Checkpoint Rock. Canciones desde Palestina

Checkpoint Rock: Canciones desde Palestina es un documental musical, de esos necesarios, cuyo mensaje no se queda únicamente en lo estrictamente musical, sino que a través de ella nos ofrece un retrato sobre una cultura y un pueblo necesitado de una voz propia y de un medio por el que difundirla y darse a conocer al mundo, un mundo que le desconoce y no sabe de él más de lo que los informativos le enseña diariamente, de ahí su gran valor.

En sus escasos setenta y tres minutos de duración, el músico Fermín Muguruza (miembro de los desaparecidos grupos musicales vascos Kortatu y Negu Gorriak), en calidad de guionista y director, y el documentalista de nacionalidad peruana, Javier Corcuera, autor de los espléndidos documentales de temática y denuncia social: La espalda del mundo, La guerrilla de la memoria, Invierno en Bagdad y de algunos fragmentos para obras colectivas como En el mundo a cada rato e Invisibles, como realizador, conforman un tándem ideal con el que afrontar y presentar este documental sobre la música palestina.

El film sigue la estela trazada por otros documentales sobre música que han surgido en la última década, tan dispares como Buenavista Social Club de Wim Wenders, sobre el son cubano, o Global Metal, segunda parte del díptico sobre la música heavy metal, codirigido por Sam Dunn y Scot McFadyen, que se centra en la existencia de grupos de este estilo musical en los rincones más insospechados del globo terráqueo. Pero principalmente, y como referencia primordial, reconocida por el propio Fermín Muguruza, es el esencial documental sobre la música en Turquía, Cruzando el puente: Los sonidos de Estambul, dirigido por el realizador turco-alemán Fatih Akin, uno de los más relevantes directores del cine europeo actual. Inspirándose en el planteamiento presentado por Akin, Fermín Muguruza nos traza un recorrido por la cultura palestina, sus pueblos y checkpoint (puntos de control con la frontera israelita), presentándonos a músicos de distintos estilos y generaciones diversas.

El documental comienza con las imágenes del entierro del poeta nacional de Palestina, Mahmoud Darwish, y la voz en off de Fermín Muguruza explicándonos la importancia de su poesía en toda la música palestina, convirtiéndose de alguna forma en el guía espiritual del documental. El discurso es claro, con una estructura lineal y simple, que se repite en la mayoría de los casos – entrevista/discurso del grupo, interpretación en acústico, enlazada con una interpretación con instrumentalización completa-, creando el efecto emocional correspondiente, producido por este montaje.

Los primeros músicos que conocemos son DAM, grupo pionero del rap palestino, que aprovechan esta oportunidad que les brinda el documental para denunciar su situación y expresar su malestar, no solo en la entrevista, sino también con su propia música, en este caso, rap, un estilo musical con una gran aceptación mundial y cada vez más presente y con mayor fuerza en todas partes, incluso, y aunque pueda sorprendernos, en el mundo árabe, como aquí nos lo demuestran. A partir de este momento, continuaremos el recorrido con Suhell Nafar, uno de los tres MC’s del grupo, que ejercerá como guía, acompañándonos por nuestro viaje y presentándonos a distintas personalidades y grupos musicales, como la cantante y actriz Amal Murkus, a la MC Safa Arapiyat, al grupo de rock Khalas, y otros como; Walla’at, Muthana Shaban, Habib Al-Deek, Ayman RR, Shadi Al-Assi, Sabreen, Le Trio Jurban. Este conjunto de referentes musicales de la región, de estilos diversos y variados, tienen dos cosas en común: su admiración a Mahmoud Darwish y sus letras reivindicativas con las que expresan su malestar social y denuncia. Todos ellos aprovechan la oportunidad para expresar lo que siente su pueblo.

La realización a cargo de Javier Corcuera, con un equipo técnico y personal reducido, grabada en video digital, no juega un papel destacable. Su función es la de retratar de la mejor forma posible lo que los músicos quieren expresar, lo importante no son las imágenes sino lo que cuentan, de ahí que el trabajo sea discreto pero efectista. Aunque este motivo no impida que los encuadres, planos, localizaciones… estén estudiados y perfectamente filmados y combinados, creando un conjunto fílmico potente.

Inevitablemente, como no podía ser de otra manera, siendo un documental sobre la música en Palestina, la película tiene resonancias políticas, pero tan solo en las intervenciones de sus entrevistados, sin que haya ninguna explicación al por qué de la situación de Palestina, ni un posicionamiento sobre quién es el bueno o el malo, tampoco hay un representante del lado opuesto, etc., porque en definitiva, aunque es algo que está presente, la intencionalidad del documental no es esa, sino la de ser una plataforma de comunicación y de expresión, donde dar a conocer a un pueblo, en definitiva, un documental sobre una cultura.

Con la frase del «querido» poeta Mahmoud Darwish; «Los palestinos son seres humanos que ríen, viven, e incluso tienen una muerte normal. No sólo los matan» y la interpretación de una canción colectiva, de mismo nombre que el documental, en la que colaboran todos los participantes, incluido el propio Fermín Muguruza -con un estupendo montaje-, finaliza este documental, trasmitiendo una sensación de unidad y esperanza, y con la satisfacción de haber conocido y comprendido algo nuevo de un pueblo sobre el que no nos solemos cuestionar muchas cosas. Por eso agradecemos que existan documentales como éste.