Críticas
Retrato amable de una déspota
Reina Cristina, la mujer que fue rey
Mika Kaurismäki. Finlandia, 2015.
Nos hallamos ante una película de corte histórico, dirigida por el conocido realizador finlandés Mika Kaurismäki, que ha conseguido financiación de diversos países (Finlandia, Canadá, Alemania, Suecia y Francia), lo que probablemente habrá ayudado para obtener una amplia distribución. Está previsto su estreno en Estados Unidos en diciembre de este año, y en España en marzo de 2016. También sospechamos que habrá contribuido el estar rodada en el idioma inglés, aunque se narre la vida de la reina Cristina de Suecia (1626-1689), intentando el realizador justificar el motivo, en que en aquellos años, en la corte sueca se hablaba francés, y además, precisamente, al encontrarnos con una coproducción, se ha contado con la intervención de actores de distintas nacionalidades y diversas lenguas vernáculas.
El film de Mika Kaurismäki, realizador sobradamente conocido en la Sección Oficial del Festival de Valladolid (ya participó en 2008 con Los reyes magos, Kolme viisasta miesta, en 2011 con Hermanos, Veljekset, y en 2012 con Rumbo al Norte, Tie Pohjoissen), se ha centrado con esta obra en los diez años en que ejerció el poder la reina Cristina, bordando con sutileza y tacto, “una” historia de esta soberana controvertida, un relato que se despliega con oficio en apenas hora y media, en una cuidada puesta en escena, atrayente vestuario y con la mano negra de las religiones planeando por todo el metraje. Resulta inevitable su comparación con la versión estadounidense que hizo el director Rouben Mamoulian, La reina Cristina de Suecia (Queen Christina), en 1933, con Greta Garbo en el papel de reina. Probablemente, por censuras de la época o por exigencias de los estudios, la película americana se centra en la relación amorosa mantenida por Cristina con el embajador español, Antonio Pimentel del Prado, aunque históricamente no queda nada claro que la amistad mantenida entre ambos tomara esos derroteros. Por su parte, el film de Kaurismäki indaga en las relaciones que la reina sostuvo con su dama de compañía, la condesa Ebba Sparre, aunque también se desconoce, por los documentos que han perdurado, el verdadero alcance que llegó a adquirir tal relación amorosa, si se instaló en lo platónico o traspasó la simple adoración de la belleza, convirtiéndose en un idilio lésbico.
El director finlandés nos presenta a una reina muy inteligente, instruida, amante de la paz y reacia al dominio masculino, y solo se detiene someramente, o termina obviando, su carácter contradictorio, conducta extravagante, falta de autodominio y dudoso mérito por haber dejado desoladas las arcas públicas, a cuenta de la satisfacción de sus personales caprichos. Cristina es interpretada por la actriz sueca Malin Buska, eficaz en la plasmación de una mujer caprichosa, soberbia, desconcertada en su sexualidad y dividida entre sus aspiraciones políticas y sus deseos personales. La condesa Ebba Sparre, por su parte, está representada por la canadiense Sarah Gadon, adecuada en su papel de dama de compañía idolatrada, cándida, sumisa y permanentemente atenta a los deseos de su soberana.
En definitiva, el filme acaba respondiendo a los deseos de su director de intentar modernizar y reivindicar el supuesto feminismo y la atracción por la cultura de una figura histórica, pero evita o pasa de puntillas determinados excesos y oscuridades, que, según los legados que nos han llegado al efecto, eran precisamente los que caracterizaban a la monarca sueca.
Ficha técnica:
Reina Cristina, la mujer que fue rey , Finlandia, 2015.Dirección: Mika Kaurismäki
Guion: Michel Marc Bouchard
Fotografía: Guy Dufaux
Música: Anssi Tikanmäki
Reparto: Sarah Gadon, Michael Nyqvist, François Arnaud, Laura Birn, Peter Lohmeyer, Martina Gedeck, Patrick Bauchau, Lucas Bryant, Samuli Edelmann, Hippolyte Girardot, Malin Buska, Veera W. Vilo, Jenny Rostain, Timo Torikka, Micci Martin