Reseñas de festivales
Yves Saint Laurent
Como estuvieron de acuerdo el director y los actores en la conferencia de prensa de Berlín, Yves Saint Laurent es una historia de amor. Da la casualidad que en este caso se trata del amor entre dos hombres, pero el film está muy lejos de querer reivindicar la causa gay.
Sería un despropósito decir que es simplemente una historia de amor, porque está adornada de muchas otras genialidades que la convierten en un film excelente.
El director Jalil Lespert, quien también es conocido por su obra actoral (por ejemplo en el rol principal de Recursos humanos – Ressources humaines, Laurent Cantet, 1999) se documentó muy bien para representar la vida del diseñador de moda. Trabajó en todo momento con el asesoramiento de Pierre Bergé (interpretado en el film por Guillaume Gallienne), socio y compañero de Yves Saint Laurent.
Para el vestuario, Lespert contó con modelos originales diseñados por Saint Laurent, y los dibujos y esquemas son en mayor parte verdaderos. Esto, sumado a incontables entrevistas con personas que vivieron junto al genio de la moda, ayudó a montar una representación de época impecable. Los desfiles son momentos claves en la trama y nos dan una idea muy precisa de cómo fue evolucionando la industria de la moda a través del tiempo. También se pueden comprobar los cambios sociales que se dieron desde fines de los años cincuenta hasta entrados los setenta (período que abarca el film), en cuanto a la liberación, las drogas y la homosexualidad.
Basado en la biografía de Laurence Benaïm, Lespert logra un guion en el cual se puede conocer la personalidad, muy tímida y con tendencias depresivas, de este icono de la moda francesa. Quiso mostrar su relación con las mujeres, basada principalmente en la admiración de la belleza. El resultado es una película bien parisina y fashion, pero también clásica y ligera, para lograr aceptación internacional. Los actores fueron elegidos principalmente por el parecido físico a los verdaderos compañeros de Yves Saint Laurent, y en todo caso sus elecciones han sido acertadas.
El film se presentó en Berlín un mes después de haberlo hecho en Francia. La aceptación en el país de origen fue muy buena, y todo indica que sucederá lo mismo en el resto del mundo.