el margen superior del encuadre y el vuelo de las gaviotas, luciérnagas marítimas en medio de la oscuridad, se muestra invertido en el margen inferior, el vano intento de una cámara situada dentro de un estanco que emerge una y otra vez desde lo profundo para intentar observar el cielo, el mar y la noche, y tratar de otorgarles el lugar que ocupan habitualmente en la composición de cuadro, mientras la popa del barco disecciona brutalmente las aguas del mar. En ese intento exhaustivo, desesperado -y fallido- por obtener una imagen límpida, clara, reside la mayor de las virtudes de este extraordinario y cinemático documental.
Tráiler:
Ficha técnica:
Leviathan , Francia / Reino Unido / EUA, 2012.Dirección: Lucien Castaing-Taylor y Verena Paravel
Guion: Lucien Castaing-Taylor, Verena Paravel
Fotografía: Lucien Castaing-Taylor, Verena Paravel