Críticas
Una buena lección
Camino a la escuela
Sur le chemin de l'école. Pascal Plisson. Francia, China, Sudáfrica, Brasil y Colombia, 2013.
Hay pocas películas que resulten imprescindibles desde el mismo momento de su concepción. El documental Camino a la escuela es una de ellas. En apenas setenta y cinco minutos de metraje, Pascal Plisson, responsable de títulos como Massai. Les guerriers de la pluie (2004) o Les mystères de Clipperton (2005), presenta cómo, en ciertos lugares del mundo, algunos niños deben pasar un sinfín de dificultades para llegar a sus escuelas cada día.
Plisson vivió durante doce años en Kenia y allí vio cómo algunos niños iban a la escuela sorteando importantes peligros: “Camino a la escuela nace de un encuentro inesperado que me conmovió profundamente. Un día, mientras yo estaba en el Lago Salado de Magadi, por necesidades de una película, vi a tres jóvenes que llevaban una bolsa extraña en el cinturón. Cuando les pregunté qué era, uno de ellos se adelantó y con mucho orgullo sacó una flamante pluma, pizarra y una tiza. Jadeante, me dijo que estaba de camino a la escuela. Hacía dos horas que había dejado el pueblo y corría hacia la escuela bajo el sofocante calor”. Esa es la gran enseñanza de la película, la responsabilidad que asumen los propios niños para ir cada día a la escuela, ya que son conscientes de que es la única forma, no solo de mejorar su situación de cara al futuro, sino también de cambiar el mundo y convertirlo en un lugar mejor.
La escuela es la meta, pero lo que relata Plisson en el documental es el viaje, proceso en el que el destino se convierte en una pequeña Ítaca y los niños protagonistas deben vivir una pequeña odisea para llegar a él. Valiéndose de un montaje paralelo y de una narrativa que se limita a recrear lo que ocurre, Camino a la escuela presenta cuatro situaciones diferentes en cuatro lugares bastante alejados del mundo: Kenia, la cordillera del Atlas (Marruecos), la Patagonia (Argentina) y la India.
Plisson logró reunir cincuenta historias de este tipo, pero al final seleccionó cuatro de ellas: la de Jackson (11 años) y su hermana Salomé (6 años), que recorren cada mañana los quince kilómetros que hay entre su casa y la escuela; la de Carlitos (11 años) y su hermana Micaela (6 años), que atraviesan las planicies y montañas de la Patagonia a caballo para llegar al colegio, que está a dieciocho kilómetros; la de Zahira (12 años), que cada domingo se desplaza, junto a sus compañeras Zineb y Noura, desde su aldea en el Atlas hasta el internado, que se encuentra a veintidós kilómetros de su casa; y la de Samuel, un niño de 13 años que acude cada día a la escuela gracias a la ayuda de sus dos hermanos menores, Gabriel y Emmanuel, que arrastran su silla de ruedas a lo largo de cuatro kilómetros por caminos imposibles e impracticables.
Este largometraje documental, que ha contado con el apoyo de organismos internacionales como la ONU, UNICEF, la UNESCO o Ayuda en Acción, es en sí mismo una declaración de principios. Los niños protagonistas han debido vencer las condiciones más adversas para poder asistir a la escuela, pero son conscientes que solo así podrán mejorar el mundo en el que viven. El propio Jackson le dijo a Plisson que prefería morir de camino a la escuela que quedarse sin educación.
Acaso el único reproche que se le pueda hacer a Camino a la escuela es que su propósito es más didáctico que cinematográfico. Y a quien pretende enseñar no es, desde luego, a los niños protagonistas, que no tendrán acceso a las proyecciones, sino a todos aquellos niños del primer mundo que tienen las escuelas a pocos minutos de casa, ya sea caminando o en autobús. No hay nada más democratizador que el acceso de todos los niños y niñas a la educación, pero eso es algo relativamente reciente, incluso en los países más desarrollados.
Solo al final de Camino a la escuela los niños protagonistas toman la palabra y hablan de sus ilusiones y de sus esperanzas. Conmovedor resulta el momento en que Micaela, la hermana de Carlitos, reconoce que quiere ser maestra, pero también cuando Samuel afirma que quiere ser médico para ayudar a otros niños que tengan las mismas dificultades que él y agradece a sus padres que le hayan permitido estudiar a pesar de ser tan pobres. Al cabo, como afirma el propio Samuel: “Venimos a este mundo sin nada y lo abandonamos sin nada”.
Premios: César al Mejor Documental
Tráiler:
Ficha técnica:
Camino a la escuela (Sur le chemin de l'école), Francia, China, Sudáfrica, Brasil y Colombia, 2013.Dirección: Pascal Plisson
Guion: Marie-Claire Javoy y Pascal Plisson
Producción: Barthélémy Fougea y Stéphanie Schorter
Fotografía: Simon Watel
Música: Laurent Ferlet
Reparto: Jackson Saikong, Salome Saikong, Samuel J. Esther, Gabriel J. Esther, Emmanuel J. Esther, Zahira Badi, Noura Azaggagh y Zineb Elkabli, Carlitos Janez y Micaela Janez.
Cuales son las esperanzas de zahira y jackson
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de que año es
Jackson recibió una beca por sus buenas notas
Cual Es El Origen De La Película Segun Pascal Plisson?