Críticas
…dame más gasolina
Mad Max: Furia en la carretera
Mad Max: Fury Road. George Miller. Australia, 2015.
La impactante máscara del infame Inmortan Joe (Hugh Keays-Byrne, repitiendo papel de malo en la serie) sintetiza el grado de locura que se vierte sobre la ciudad de piedra que él mismo acaudilla. La gestión de reservas de agua en pleno desierto mantiene al populacho y a sus soldados perfectamente alienados. Para motivar a su fanático ejército de acólitos, su líder se sirve de una revisión juguetona, y un tanto perversa, de la mitología nórdica. Pero si el Valhalla es la promesa heroica tras la muerte, será la valkiria Imperator Furiosa (Charlize Theron) quien les enseñe el camino. La gran protagonista de la cinta de Miller liderará un convoy desenfrenado para dejar atrás las inmundas artes del líder/chamán de la ciudadela. Eso sí, esta vez en lugar de Wagner, es el polifacético músico Junkie XL quien acompaña la hueste de tan vehemente cabalgata. Ah, y a todo esto, Max anda suelto, más o menos.
La puesta en escena del nuevo Max Rockatansky (Tom Hardy) recuerda el estilo Riddick, más físico que Mel Gibson, igual de hábil para meterse en problemas. Max ha vuelto, y con él, la marca “Mad Max”, pero mucho más intensa. A todos se nos viene a la cabeza post-it paradigmáticos de la saga: desierto, mugre, combustible, motor, vehemencia, estética punk. Mad Max: Furia en la carretera reúne todos estos parámetros y los potencia. Los exprime de tal forma que nos salpica tras la gran pantalla. Y es que la película de George Miller es una gran experiencia por encima de todo foco argumental. No lo necesita, de hecho, cualquier pretensión en ese sentido hubiera nublado la honestidad de la apuesta. El director, tras marcar un hito hace ya más de tres décadas, ha devuelto a la vida, y de qué forma, una de las sagas más valientes e influyentes de la ciencia ficción.
Una de las peculiaridades de la trilogía original es que cada película parecía reinventarse a sí misma, compartiendo, eso sí, el talento del visionario director. Si la película del 79, Mad Max, salvajes de autopista (Mad Max) era una película de venganza en un mundo en decadencia, la segunda: Mad Max, el guerrero de la carretera (Mad Max 2: The road warrior, 1981) es la que marca el estilo de la saga, y donde el personaje se mitifica definitivamente como un lobo solitario crepuscular. Una vez asentada la estética post-apocalíptica, la tercera: Mad Max 3, más allá de la cúpula del trueno (Mad Max 3: Beyond Thunderdome, 1985) rompía el molde de nuevo para virar hacia la épica y el cine de aventuras. Un héroe que encuentra la redención gracias a la resobada cita del elegido.
El nuevo trabajo de Miller es un reboot de la entrega más redonda: Mad Max 2, el guerrero de la carretera, tan influyente en la estética Cyberpunk y el valor de lo viejo/nuevo como la mismísima Blade Runner (Ridley Scott, 1982). Así que el realizador retoma la línea visual y la nostalgia por la locura distópica que concentraba aquella película del 81. Vuelve la acción sin frenos, el olor a gasolina y el tacto áspero a hierro oxidado, y sobre todo vuelve la cinética cuasi silente que caracterizó aquel western del futuro, pues es conocido el gusto de Miller por el cine mudo, por lo que transmite la gestualidad de los actores y la imagen por sí misma. La dinámica de la acción por encima de aparatosos diálogos. El bozal metálico que debe llevar Max al inicio de la película es una traviesa metáfora de ello.
Max es una especie de sombra de lo que un día fue. Movido por puro instinto de supervivencia, tan sólo le atan a la vida los recuerdos que, de igual forma lo atormentan como le ayudan a no volverse loco del todo. Lo bueno de Tom Hardy, actor sobradamente versátil, es que además su físico le permite añadir un cariz de brutalidad a su presencia fantasmal en un mundo tan extraño como su propia existencia.
Pero esta vez, Max muda su condición de principal a secundario. Furiosa es la gran novedad y el centro de la trama. Un reflejo femenino del propio Max, pero con una misión que la mueve a rebelarse contra la represión de la ciudadela. Ella desencadenará el hilo conductor de esta inflamable odisea. La determinación de su empresa canalizará la avalancha de pirotecnia, combustión y salvajismo de la horda de Inmortan Joe, que no cesará en todo el metraje.
Lo bueno de la hiperbólica Mad Max: Furia… es que en los descansos (pocos) también hay sitio para hurgar en temáticas más problemáticas (los cinturones de castidad de las esposas de Inmortan Joe darían para toda una tesis sobre la castración), el mensaje feminista que subyace es evidente. Hay también espacio para deleitarse con el excelente arte conceptual, con diseños abigarrados y embrutecidos marca de la casa. También para degustar escenas antológicas (la tarantiniana imagen de las esposas de Inmortan con la manguera), luchas llenas de emoción, cruzadas de héroes extraviados como el joven War Boy (Nicholas Hoult) o divertidas motivaciones de cohesión familiar entre personajes grotescos (la familia de Inmortan Joe recuerda a la casa Harkonnen de Dune). Incluso también hay hueco para instantáneas tan sombrías como poéticas, como el desolado páramo de los zancudos.
Es esta cuarta entrega toda una experiencia, como decía. Aquí no hay medias tintas. Es un viaje sin control a bordo de una montaña rusa de chapa tuneada y polvorienta, donde no hay tiempo para el porqué ni para ningún tipo de relajación reflexiva, y sí para deleitarnos con esa sublime presencia del desierto, infinito e inabarcable, tanto en pantalla como fuera de marco. Un desierto bombardeado por los tambores de guerra. Déjense llevar por la sinfonía diabólica del Miller más cañero. La experiencia les dejará exhausto, pero con las endorfinas por las nubes.
Trailer:
Ficha técnica:
Mad Max: Furia en la carretera (Mad Max: Fury Road), Australia, 2015.Dirección: George Miller
Guion: Nick Lathouris, Brendan McCarthy, George Miller
Producción: Kennedy Miller Productions / Icon Productions
Fotografía: John Seale
Música: Junkie XL
Reparto: Tom Hardy, Charlize Theron, Nicholas Hoult, Hugh Keays-Byrne, Zoë Kravitz, Angus Sampson, Rosie Huntington-Whiteley, Riley Keough, Nathan Jones, Abbey Lee, Josh Helman, Courtney Eaton
Impresionante critica. Muy buena peli
Me ha encantado la crítica. Casi puedo oler a gasolina. Me han entrada unas ganas tremendas de ver la película.
Ufff mañana voy a verla
Que ganas
Felicidades don mario , lo bordas!
Felicidades mariuco ,
Estos están más locos , que los adams, pero bueno entretenida.
¿A alguien no le dejó la sensación que el «atestíguame» es mas ‘protagonista’ que los protagonistas y que en base a sus acciones se mueve casi toda la trama?