Las maestras de la República

Una profesora encantadora, de mirada afectuosa, proveniente de unos ojos brillantes, se mueve por una escuela, un edificio que además de ser grande y magnífico, es acogedor y luminoso. Comprueba que todo esté en orden, va de un aula espaciosa a otra, escribe en su cuaderno. Es digna y elegante, muestra una sonrisa de orgullo y amor por este trabajo y por los estudiantes. La profesora, interpretada por Laura de Pedro, es la encarnación de Las maestras de la República, Premio Goya 2014 por el mejor largometraje documental. Pilar Pérez Solano es productora, guionista y directora. Con los equipos de producción de Canal+, Produce+ y Sogecable ha llevado a cabo realizaciones como Lisboa, Faca no Coraçao (premiado en el Festival de Nueva York), Poeta en Nueva York, documental sobre la vida de Federico García Lorca en Nueva York (nominado a los Premios Emmy), Auster y Wang (premio del Festival de Nueva York), Dalí, maestro de sueños, Picasso y sus mujeres, Chavela Vargas, Mil y una Lolas, Presidentes de película, La fama y su séquito. En el año 2007, abandona Sogecable y crea su propia productora, Transit, con la que desarrolla proyectos propios y realiza algunos encargos, como Las maestras de la República. En 2010 dirigió y produjo el documental Murales, que fue seleccionado a concurso en Seminci (Semana Internacional de Cine de Valladolid) y estrenado en Nueva York dentro del programa Window to Spain, donde se proyectan los trabajos más representativos del panorama español.

Según el dossier de prensa disponible en la página web de Las maestras de la República, “las maestras republicanas simbolizan el proyecto de transformación social y cultural de la Segunda República [de España]. Este nuevo régimen, que se iniciaba en la primavera de 1931, supuso un enorme avance en materia de derechos para las mujeres, que aumentaron su participación en todos los espacios públicos y privados”. La educación pública, accesible, de buena calidad y basada en el principio de igualdad, fue uno de los propósitos fundamentales de la República, a los maestros se los consideraba el “alma” de la escuela y el modelo para los estudiantes. Los investigadores y familiares invitados a participar con sus testimonios en el proyecto reviven y recuperan a las heroínas protagonistas de este periodo de la historia de España, y lo hacen no sólo con gran profesionalidad y conocimiento de causa, sino también, quizás todavía más importante, con afectuosidad, calidez, respeto y admiración por esas “mujeres valientes y comprometidas que participaron en la conquista de los derechos de la mujer y en la modernización de la educación, basada en los principios de la escuela pública y democrática”. A la vez, permiten que nos demos cuenta de que hoy, en los tiempos en que los valores morales y la calidad educativa van desapareciendo, nuestra sociedad y nosotros mismos tenemos una responsabilidad mayor de difundir este maravilloso legado que nos han dejado las maestras extraordinarias, y de contagiar a los demás con el entusiasmo de este tipo de enseñanza que ellas representaban.

Efectivamente, nos quedamos casi avergonzados de que setenta años después, y viviendo en un mundo tecnológicamente avanzado, no hemos mejorado en cuanto a los ideales de la escuela de esa época, donde se destacaban el progreso intelectual, la mentalidad abierta, la solidaridad humana, la generosidad y, siempre, la misión intrínsecamente vinculada con el profesorado. La idea de incluir en la película a una actriz que desempeñe el papel de maestra permite ilustrar la imagen de la entonces profesora, al igual que sus condiciones de trabajo, que de otra manera hubiera sido difícil para los espectadores imaginarlo. La cineasta admite que no quería hacer un documental convencional de entrevistas e imágenes de archivo, exclusivamente, y como resultado nos brinda unas escenas retrospectivas estéticamente atractivas y agradables. El personaje de Laura de Pedro va introduciendo los diferentes bloques temáticos de la estructura del documental, pero no de una manera explícita.

Han dejado que el espectador vaya descubriendo por sí mismo el interés de las protagonistas. Para ello se utiliza una voz en off, construida fundamentalmente sobre textos del libro Historia de una Maestra, de Josefina Aldecoa.  El film ofrece una adecuada variedad de archivos inéditos, como documentos oficiales, cartas y fotos. De los tres familiares invitados a participar en el documental, merece la pena mencionar a la maestra Hilda Farfante, hija de maestros republicanos, asesinados en 1936, que cuenta la experiencia de su familia de una manera tan auténtica y conmovedora que logra transmitirnos su sufrimiento, añadiendo un gran valor sentimental al documental.

Las maestras de la República, vista por más de 80.000 personas en 800 salas, empezó como un proyecto muy pequeño, encargado por la FETE-UGT (la Federación Española de Trabajadores de la Enseñanza de Unión General de Trabajadores). Iba a ser un un documental de veinte minutos de duración, porque no había suficientes recursos, debido a la crisis económica actual. No obstante, según aumentaba el conocimiento del tema, el proyecto fue creciendo hasta convertirse en el largometraje documental que hoy comentamos. Además, por el entusiasmo  que demuestra el público durante los coloquios, por su interés y su propia participación con las historias de sus abuelos y sus maestras, ha surgido la idea de la realizar una segunda parte.

En general, Las maestras de la República es una historia que merece haber sido desenterrada y deberíamos estar agradecidos a Pilar Pérez Solano por contarla de una manera accesible para todos los espectadores, incluso para los que no habíamos tenido ningún conocimiento de los acontecimientos narrados o no pertenecen a la cultura española, y que quizás podrían haber tenido problemas para entenderla. Afortunadamente, parece que un relato sobre gente buena va más allá de las fronteras que nos separan.

Nota: He utilizado el dossier de prensa disponible en la página web , al igual que una entrevista con la directora.

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