Críticas
Ideas fascinantes tras una narrativa insegura
Transcendence
Wally Pfister. EUA, 2014.
Entre los escenarios clásicos de la ciencia ficción, el conflicto “hombre vs. máquina” es uno de los temas más recurrentes y, guardando las distancias, va desde la literatura de Asimov hasta la ópera prima de Wally Pfister, mejor conocido como el habitual director de fotografía de Christopher Nolan. Pero abordar una trama universalmente conocida plantea desde el inicio un problema: la posibilidad (o imposibilidad) de decir algo novedoso, sin repetir las mismas situaciones del pasado. Transcendence (2014) está lejos de convertirse en una ganadora absoluta, y es mejor aclararlo desde el inicio para fijar la atención en sus aportes más relevantes, pero ofrece un compendio de ideas fascinantes que tras un primer vistazo es facil pasar por alto.
La culpa está ligada a una narrativa insegura, quizás por depositar un proyecto de tan ambicioso enfoque, hablando netamente en valores de producción, en manos de un director y un guionista faltos de la experiencia necesaria. Afirmación conservadora, por supuesto, pero posible. El arte de la cinematografía está conformado por una sana convivencia de elementos, y Transcendence es uno de esos casos en dónde algunas piezas están más trabajadas que otras. Sí es esto suficiente para apreciar una película o si se trata de un mero conformismo es un tema abierto al debate.
La historia pone al espectador en los zapatos de los doctores Will y Evelyn Caster (Johnny Depp y Rebecca Hall), pareja de científicos conferencistas sumidos en un proyecto para desarrollar una inteligencia artificial capaz de ser consciente de sí misma. Sin embargo, Will es atacado por un grupo secreto de «terroristas humanitarios» dispuestos a frenar el avance desmedido de la tecnología en el contexto mundial, pues consideran que la humanidad ha «cruzado la línea» al intentar reemplazar a Dios como ente creador de vida e inteligencia. Inminente la llegada de su muerte, Evelyn toma una decisión sin saber bien cuales podrían ser sus implicaciones y resultados: cargar la consciencia de Will en un servidor digital.
Si Will logra sobrevivir a la transferencia y “vivir” a través de un ordenador ¿qué es entonces lo que separa al humano de la máquina? Nace una singularidad tecnologica (otro tema ya explotado hasta el cansancio) pero motivada por razones ligeramente diferentes a las convencionales, y es acá donde Transcendence finalmente empieza a hablar por sí misma. Porque usualmente, la I.A. clama por la obtención del poder apenas despierta, no por necesidad, sino porque quiere. Hay una discrepancia mayor en las consecuencias de estos dos comportamientos, y Transcendence avanza a través de la ruta de la necesidad, no del poder.
No muy lejos de las propias necesidades humanas (absorción de energía, espacio para desarrollarse, interés por aprender de las experiencias pasadas), el Will Caster “digital” debe cubrir todas estas necesidades para sobrevivir, y en entonces cuando la línea entre máquina y humanidad se borra, pues pareciera que la integridad del “alma” va ligada a la capacidad de almacenar experiencias, a aquello que llamamos memoria. Will recurre a esta parte de su conciencia para emular un comportamiento humano, pero un razonamiento interesante que plantean los escritores del film es la falsa moral que acuña nuestra raza y el complejo de superioridad que nos rodea, porque si bien una máquina no es capaz de probar que es consciente de sí misma, ¿están acaso los humanos exentos para responder a esa misma pregunta?
Viéndolo desde este punto de vista y aceptando las teorías que plantea la historia, las máquinas no son tan diferentes a los humanos, después de todo. Pareciera inclusive que el concepto de alma, tal y como lo conocemos, es errado si los sentimientos que acuñamos son el resultado de las experiencias del pasado. Porque si la “conciencia” de Will careciera de memorias, ¿cómo sería capaz de programar actitudes, sentimientos, u opiniones? Si cualquier humano perdiera su memoria por completo y la capacidad de aprender nuevas cosas, ¿tendría que aprender acerca de los “sentimientos” nuevamente, o es algo innato en la personalidad?
A medida que la historia avanza, Pfister y Palgrem se toman el atrevimiento de examinar estas preguntas, y este intento es lo mejor que ofrece la película. Son argumentos provocativos, atrapados en una narrativa demasiado convencional y carente de riesgos, algo que parece contradictorio al compararlo con la temática. Un ejemplo claro: la historia por sí misma de Will y Evelyn, con los dilemas y decisiones a los que deben enfrentarse, es más que suficiente para contar una trama profunda e interesante. Sin embargo, se opta por la estructura clásica y se fabrica a unos antagonistas carentes de personalidad y presencia, que se van disolviendo poco a poco a medida que avanza el metraje. Además, se incluye también al FBI (porque no puede faltar el FBI para añadir una investigación que lleve al espectador de la mano, tratándole como un tonto). Por desgracia, estas pequeñas subtramas plagadas de personajes secundarios son el peor aspecto de la película. Sí se tuviese que definir con una palabra lo que agregan estos segmentos a la trama principal, sería frustración.
