Críticas
Evasión en la desgracia
Degradado
Degradé. Tarzan y Arab Nasser. Palestina/Francia, 2015.
Estamos ante el primer largometraje de los hermanos Arab y Tarzan Nasser, que cuenta el desarrollo de una jornada calurosa, en una peluquería femenina de la Franja de Gaza. Lo que a priori parecía muy interesante, la idea de retratar un microcosmos rodeado de una guerra que no se muestra, que sólo escuchamos y de la que únicamente se reflejan sus repercusiones en el salón de belleza, termina resultando fallida en su concepto cinematográfico, y acaba por derivar en una propuesta muy teatral con su estética tediosa y aletargada. Sólo en los momentos finales el ritmo se aligera, acortándose los planos y haciéndose notar la viveza de la cámara en mano.
Las mujeres que se reúnen en la peluquería, una embarazada, una novia, una señora ultra religiosa, otra adicta a las pastillas, una divorciada desengañada, la dueña, su hija y su ayudante, entre otras, son llevadas al extremo por intentar caracterizar estereotipos, lo que desemboca en un resultado cargante y de apariencia falsa, cuyo desenlace no termina de importar en exceso. La astracanada se redondea con el robo de la leona del zoo de la zona.
La puesta en escena es tosca, descuidada, incluso caótica y de contrastado colorido, y las actrices hacen lo que pueden en ese desconcierto de caracteres definidos, para no acabar resultando irritantes y artificiosas. El título de la película hace referencia a una técnica de peluquería para decoloración del cabello, y las mujeres que se reúnen en el “universo” de belleza intentan salir adelante en medio de esa guerra “de verdad”, sin despreocuparse de las cosas banales, como ir bien peinadas o maquilladas, o quizá como medio de evadirse del horror de su existencia. Nos llama la atención, por otra parte, que si bien en la intimidad del lugar cada cual conserva o no el velo, según su conveniencia o convicciones, en cuanto se vislumbra una figura masculina, todas y cada una de las mujeres, incluso las que reflejan un carácter más liberal o independiente, acuden presurosas a taparse las cabelleras, ese material que precisamente está ocupando su tiempo para embellecerlo.
Lo más interesante del film es el punto de vista adoptado de lo que no se ve pero intuimos, el reflejo de una guerra en la que, prácticamente, el conflicto entre las propias facciones palestinas ha tomado mayor protagonismo en la población de Gaza, que la lucha contra el ejercito israelí opresor. El desorden que esta situación provoca, la violencia y la distorsión añadida que genera, se intuye y refleja en el propio caos en que es convertida la reducida peluquería, en unas vidas femeninas angustiadas, de las que se escapan entre ellas quejas explícitas por lo absurdo de la coyuntura en la que se ha desembocado, estado que, como se evidencia, ha sido dirigido en todo momento por el género masculino.
Al parecer, en Gaza, en la actualidad, la cinematografía y, en general, el resto de las artes están prohibidas al ser consideradas un pecado por ciertos movimientos islámicos, y desde 1987 no existen salas de cine. Bienvenidas sean, pues, propuestas tan valientes como Degradado, que a pesar de sus evidentes carencias, pueden ayudar a reactivar un cine ausente y vedado, aunque para su realización, los autores hayan tenido que desplazarse a Jordania, a pesar de no existir por el momento ninguna esperanza en el horizonte de que vaya a ser proyectado en Gaza en un futuro inmediato.
Ficha técnica:
Degradado (Degradé), Palestina/Francia, 2015.Dirección: Tarzan y Arab Nasser
Guion: Tarzan y Arab Nasser
Fotografía: Eric Devin
Música: Benjamin Grospiron
Reparto: Hiam Abbass, Maisa Abd Elhadi, Manal Awad, Raneem Daoud, Raya Khatib, Dina Simon, Huda Al Imam, Samira Al Aseer, Victoria Balitska