Festivales 

SEMINCI 2015

Cartelfestivalvalladolid2015

Apuestas seguras frente a propuestas mediocres

La 60ª. edición del Festival de Valladolid, celebrada del 24 al 31 de octubre, terminó resultando equilibrada en la apuesta que se realiza por mantener una ponderación entre ofertas seguras, ya presentadas en otros festivales, léase Berlín o Cannes, y opciones más arriesgadas, vírgenes y/o procedentes de cinematografías más desconocidas. Para su director, Javier Angulo, ha sido un éxito en taquilla, alcanzando récord de espectadores, que han superado los 80 mil, según datos de la organización, con incremento en la venta de entradas, además de una mayor repercusión del certamen en redes sociales.

Las Espigas de Honor recayeron en el realizador Fernando Trueba, el director de fotografía Juan Mariné, en el periodista Fernando Lara, que fue director del Festival durante muchos años, y en el actor Juan Diego. El galardón se les entregó conjuntamente en una gala especial que tuvo que prescindir de la alfombra roja, ante las amenazas de boicot por parte de los desencantados, por las declaraciones de Trueba, referentes a sus sentimientos nacionalistas. También obtuvo la misma distinción la actriz Juliette Binoche, que la recibió en la ceremonia de clausura, aprovechando la ocasión para presentar la película de Isabel Coixet que protagoniza y que cerraba la edición, Nadie quiere la noche, una vez retocada tras su fría acogida en el Festival de Berlín, introduciendo la voz en off de la protagonista.

Fotofestivalvalladolid2015teatroLos favoritos de la Sección Oficial para crítica y público se reducían a unos pocos films, entre los que se encontraban los que resultaron finalmente vencedores en las distintas categorías, por lo que el Jurado, presidido por el director serbio Goran Paskaljević, no sorprendió ni defraudó. La Espiga de Oro a la mejor película se concedió a la islandesa Rams (el Valle de los Carneros/Hrútar), del realizador Grímur Hákonarson, por “su lenguaje cinematográfico cautivador y emotivo en la narración de las relaciones humanas y en la plasmación del vínculo entre el hombre y su entorno”. También recibió el premio del Jurado Joven y del Mejor Director Novel. Su estreno en España ya estaba programado para mediados del mes de noviembre, y se había exhibido previamente en Cannes en la sección Un Certain Regard, obteniendo también el galardón de Mejor Película. Personalmente, fue el largometraje que más me impactó, de entre las que tuve la oportunidad de ver en esta sección.

Sin duda, junto a la ganadora, se alzó también como triunfadora la película turca Mustang, de la directora Deniz Gamze Ergüven. Presentada el último día, acaparó la Espiga de Plata, el Premio del Público, el de Mejor Director Novel junto a Hákonarson, el Premio Fipresci de la crítica internacional y el novedoso Sociograph Award 2015, que mide las emociones de los espectadores, a través de sensores de movimiento . El Jurado valoró la energía y frescura con la que se ha reflejado el intento de la nueva generación turca para romper con los muros de la intolerancia y represión hacia las mujeres en ese país. Las dos ganadoras de las Espigas de Oro y Plata ya han sido elegidas por Islandia y Francia, respectivamente, para representarlas en los premios Oscar.

Juliette binoche en la Seminci Los otros tres films que más sonaban para alzarse con los galardones obtuvieron su reconocimiento en otros apartados. Así, la japonesa Una pastelería en Tokio (An), de Naomi Kawase, por su delicadeza, sensibilidad y capacidad poética, estaba en el ramillete de preferidas por espectadores y público, y consiguió la distinción de Mejor Directora. Como Hrútar, igualmente se seleccionó en Cannes para Un Certain Regard.

El premio a la mejor actriz recayó en la británica Charlotte Rampling, por 45 años (45 Years), del británico Andrew Haigh. Si bien la calidad de su interpretación resulta irreprochable, teniendo en cuenta que ya había recibido por el mismo trabajo el Oso de Plata en Berlín, no hubiera estado de más que en esta ocasión el premio recayera en la actriz española Nora Navas, quien nos ofreció dos interpretaciones maravillosas en los dos films españoles a concurso: La adopción, de Daniela Fejerman, y L’artèria invisible (La arteria invisible), del catalán Pere Vilà Barceló.

Otra de las favoritas y también exhibida el último día, la película islandesa Fúsi, de Dagur Kári, se tuvo que conformar con el galardón al Mejor Actor para Gunnar Jónsson, en un melancólico papel escrito por el director expresamente para él. Además, la israelita Tikkun, de Avishai Sivan, igualmente muy valorada, consiguió el premio a la Mejor Fotografía para Shai Goldman. El único galardón que causó cierta discrepancia fue el que recibió la película chilena Aurora, de Rodrigo Sepúlveda, por su guion. Los responsables de la misma ya venían al festival con la preocupación de que las razones de la protagonista de perseguir la adopción de un bebé muerto se entendieran, y parte de la crítica no entró en el juego. Sin embargo, considero que el punto de originalidad en el tratamiento de una obsesión difícilmente compartida por la mayoría, basada por otra parte en hechos reales, sí que merecía el reconocimiento otorgado.

premiados-seminciLa Espiga de Oro al Mejor Cortometraje se concedió a la interesantísima y acusadora obra El adiós, de la española Clara Roquet, basada en sus experiencias personales sobre el trato despectivo que pueden llegar a recibir las empleadas de servicio inmigrantes, en algunos pueblos de Cataluña. También se hizo merecedora del Mejor Cortometraje Europeo. La de Plata se entregó ex aequo a Café frío (Café froid), de Stéphanie Lansaque y François Leroy (Francia), y Tanque (Tank), de Raoul Servais (Bélgica). Si bien no llegué a conectar con el primero, el segundo me pareció una pequeña joya antibelicista, de apenas seis minutos.

Por su parte, la sección Punto de Encuentro concedió el premio al Mejor Largometraje a Dos noches hasta la mañana  (2 yöttä aamuun), del finlandés Mikko Kuparinen, “por su modernidad al describir, con intensidad y equilibrio, el siempre complejo mundo de las relaciones humanas”. En lo que se refiere a la sección Tiempo de Historia, el primer premio se otorgó al que partía como favorito, el documental La granja de pas, de la española Silvia Munt, sobre un problema que ha conseguido en los últimos tiempos elevada movilización social, los desahucios.

Por último, se adjunta el enlace con la relación detallada del palmarés del Festival, incorporándose igualmente a este número de la revista la reseña de algunos de los largometrajes exhibidos en la Sección Oficial.

Palmarés Seminci 2015

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