Críticas
Crueles rituales
La leyenda del samurái (47 Ronin)
47 Ronin. Carl Rinsch. EUA, 2013.
El término samurái es uno de esos vocablos japoneses que hace parte del idioma universal. Se utiliza para referirse a una élite de guerreros del antiguo Japón. Tuvieron su apogeo desde finales del siglo XII, dominando el país por un gobierno militar bajo el mando del shōgun, hasta la institución del shogunato Tokugawa en el siglo XVII y la llamada Restauración Meiji en el siglo XIX cuando el emperador retomó su papel de gobernante poderoso.
En el imaginario que se ha transmitido hasta nosotros, estos guerreros tenían una gran capacidad y entrenamiento y un alto sentido de la lealtad con un código de honor, el Bushidō, que los podía llevar hasta el suicidio ritual, el denominado seppuku, en caso de que hubieran cometido alguna falta grave. La leyenda de los 47 rōnin es una historia de samuráis, una leyenda nacional de Japón, basada en eventos reales que ocurrieron entre 1701 y 1703, directamente relacionada con la aplicación del código de honor Bushidō.
Cuenta la leyenda que un grupo de 47 samurái debieron convertirse en rōnin (samurái sin señor) cuando su daimyō (señor feudal) tuvo que cometer suicidio ritual por haber cometido una falta contra un funcionario importante. Como hubo engaños en este incidente, los rōnin llevaron a cabo planes para vengar a su señor, después de lo cual se entregaron a la justicia, siendo sentenciados ellos mismos a cometer seppuku. Para los japoneses esta es una historia que ejemplariza la lealtad, el honor y el sentido de sacrificio que debe mantenerse en la vida de las personas, todo ello con base en profundas raíces culturales.
La película del director debutante Carl Rinsch, La Leyenda del Samurái (47 Ronin), se refiere precisamente a estos hechos históricos, naturalmente condimentados con las libertades que se toma el cine para tratar estos temas. La mayor de ellas tiene que ver con el personaje protagonizado por Keanu Reeves, quien es el único de los actores del reparto que no tiene aspecto japonés. Para ello se introdujo en la historia a un héroe mestizo, hijo de europeo y japonesa, y una escuela de maestros expertos en artes mágicas y marciales que lo acoge desde niño y lo convierte en un guerrero notable, prácticamente invencible. Es curioso que para contar una historia tan japonesa, el cine quiera apoyarse en un personaje que no deja de ser forastero y diferente. Pero realmente no es de extrañar, dado que al contar con un actor de las calidades y la fama de Reeves, se confiere un mayor sentido (no solamente comercial) a la película. Además, en las historias de honor y de aventuras imposibles, es absolutamente común el arquetipo del extranjero heroico que viene al rescate de un pueblo humillado, aportando estratagemas novedosas y creatividad a la trama. No ha de faltar la presencia de una joven del lugar, bella y enamorada, que se prenda del extraño, aún a riesgo de enfrentarse a los códigos sociales existentes. En verdad, Reeves hace bastante bien su papel, ya que lejos de ser el guerrero soberbio e imponente, da a su personaje un inusual sentido de humildad y de profundidad casi mística, muy al estilo del héroe que personificó en la saga The Matrix.
Vale la pena referirse a los aspectos mágicos de la cinta, que la llevan decididamente al campo de la leyenda. Una malvada bruja, capaz de asumir todo tipo de formas a voluntad, entre ellas de la una mujer bella y siniestra, es presentada como el origen material de toda la trama de conjuras y trampas que dan sentido a los hechos de traición y de engaño de 47 Ronin. Esta bruja es también amante, fiera mitológica y demonio que susurra tentaciones. Hay dos secuencias en que intervienen unas escalofriantes fieras, especie de veloces perros lobos dragones que siembran el desconcierto y la muerte, hasta que se enfrentan al héroe mestizo que las destruye con su hábil espada y su valentía total. Otras secuencias se refieren a la intervención en la historia de una extraña secta de apariencia budista, los maestros del mestizo, seres de enorme poder mental y marcial, que el héroe derrota con cierta facilidad cuando se constituyen en obstáculos en la historia. Siempre será atractiva la magia y los mundos extraños a los cuales se viaja en busca de sabiduría y de poder, pero es de preguntarse si no se está perdiendo valor dramático al introducir estos asuntos mitológicos y mágicos en la narrativa de una leyenda que tiene visos reales, dado que se presenta al personaje central, e inclusive a los guerreros samurái, como seres que responden a los imponderables de la magias negra y blanca, dejando de lado tantos posibles escenarios que podrían justificar la acción desde lo meramente relacional y humano y que seguramente hicieron parte de la historia real. Historia que alcanza su clímax en las escenas de los rituales del suicidio colectivo. En ellas, el grupo de samuráis en desgracia se entrega en forma extremadamente ordenada y limpia, todos vestidos de blanco y al unísono, sentados en posición cuasi-meditacional, al extraño procedimiento. Este resulta bien difícil de digerir y de sincronizar con los hechos de valentía y de sagacidad de este heroico grupo, durante todos los eventos, luchas y episodios que preceden a este instante supremo, que se antoja demasiado inútil y cruel.
Es evidente, por otra parte, que los realizadores han hecho un gran esfuerzo por dar un sentido de autenticidad a la película. Ello se advierte en la presencia total de actores asiáticos en el reparto, en el diseño de los espacios y en el magnífico vestuario. Al final todo ha resultado en una cinta entretenida, que deja una sensación valiosa, pero inquietante, misteriosa y extraña.
Trailer:
Ficha técnica:
La leyenda del samurái (47 Ronin) (47 Ronin), EUA, 2013.Dirección: Carl Rinsch
Guion: Chris Morgan, Hossein Amini
Producción: Pamela Abdy, Eric McLeod
Fotografía: John Mathieson
Música: Ilan Eshkeri
Reparto: Keanu Reeves, Hiroyuki Sanada, Kou Shibasaki, Kou Shibasaki, Tadanobu Asano, Min Tanaka, Jin Akanishi, Masayoshi Haneda, Hiroshi Sogabe, Takato Yonemoto, Hiroshi Yamada, Shu Nakajima, Cary-Hiroyuki Tagawa, Rinko Kikuchi
Me parece un película preciosa y maravillosa. Que demuestra los valores del honor, responsabilidad, amor por la mujer de su vida. Etc.
Si eso sucedió en la realidad..me parece maravilloso.