Críticas
Bösendorfer 290 Imperial
Grand Piano
Eugenio Mira. España, 2013.
En su tercer largometraje como director, el alicantino Eugenio Mira ha optado, por primera vez en su carrera, por un guion ajeno que, no obstante, encaja muy bien con la atmósfera que ha pretendido lograr en sus dos películas anteriores, la prometedora The Birthday (2004), con la que Grand Piano tiene muchos puntos en común, y la infravalorada Agnosia (2010). Mira, que también es compositor y eventualmente ha aparecido como actor en alguna película, es un gran contador de historias, pero, sobre todo, un creador de atmósferas claustrofóbicas y asfixiantes.
Grand Piano parte de una premisa argumental muy atractiva, tanto que consigue desviar la atención del verdadero centro de la película: el pianista más brillante de su generación, Tom Selznick (Elijah Wood), regresa a los escenarios después de haber estado cinco años retirado tras un ataque de agorafobia en plena actuación, pero todo se tuerce cuando, en mitad del concierto, Selznick recibe una amenaza anónima. La sala de conciertos, el Antoine Michelle Hall de Chicago, se convierte en una auténtica trampa mortal para Selznick, en un verdadero hortus conclusus, ya que, salvo dos momentos puntuales, al principio y al final del film, la hora y media de metraje se desarrolla dentro de las paredes del teatro.
Casi todos los críticos han señalado las similitudes entre Grand Piano y El hombre que sabía demasiado (The Man Who Knew Too Much, Alfred Hitchcock, 1934 y 1956), cuyo desenlace tenía lugar precisamente en el Royal Albert Hall de Londres. De hecho, el apellido del protagonista de Mira coincide con el del productor de las primeras películas americanas de Hitchcock. Pero no solo de Hitchcock ha bebido Eugenio Mira, sino también de directores que manejan también el suspense y la intriga como Roman Polanski, Brian De Palma, Steven Spielberg o Robert Zemeckis.
Grand Piano no empieza con el traslado de Selznick al auditorio, sino con el traslado del piano, que permanecía arrumbado en el desván de una enorme mansión que había pertenecido al mentor de Selznick, Patrick Godureaux (Jack Taylor, verdadero actor fetiche de Mira, aunque en este film solo aparece en fotografías y en carteles), el autor de una pieza imposible, La Cinquette, que es precisamente la que provocó la retirada del protagonista de los escenarios. Aquí radica la clave de la película: el protagonista no es Selznick, sino el piano, un flamante Bösendorfer 290 Imperial. Si se tiene esto en cuenta (subrayado por el hecho de que los títulos de crédito muestran las entrañas del piano), las piezas de la intriga encajan mucho mejor.
A partir de un guion de Damien Chazelle, Eugenio Mira imprime su carácter y su particular movimiento de cámara (que recuerda a De Palma, precisamente) a una película que cuenta con una galería de personajes muy limitada, ya que, salvo Selznick y el malvado de turno (John Cusack), todos los demás actúan como meros espectadores, como asistentes a un concierto con un final inesperado. Resulta curioso comprobar cómo el personaje de Cusack funciona a la perfección cuando es solo una voz amenazante en algún lugar ignoto del teatro; en el momento en el que aparece, se desactiva, como si su presencia no estuviera a la altura de su voz.
Aunque hay en Grand Piano una velada reflexión sobre los peligros del éxito, queda desdibujada tras una trama de suspense que logra mantener al espectador en vilo. Así, por ejemplo, la omnipresencia del reloj recuerda a algunos de los directores ya mencionados, pero, sobre todo, a Solo ante el peligro (High Noon, Fred Zinnemann, 1952), porque hay mucho más de western de lo que parece a simple vista en esta tercera película de Mira producida por Adrián Guerra y Rodrigo Cortés. Sin duda, Grand Piano supone un paso adelante en la filmografía de Eugenio Mira y su encuentro con el gran público. Se ha hablado de esta película como una “pieza de cámara”, como un “artificio”, pero es una obra bien hecha, de una factura técnica impecable (atención a la fotografía de Unax Mendía y a la música de Víctor Reyes), que envuelve un thriller prototípico, clásico en el mejor sentido de la palabra.
Premios: Nominada a un Goya (Mejor Maquillaje y Peluquería) y a seis premios Gaudí.
Tráiler:
Ficha técnica:
Grand Piano , España, 2013.Dirección: Eugenio Mira
Guion: Damien Chazelle
Producción: Adrián Guerra, Rodrigo Cortés
Fotografía: Unax Mendía
Música: Víctor Reyes
Reparto: Elijah Wood, John Cusack, Alex Winter, Kerry Bishé, Allen Leech, Tamsin Egerton, Dee Wallace, Mino Mackic
Excelente, orientadora y didáctica exposición.
La película destroza cualquier pretensión artística en un intérprete de música. Se puede tener una conversación de la que depende la vida de tu amada mientras tocas piezas difíciles al piano pues al parecer se trata de un ejercicio mecánico, gimnástico o, como reza el guión, el músico lo que hace es contar como si de un contable de empresa se tratara. El público queda como imbécil pues nunca nota los fallos de ejecución musical. En fin toda una manipulación del hacer musical para hacer una peli de suspense. Hágalo con cocineros, con todos mis respetos, la próxima vez y deje que sigamos apreciando la música como expresión profunda del ser humano.