Críticas
El predominio de la fuerza
Hércules
Hercules: The Thracian Wars. Brett Ratner. EUA, 2014.
Hércules es la última de una serie de películas que se han hecho a partir de las variadas y múltiples hazañas de este gran héroe de la mitología y de la antigüedad griega, un personaje de origen divino, hijo de Zeus, el padre de los dioses del Olimpo y de Alcmena, una reina mortal. Desde pequeño se gana la enemistad envidiosa de Hera, la esposa de Zeus, diosa que busca insistentemente la desgracia del héroe, sin lograr su derrota. Hércules es el nombre romano, que en Grecia es Heracles. Luchador incansable, amante sin límites, se constituyó en ejemplo de valentía y astucia. Su extraordinaria y mítica fuerza era su gran atributo, acompañada de un cierto candor, atrevido e indiferente, y de una alta inteligencia.
De los abundantes relatos mitológicos que lo tienen por protagonista, los más famosos son los doce trabajos, gestas cuya fama se ha mantenido desde siempre, siendo objeto de grandes obras de arte y representaciones en los palacios de la realeza europea. Hércules se inicia con algunas de estas singulares aventuras. Presenciamos cómo se enfrenta y mata al cuasi invencible León de Nemea, cómo camina por encima de los huesos humanos que se esparcen por el piso de la cueva donde vive el león y lo vemos en diversas escenas vistiendo la famosa e impenetrable piel del león. En otras escenas del inicio, apreciamos al terrible jabalí de Erimanto, que avanzaba velozmente en su carrera impetuosa, volviendo astillas el robusto tronco de un árbol, hasta que Hércules lo derrota en feroz lucha cuerpo a cuerpo. En un tercer episodio de sus trabajos, la película nos muestra al héroe explorando las aguas de la laguna de Lerna, en busca de la Hidra, monstruo acuático, serpiente de muchas cabezas, capaz de regenerar dos cabezas por cada una que perdía. Finalmente, le vemos enfrentando y venciendo al gigante Gerión, monstruo antropomorfo de tres cuerpos, con sus respectivas cabezas y extremidades.
Sin embargo, la película deja allí su paso por los grandes trabajos mitológicos del héroe y se enfoca en una historia más del corte de superhéroe de comics, como corresponde al origen mismo del guion. En ella, se hace acompañar por un grupo de cinco amigos incondicionales, con los cuales va recorriendo ciudades, islas y campos griegos, resolviendo entuertos a cambio de oro y de riquezas. Entre estos amigos está su sobrino Iolaus, quien actúa como cronista, recogiendo las hazañas y narrándolas a medida que llegan a los distintos sitios. Protagoniza al héroe el consagrado hombre fuerte, Dwayne Johnson, luchador y campeón profesional, jugador de fútbol americano y conocido actor de cine (El rey escorpión, 2002). Tenemos entonces a un Hércules muy particular, con apariencia de una especie de actor famoso moderno, que se ha desplazado a la Antigüedad para protagonizar violentos dramas de guerra y luchas sin cuartel, en el papel de un hombre solitario, pero divertido y ocurrente, en medio de sus amigos, quien saborea la fama como una consecuencia natural de su destino de artista protagonista.
En una de sus andanzas llegan los héroes a la corte del rey Cotys, de Tracia, una de las ciudades de la zona de influencia griega. Allí Hércules acepta como misión entrenar al ejército de la ciudad, azotado por las derrotas y la baja moral. Toma el filme un giro muy particular, no desprovisto de cierto interés, que pudiéramos llamar cultural o histórico: cómo se entrenaban y preparaban los antiguos ejércitos para la guerra y cómo podrían ser las tácticas estratégicas de aquellos tiempos. En las escenas de batallas y en las luchas cuerpo a cuerpo que nos ofrece el cine, se produce en general una compleja y desordenada danza de cuerpos, lanzas, escudos y espadas, una sinfonía de gritos y quejidos, una confusión que va evolucionando hacia la claridad que ofrece el campo cuando aparece un ganador: el suelo cubierto de los cuerpos de los derrotados y, en pie, los triunfadores con sus manos en alto y sus sonrisas orgullosas. Acá se ha diseñado la película para que los espectadores, en forma metódica, aprecien las tácticas y puedan seguir el transcurrir de la batalla como el desarrollo de un guion, como si se tratar de un tutorial de guerra. Em cierta forma, podemos ver influencias de las experiencias de Dwayne Johnson como experto jugador de fútbol americano y campeón de lucha libre, dos deportes caracterizados por la utilización sistemática y planeada de las tácticas de guerra y del enfrentamiento cuerpo a cuerpo.
Cuando se examinan las hazañas de Hércules, es común apreciar cómo este personaje encuentra una solución inteligente a un problema complejo, que no se puede resolver a base de fuerza, por grande que esta sea. Tal como sucede con otro de los grandes héroes griegos, Odiseo (Ulises), la unión de la valentía y la sagacidad es esencial. En esta película se ha desperdiciado la posibilidad de que el protagonista nos deje ver con claridad estas combinaciones entre fuerza e inteligencia. El énfasis se ha puesto en los fuertes y hábiles movimientos del luchador y queda un sabor de que no llegamos a conocer al Hércules de verdad.
Presenta también el filme ocasionales fogonazos de intervención divina. En contraste, en los antiguos mitos, Hércules era azotado y bendecido en todo instante por los dioses, que hacían de él un escenario de sus propias rivalidades y luchas. Hubiera valido la pena penetrar más la mente del héroe y contemplar en él las luchas internas entre su naturaleza divina y humana y entre las inexorables circunstancias, que se pueden interpretar como de origen divino. Pienso que Dwayne Johnson y su corte de prestigiosos actores se hubiera prestado para ello y en tal caso, la película, que es entretenida y rica en efectos de alto impacto visual, hubiera tenido un brillo mayor, y hubiera trascendido el dominio de la fuerza que la caracteriza.
Trailer:
Ficha técnica:
Hércules (Hercules: The Thracian Wars), EUA, 2014.Dirección: Brett Ratner
Guion: Ryan Condal, Evan Spiliotopoulos, Basada en “Hercules” (Radical Comics) de Steve Moore y Admira Wijaya
Producción: Peter Berg, Brett Ratner, Sarah Aubrey, Barry Levine, Beau Flynn
Fotografía: Dante Spinotti
Música: Fernando Velázquez
Reparto: Dwayne Johnson, Aksel Hennie, Rufus Sewell, Ian McShane, Reece Ritchie, Steve Peacocke, Ingrid Bolsø Berdal, Joseph Fiennes, John Hurt, Rebecca Ferguson, Irina Shayk