La ópera prima de Wally Pfister deja un sabor agridulce en la boca. No es una obra maestra, pero pareciera ser el atrevido ciberfilm con el que se pueden construir las bases para que otros directores (o el mismo Pfister, quién sabe) den un vistazo hacia atrás y aprendan de sus experiencias: sería una lástima desechar tantas ideas que, tratadas desde otra perspectiva, brillarían muchísimo más.
Trailer:
Ficha técnica:
Transcendence , EUA, 2014.Dirección: Wally Pfister
Guion: Jack Paglen, Jordan Goldberg, Alex Paraskevas, Wally Pfister
Producción: Warner Bros. Pictures / Alcon Entertainment
Fotografía: Jess Hall
Música: Mychael Danna
Reparto: Johnny Depp, Rebecca Hall, Paul Bettany, Kate Mara, Morgan Freeman, Cillian Murphy, Cole Hauser, Clifton Collins Jr., Josh Stewart, Olivia Taylor Dudley
NO LA HE VISTO AUN
ESTOY EN PROCESO DE VERLA
VEREMOS CUAN ACERTADOS SON LOS COMENTARIOS.
excelente análisis comparto la idea de que se perdió una excelente oportunidad de hacer una película trascendente que sirve como semilla para el surgimiento de una nueva humanidad. La necesidad de trascender es un asunto que atañe a muy pocos seres humanos (experiencia cumbre: Maslow) y se explora la idea de una mente brillante transferida a un super ordenador que pueda consolidar e integrar todo el conocimiento en forma asertiva para cambiar la tendencia suicida de la civilización actual, mas interesada en mejorar el control social y en aumentar la rentabilidad de los consorcios tecnológicos, que en aumentar la satisfacción y la salud de las sociedades y del planeta como sistema auto-organizado. Pero al final la trama deja un mensaje: El gobierno no permite poderes alternativos, ni mentes excepcionales que amenacen sus posiciones, el problema moral se subordina al poder político.
Creo que todos miramos puntos diferentes y eso es lo bueno del cine, por ejemplo yo , mire que el gran científico quería complacer Asu esposa pues ella quería ,»un mundo mejor»
Para mi la vida es perfecta cómo va , pues el hoy es el resultado de nuestro pasado y de lo que nos rodea
Las enfermedades, los problemas son resultados y no quiero que suene conformismo
Ami me abrió los ojos en muchos sentidos , como por ejemplo en creer mucho más en que todo es perfecto y creado por un ser muy supremo y todo está bien creado
Creés que Dios nos creó? Amigo despega los ojos, yo sería el primero en conectarme a una máquina. Pues eso es evolución, el poder vivir indefinidamente. Imagina un mundo en perfecta armonía, ya no los humanos, nosotros somos la última mierda de este planeta, piensa en los bosques que destruimos, envenenamos y ensuciamos ríos y mares. Y TU ERES EL QUE CREE QUE LA VIDA ESTA BIEN? señor mio es usted un inepto.
Esta película que con este desarrollo el científico domina y crea un mundo donde el se asemeja un dios . porque domina y todo es subalterno a el . Dios nos creo igual pero no dio el libre abredio
Me encanta la película. No quiero ahondar en comentarios, tan solo dejar un interrogante ¿Qué pasaría si, como en la película, se carga toda la conciencia de un hombre en un servidor digital pero el humano de carne y hueso permanece con vida, paralelamente a su existencia informática?
La película, desde mi punto de vista, guía y anima a atender y progresar por la vía de la trascendencia mediante una metáfora tecnológica.
Narra la expansión del ser humano como objetivo de la vida y de la existencia y lo que hoy se concibe como naturaleza divina (según la creencia de una parte de los seres humanos). De ahí el título. La teoría dice que tenemos capacidades infinitamente superiores a las que se aplican en el trabajo material. Propias de los dioses. En este sentido, lejos de presentar el esquema de magnate poderoso que busca la aniquilación y que el héroe neutraliza; rompe con ese cliché y presenta al doctor que simplemente expande su conciencia en conexión, no con las tecnología, sino con el ser humano.
Y, finalmente, podríamos deducir que desde su inteligencia infinita, prevé y facilita la erradicación de la tecnología. Esto es novedoso en Hollywood, donde la expansión personal se presenta casi siempre causada por la codicia y la ambición propia de mentes sin equilibrio. Por tanto, legitima a quien busca su crecimiento personal y transmite que el progreso de la conciencia nos llevará a la unidad con todo lo que existe y podremos llegar a ello sin dañar a nadie y sin que nadie nos dañe. Los secundarios lo ilustran pues no son personajes moralmente opuestos. La película es moralmente neutral y el doctor solo combate el miedo. Tiene un fondo espiritual muy potente. La recomendaría a cualquiera interesado en la expansión de la conciencia.