Críticas
Hi-Yo, Silver!
El llanero solitario
The Lone Ranger. Gore Verbinski. EUA, 2013.
En su noveno largometraje como director, Gore Verbinski, el realizador de las tres películas iniciales de la saga de Piratas del Caribe (La maldición de la Perla Negra, 2003; El cofre del hombre muerto, 2006; y En el fin del mundo, 2007) ha regresado al western, género al que ya se había acercado, si bien de forma algo heterodoxa, en dos de sus títulos anteriores, la comedia negra The Mexican (2001) y la genial cinta de animación, ganadora del Oscar, Rango (2011), que era, hasta el momento, su anterior trabajo.
En El llanero solitario, Verbinski recupera a un héroe clásico de serial radiofónico, creado por George W. Trendle y desarrollado posteriormente por Fran Striker, cuyas primeras aventuras empezaron a radiarse en la WXYZ de Detroit a partir de 1933, si bien sería una serie de televisión de la cadena ABC la que lo convertiría en estrella entre 1949 y 1957. Ha habido algún intento anterior de llevar a este vaquero enmascarado a la gran pantalla, como La leyenda del Llanero Solitario (The Legend of the Lone Ranger, William A. Fraker, 1981), pero se trataba de propuestas muy modestas frente a esta gran superproducción de Disney, cuyo presupuesto, al parecer, se ha disparado hasta los 250 millones de dólares.
Verbinski, desde luego, no tenía una tarea fácil entre manos, y, aunque ha logrado una película muy espectacular, algunas de cuyas imágenes quedarán para siempre en la memoria, lo que no ha conseguido es dotar de uniformidad al conjunto, ya que El llanero solitario se debate entre varios tonos hasta que, en el momento final, opta por el de aventuras, que es el más indicado si luego se quiere continuar con la franquicia. Ahora bien, la película no empieza siendo un film de aventuras, sino que, durante su primera media hora, es un western clásico casi prototípico, aunque con cierto aire desmitificador, más próximo a Sam Peckinpah o a Sergio Leone que a John Ford. Es más, hacía mucho tiempo que alguien no fotografiaba el Monument Valley de una forma tan espectacular y bella como lo ha hecho Bojan Bazelli, el director de fotografía de Gore Verbinski.
Y es precisamente en este flirteo de El llanero solitario con el western donde surge una pequeña brecha que se va haciendo más grande conforme avanza la cinta. Los villanos de la película se perfilan en esa primera media hora, especialmente el sanguinario Butch Cavendish (William Fichtner), pero los protagonistas, John Reid (Armie Hammer) y Toro (Johnny Depp), no se completan como personajes hasta más adelante, cuando el tono de la película ya no es de western, sino de aventuras. No hay, por tanto, una correspondencia entre héroes y villanos. Tanto Reid como Toro son nobles, ingenuos y, fundamentalmente, incruentos, mientras que sus antagonistas son ambiciosos, muy letales y no tienen piedad, así que no dudan ni un segundo en llevarse por delante las vidas que sean necesarias.
El llanero solitario es puro espectáculo. Toro lleva en todo momento el peso de la película, desde el momento en que lo vemos envejecido en una barraca de feria en San Francisco, en 1933, y le cuenta su historia a un niño (Mason Cook) disfrazado del llanero solitario. Si este largometraje aporta una gran novedad, esa es la importancia que adquiere Toro, que es, no solo el narrador de la historia, sino también el personaje sobre el que recae la fuerza cómica (que comparte, eso sí, con el impagable Silver, un caballo casi tan chiflado como Toro), algo que resulta fundamental en toda película de aventuras. Hay un momento, cuando el jefe indio le dice a John Reid que Toro es una tribu aparte y le cuenta su historia al tiempo que repara su reloj, que se había quedado parado en un momento especialmente traumático de su vida, que salva toda la película y homenajea explícitamente a uno de los grandes westerns de Leone, La muerte tenía un precio (Per qualche dollaro in più, 1965), si bien, por la importancia del ferrocarril en el argumento, El llanero solitario se encuentra mucho más próxima a Hasta que llegó su hora (C’era una volta il West, Sergio Leone, 1968).
Aunque la construcción del ferrocarril sea una de las líneas argumentales (el personaje de Latham Cole, interpretado por Tom Wilkinson, quiere unir las dos costas de EEUU), ver El llanero solitario es como subirse en una montaña rusa. El único problema es que el viaje resulta demasiado largo y no siempre es emocionante. Verbinski ha filmado una buddy movie muy particular, una mezcla entre western, comedia y aventuras, que empieza muy bien y acaba mejor, pero que a veces se pierde en esas dos horas y media de metraje. De todas maneras, vale la pena verla, aunque solo sea por escuchar una vez más, en plena persecución de trenes, la obertura del Guillermo Tell de Giachino Rossini orquestada por el gran Hans Zimmer.
Tráiler:
Ficha técnica:
El llanero solitario (The Lone Ranger), EUA, 2013.Dirección: Gore Verbinski
Guion: Justin Haythe, Ted Elliott y Terry Rossio
Producción: Jerry Bruckheimer, Johnny Depp, Eric Ellenbogen, Ted Elliott, Eric McLeod, Chad Oman, Terry Rossio, Mike Stenson, Gore Verbinski
Fotografía: Bojan Bazelli
Música: Hans Zimmer
Reparto: Johnny Depp, Armie Hammer, Tom Wilkinson, William Fichtner, Barry Pepper, James Badge Dale Ruth Wilson, Helena Bonham Carter, Bryant Prince, Mason Cook, JD Cullum