Reseñas de festivales
Vojta Lavicka: Altibajos
Durante dieciséis años, Helena Třeštíková registró imágenes de la vida cotidiana de Vojta Lavicka, un músico romaní, que además es periodista y activista social. Su momento de gloria lo vivió mientras formó parte de la banda Gipsy.cz, aunque su interés tiene más que ver con la situación de los gitanos en la República Checa, donde son discriminados. Su vida ha transcurrido con altibajos, a través de dos matrimonios y la lucha contra el vicio del juego.
La banda sonora se apoya en la narración del propio Lavicka, que sostiene que cada vez que se le ofrece una buena oportunidad algo lo echa a perder. Pasarán varios minutos para enterarnos que no sólo la sociedad lo margina, sino que su debilidad lo hace caer una y otra vez en un vicio que no logra superar.
La música es el hilo conductor del relato, la música es la que le permite ganar el dinero para alimentar a la familia, es la que tensa los lazos con sus colegas, es la que la le da la fama y es la que lo une a su primogénito.
La música y su posición ética y política frente a la sociedad, donde reclama un lugar justo para el pueblo romaní, así como la necesidad de los romaníes de hacerse respetar sin caer en la mala fama que se han ganado, son las constantes en la vida de Vojta, al que hemos visto crecer durante los sesenta minutos que dura el documental.
Altibajos en la vida de un hombre al que no terminamos de asir, aunque nos quedan las más hermosas imágenes que comparte con su hijo, cuando la cámara nos pone enfrente a un padre y a un hijo, a un maestro y a un alumno, a dos colegas; en fin, a dos artistas que aman la música y se aferran a ella como única tabla de salvación.