Críticas
Una piccola bellezza
La juventud
Youth. Paolo Sorrentino. Italia / Francia / Reino Unido / Suiza, 2015.
Cuando supimos que, poco después de La gran belleza, Paolo Sorrentino ya tenía preparada otra película que empezaba a mover por los festivales, el entusiasmo pronto dejó paso al temor, ya que iba a resultarle muy difícil repetir el milagro de su anterior película, y eso que se había buscado un reparto magnífico, encabezado por dos de los grandes nombres de la interpretación, Michael Caine y Harvey Keitel, a quienes acompañarían Rachel Weisz, Paul Dano y una irreconocible Jane Fonda, que parece homenajear a Norma Desmond, el personaje que interpretaba Gloria Swanson en El crepúsculo de los dioses (Sunset Boulevard, Billy Wilder, 1950).
Aunque se ha querido comparar a Sorrentino fundamentalmente con Fellini, en La juventud hay más del Visconti de Muerte en Venecia (Morte a Venezia, Luchino Visconti, 1971) que del Fellini de Ocho y medio (1963). Es más, el parentesco con Visconti conduce directamente a Thomas Mann, y no solo a su novela veneciana, sino también a La montaña mágica, que se escribió en uno de los balnearios donde se ha rodado la película. Y es que, no en vano, La juventud está ambientada casi íntegramente en un lujoso balneario de los Alpes suizos en el que pasan sus vacaciones el compositor retirado Fred Ballinger (Caine) y el director de cine todavía en activo Mick Boyle (Keitel). Entre los huéspedes se encuentran también un antiguo futbolista retirado,trasunto de Diego Armando Maradona, interpretado por Roly Serrano, y un joven actor asqueado de su vida y de sus éxitos, Jimmy Tree (Paul Dano), además de la hija de Ballinger, Lena (Rachel Weisz).
La tranquila vida vacacional en ese balneario que recuerda a El Gran Hotel Budapest (Wes Anderson, 2014) es apenas interrumpida por la noticia de que va a llegar al lugar la recién elegida Miss Universo (Madalina Diana Ghenea), a quien Sorrentino le reserva dos de las mejores escenas del film, especialmente aquella en la que mantiene una breve conversación con el personaje de Paul Dano. En realidad, Sorrentino ha diseñado un magnífico envoltorio para plantear cómo llegan a la vejez dos viejos amigos. Sin duda, lo mejor de la película es la complicidad que logran establecer Michael Caine y Harvey Keitel, que se pasan el día recordando el pasado y hablando sobre sus problemas de próstata. El personaje interpretado por Caine hace tiempo que ha abandonado la vida pública, pero el de Keitel todavía trata de sacar adelante una nueva película con la ayuda de un equipo de guionistas que lo acompaña en su retiro estival.
La juventud reserva alguna que otra sorpresa al espectador, y en algunos momentos presenta algunas escenas oníricas de gran belleza, pero su mérito radica sobre todo en las relaciones que se establecen entre los personajes. Así, comprobamos cómo, poco a poco, Rachel Weisz, que tiene un rol en principio menos agradecido, va creciendo y se enfrenta a su padre. Del mismo modo, el tema de la creación, como ocurría en La gran belleza, va cobrando importancia.
A la película le cuesta arrancar, pero hacia la mitad de su metraje ofrece algunos momentos memorables, aunque renuncia a un final discreto y sereno en favor de uno grandilocuente, en el que las Canciones sencillas, una de las obras más queridas Ballinger (“no solo es sencilla, también es bonita”), son interpretadas por Sumi Jo ante un distinguido auditorio.
Ahora bien, la auténtica belleza de La juventud no se encuentra en los personajes centrales, con vidas demasiado cómodas y burguesas, sino precisamente en los márgenes, en figuras como la de la masajista que todas las noches baila frente a la consola o la joven prostituta que acude cada noche al lujoso balneario acompañada por su madre para prestar sus servicios a los huéspedes. La auténtica vida radica ahí, en esos cuartos cerrados a los que Sorrentino apenas nos ha dejado entrar.
Hay algún destello de La gran belleza, como “el momento en que aprendí a montar en bicicleta” al que se refiere el personaje de Boyle, pero no se repite el milagro. De todas maneras, si no tuviéramos esa necesidad imperiosa de compararla con la anterior película de Sorrentino, seríamos capaces de contemplar la belleza crepuscular que ofrece La juventud.
Premios: Nominada al Oscar a la Mejor Canción; nominada a los Globos de Oro a Mejor Actriz Secundaria (Jane Fonda) y a Mejor Canción; nominada a la Palma de Oro en el Festival de Cannes; premios del Cine Europeo a Mejor Película, Mejor Director y Mejor Actor (Michael Caine).
Tráiler:
Ficha técnica:
La juventud (Youth), Italia / Francia / Reino Unido / Suiza, 2015.Dirección: Paolo Sorrentino
Guion: Paolo Sorrentino
Producción: Carlotta Calori, Francesca Cima, Fabio Conversi, Gennaro Formisano, Nicola Giuliano, Viola Prestieri, Paul Sarony, Anne Walser
Fotografía: Luca Bigazzi
Música: David Lang
Reparto: Michael Caine, Harvey Keitel, Rachel Weisz, Paul Dano, Jane Fonda
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