Críticas
La venganza americana
Oldboy
Spike Lee . Estados Unidos, 2013.
Es difícil abordar esta película cuando ya se ha visto la versión original de Chan-wook Park de 2003, porque la comparación resulta inevitable. En este remake del director americano Spike Lee, se revisiona la misma historia pero ubicada diez años después, en 2013, en algún lugar de Estados Unidos.
A Joe Doucett (Josh Brolin) lo mantienen en cautiverio (secuestrado en un cuarto) durante veinte años, en los cuales le alimentan todos los días con la misma comida, y su único contacto con el mundo exterior es una televisión (intervenida) y una ventana que tiene una fotografía que cambia según el día o la noche. Tras mucho tiempo, Doucett comienza a entrenar para vengarse, y así pasa más de diez años, hasta que un día lo dejan libre sin explicación alguna, con un teléfono móvil y una cartera llena de dinero.
Contar más sobre la historia sería revelar el torcido final que tiene esta película (igual que su antecesora). Sin embargo, Spike Lee deja mucho que desear con respecto a la forma de contarla, aunque seguramente intentó adecuarla para el público americano que está acostumbrado a otro tratamiento. Así va relevando información paulatinamente a lo largo de la cinta, lo que anticipa ciertas respuestas, que acompaña con demasiadas explicaciones. Tal parece que quiere dejar todos los cabos atados, pero eso la convierte en una cinta muy “ilustrativa”.
Comienza con un preámbulo muy largo, para luego resolver la historia en el último tercio, que pasa vertiginosamente. Así, al inicio se conoce quién es el personaje principal, qué cualidades y características tiene y distrae un poco la atención su personalidad para poder tener una idea equívoca de las razones por las que fue encerrado. En los primeros minutos, Josh Brolin resulta antipático y patético, por lo que no es incómodo que lo tengan encerrado por tanto tiempo.
Este hombre que comienza como un borracho obeso, se transforma en un súper hombre, atlético y musculoso, capaz de torturar a alguien con un “cutter” sin tener el mayor remordimiento. Aunque se ve fuerte y bastante amenazador, lamentablemente, hay algunas secuencias de acción que rayan en la coreografía y que dejan de ser emocionantes para convertirse en acartonadas. Todo esto, mientras es acompañado por una temeraria Elizabeth Olsen, que no encuentra razones suficientes para entrometerse en la vida de Joe, pero que –aunque sea con calzador- logra introducirse, dándole un detalle “dulce” a la película.
En esta cinta no se percibe tan claramente la mano de Spike Lee, que suele trabajar con cuestiones raciales y tiene toda la escuela del blaxploitation, y más bien tiende a asemejarse a lo que Park planteó en su versión del manga. Dadas las diferencias de la película del coreano con la fuente original, resulta claro que Lee ha tomado de inspiración la cinta en lugar del cómic japonés.
No obstante, ha elegido a Samuel L. Jackson para que personifique a uno de los personajes secundarios más importantes, sin embargo, es de extrañar, dado que la mayoría de sus películas son protagonizadas por afroamericanos, por qué en esta ocasión –de las pocas que han sido así- ha elegido a un caucásico para personificar al personaje principal. Quizá hubiera sido más auténtico si hubiera sido Will Smith (como en alguna ocasión se mencionó como posibilidad para el reparto) quien personificara a Doucett.
Lee deja patente su estilo exacerbado y colorido a través de los continuos contrastes de color, que oscilan entre el verde y el rojo –como en la versión coreana- y luego se vuelca a los grises que se combinan con los azules y morados. Además, ha dejado clara la importancia de crear una atmósfera sexual muy contundente en el antagonista, lo que disminuye su neutralidad –que lo hubiera hecho aún más oscuro y torcido- llevando a este personaje a ser un sujeto enfermo de su pasado y con severos traumas de juventud. Esto, por supuesto, se observa en sus piezas de arte de casa, así como en su vouyerismo, que ahora, en pleno siglo veintiuno, se ve continuamente alimentado, dado que todo es videograbable y transmisible.
Esto es parte de lo que ha llevado a esta versión a volverse ligeramente más “increíble” (en ambos casos es complicado asimilar tanta violencia y maldad, producto de una mente maquiavélica). Varios detalles que para Park eran sencillos y se resolvían con una llamada telefónica, para Lee es necesaria la parafernalia, el espectáculo y la grandilocuencia. No cabe duda que diez años no pasan en vano.
A diferencia de la versión de Park, la de Lee no descansa en la reflexión, ni permite que el protagonista dé su punto de vista. Por el contrario, lo que hace es volver toda la historia mucho más práctica y ágil, y es que en la versión coreana, hay mucha más parsimonia en el transcurrir de la historia, todo va cayendo de forma natural; con Spike Lee todo parece un poco más forzado e intenso. Incluso, el final tiene que adecuarse más a las expectativas americanas, siendo conducido a un “happy-ending” que lejos de generar “paz interior” se vuelve aún más macabro.
No obstante, Lee trata de mostrar que el mundo en el que se vive actualmente se rige, en primer lugar, por el egoísmo, que vuelve al ser humano incapaz de ver un poco más allá de su nariz, y lo convierte en prisionero de sus decisiones. Asimismo, plantea toda una tesis sobre cómo los medios de comunicación no sólo entorpecen al ser humano, sino que la sociedad es capaz de creer todo cuanto ve en la televisión, si acaso éste es el único contacto con la realidad que se tiene, y que además, esto es manipulado por intereses superiores (que regularmente tienen el capital suficiente para hacerlo). La propuesta no está nada alejada de la realidad, y es también parte de la adaptación (tanto temporal como espacial) que ha tenido que hacer para que el público occidental –especialmente el norteamericano- consuma la cinta.
Tráiler:
Ficha técnica:
Oldboy , Estados Unidos, 2013.Dirección: Spike Lee
Guion: Mark Protosevich
Producción: Doug Davison, Roy Lee, Spike Lee
Fotografía: Sean Bobbitt
Música: Roque Baños
Reparto: Josh Brolin, Elizabeth Olsen, Samuel L. Jackson
Probablemente lo mejor es la portada del BD pirata que entre las frases de «recomendación», la mencionaba como «Un Remake Innecesario».
Sería interesante hacer una revisión con los comentarios de chillón de Lee, quien dice que esta es más una visión de estudio que la suya personal.
Es ls mejor pelicula :3
La peor película que he mirado en mi vida. Por favor.