Críticas
Bienvenidos al lugar donde se cumplen los sueños
Sueños de sal
Alfredo Navarro. España, 2015.
El lugar en el que vivo, Novelda, una ciudad de la provincia de Alicante especialmente azotada por la crisis, se ha convertido en las últimas semanas en tierra de promisión, en espacio privilegiado para la alegría y la ilusión colectivas. Y todo eso ha sido posible gracias al cine, a una película titulada Sueños de sal. Permítanme que les cuente esta historia, que es también nuestra historia (la de la gente que vive en Novelda) y, en cierta medida, mi historia, ya que he formado parte del equipo de rodaje, donde he jugado un muy modesto papel. No será esta, por tanto, una crítica al uso, pero tratará de ajustarse a los rigores del análisis y del ejercicio crítico.
El pasado 19 de septiembre Novelda vivió una jornada particular, ya que alrededor de 4500 personas se desplazaron hasta la explanada del santuario de Santa María Magdalena para asistir al preestreno de Sueños de sal, un proyecto que ha tardado dos años en materializarse y que ha implicado a mucha gente del pueblo. Pocos días después, la película se estrenó en cines de Alicante (Novelda, como tantos otros lugares, se ha quedado sin salas comerciales) y en su primer fin de semana tuvo una extraordinaria acogida de público, lo que la convirtió en la tercera película más vista de esa semana en Alicante. Era, y es, porque todavía sigue en cartel, el triunfo de un pueblo que redescubría el cine al reconocer los espacios y las geografías de la película e identificarse con algunos de los protagonistas.
En principio, Sueños de sal era el proyecto personal de un conocido empresario noveldense, Jesús Navarro Alberola (Carmencita), que quería realizar una obra de carácter audiovisual con el tema de la crisis de trasfondo y la ciudad de Novelda como protagonista. En septiembre de 2013 reunió a un grupo de colaboradores bastante amplio y lanzó ese reto, que ha ido convirtiéndose en realidad gracias a la implicación de un equipo capitaneado por Alfredo Navarro, que se ha encargado de la dirección y de la fotografía, y en el que han jugado un papel fundamental Juan Carlos Escandell como director de producción y Óscar Navarro como autor de la banda sonora original y del tema principal que da título al film.
En sus inicios, Sueños de sal aspiraba a convertirse en un cortometraje documental, pero, por el camino, el volumen del material rodado y las historias individuales de los protagonistas parecían trascender esos límites y fue necesario transformar el proyecto en un largometraje. Y aquí es donde aparece el tema de la adscripción genérica de Sueños de sal. Se ha hablado de la película en términos de largometraje documental, pero no se trata de un documental al uso en el que se recurra a los procedimientos habituales del género, ya que muchos de los recursos empleados por el director beben directamente de la ficción cinematográfica, de ahí que a veces se haya preferido hablar de docudrama, en la línea de títulos como El desencanto (Jaime Chavarri, 1976) o Después de tantos años (Ricardo Franco, 1994).
El rodaje no partió de un guion cerrado, de un “guion de hierro”, como le gusta decir a Alfredo Navarro, sino que la historia se ha ido articulando a partir de una mínima línea argumental y un motivo central (el concierto benéfico celebrado en el Casino donde se reúnen todos los personajes y en el que tenemos ocasión de escuchar íntegro el tema “Sueños de sal” en las voces blancas de los niños de la Escolanía del Misteri d’Elx), lo que le ha permitido al director trabajar con diálogos improvisados y dotar a los protagonistas, que no son actores profesionales, de una innegable verdad. Quizás sus actuaciones no sean perfectas, pero sí son auténticas.
Aunque la película se ha rodado con un equipo básico y con recursos muy limitados, el director ha sabido optimizar al máximo esos medios. El espectador, por tanto, descubre una impecable factura técnica en el montaje (a cargo de Miguel Burgos), en la espectacularidad de la fotografía, que convierte al paisaje de Novelda en un personaje más de la cinta (inolvidable resulta la toma desde el interior de la cova de Orito, pero también las tomas aéreas desde el Castillo de la Mola) y en la precisión de una banda sonora que llama la atención por la capacidad que tiene para definir y completar a los personajes, más allá del tema principal, que, con toda seguridad, dará muchas alegrías a Óscar Navarro y a todo el equipo.
Rodada fundamentalmente en Novelda y alrededores, Sueños de sal incluye también localizaciones en Santa Pola (la playa), Monforte del Cid (Orito), Alicante (la tienda de guitarras) y Monóvar (Cáritas Interparroquial). Ahora bien, no me gustaría concluir estas líneas sin presentarles a los personajes, todos ellos de Novelda, de edades diferentes y con inquietudes distintas. Sus historias se irán entrelazando durante los setenta y tres minutos de duración y confluirán en un momento ya señalado. Así, Mariano es un hombre de 63 años que ha llevado una vida plena pero no renuncia a cumplir uno de sus viejos sueños, tocar la guitarra. Irene, en cambio, es una joven de 22 años que pretende abrirse camino en el mundo laboral y conseguir independizarse. José Simón, conocido por todos por “El Comino”, tiene 34 años, practica muay thai y quiere ir a Tailandia con su novia para mejorar su técnica. Y, por último, Alejandro es un niño invidente de 13 años que juega al fútbol y toca el piano, y que ha desarrollado una gran complicidad con su hermana, Anaïs, de 6 años, que se ha convertido en sus ojos. Todos los personajes tienen secuencias inolvidables, pero Alejandro y Anaïs nos reservan algunas de las más bellas imágenes de Sueños de sal.
Como afirma Jesús Navarro, “los sueños de sal son el espíritu de un pueblo que, pese a tener un río salado, ha sabido reinventarse en cada crisis y levantarse a cada tropiezo”. En cierto modo, las pozas de agua salada que se encuentran en el término de Novelda representan la imagen de un pueblo, de un lugar concreto, y suponen el origen de la vida, pero también de los sueños. Y aunque Novelda es un lugar concreto, podría ser cualquier lugar del mundo, porque en todas partes hay gente que sueña y, día a día, se enfrenta a innumerables obstáculos para alcanzar sus sueños. Sueños de sal es una película que apunta directamente a la emoción y supone el nacimiento de una nueva productora independiente, Condimenta Films, y la llegada de un nuevo director a la alfombra roja, Alfredo Navarro. Sean bienvenidos, pues, al lugar donde se cumplen los sueños: el cine.
Premios: Nominada a mejor canción, “Sueños de sal”, en los Hollywood Music in Media Awards y en los Jerry Goldsmith Awards.
Tráiler:
Ficha técnica:
Sueños de sal , España, 2015.Dirección: Alfredo Navarro
Guion: Jesús Navarro Alberola y Alfredo Navarro
Producción: Jesús Navarro Alberola, Juan Carlos Escandell y Gonzalo Castelló
Fotografía: Alfredo Navarro
Música: Óscar Navarro
Reparto: Mariano Lacruz, José Simón (Comino), Irene López, Alejandro Martínez, Anaïs Martínez y la voz en off de Tonino Guitián
Es una pena que sea tan difícil encontrar dónde verla