Críticas
Aquarius
Kleber Mendonça Filho. Brasil, 2016.
Festival de Cannes – 69ª Edición – 2016
Antes de la entrada del equipo de la película Aquarius en el Gran Teatro Lumière, todos los actores y el director del filme, Kleber Mendonça Filho, mostraron a lo largo de la alfombra roja pancartas donde podía leerse: “Brasil experimenta un golpe de Estado” o “Brasil ya no es una democracia”, como protesta por la destitución de su presidenta, Dilma Rousseff. Este hecho podría quedar en mera anécdota si no fuese porque Mendonça Filho, en su corta pero importante filmografía, ha mostrado una gran preocupación por la transformación que viene experimentando Brasil, debido a la política llevada a cabo tras la intromisión del capitalismo más voraz, dando paso, entre una larga lista de perjuicios sociales, algo que el realizador brasileño ha reflejado en su cine desde su primera película: la era de la expansión acelerada del mercado inmobiliario. En Sonidos de barrio (2002), dentro de la descripción que hacía de los diferentes estratos sociales en un vecindario, situaba al frente a una serie de personajes relacionados con el negocio inmobiliario, poseedores de todos los edificios de la calle donde transcurría el film. En Aquarius, Filho hace mucho más evidente su preocupación por estos cambios en la economía de su país y sus implicaciones sociales.
La cinta está dividida en tres partes, que se refieren a diferentes momentos de la vida de Clara (una maravillosa Sara Braga). El primer episodio se llama “El pelo de Clara” y tiene lugar a principios de los años ochenta. Estamos en una celebración familiar y descubrimos a una mujer joven, con pelo muy corto, en pleno proceso de lucha contra un cáncer de mama. Un flashforward nos lleva treinta años después, cuando encontramos a una mujer de unos sesenta años con una larga y hermosa melena. Ella es Clara, quien está siendo entrevistada como figura importante dentro de la crítica musical. El segundo episodio, llamado “El amor de Clara”, está referido a las secuelas emotivas y sentimentales que el cáncer ha dejado en ella. Conocemos de cerca cómo es su vida, sus amistades, sus hijos y nietos, sus flirteos amorosos, sus preocupaciones y en qué consiste su filosofía de vida para haberse mantenido como una mujer de fuertes convicciones, libre e independiente. Aparece en escena una constructora que le ofrece una gran cantidad de dinero por su apartamento. El tercer capítulo, “El cáncer de Clara”, está referido por entero a la segunda contienda a la que Clara tiene que hacer frente y que nada tiene que ver con el cáncer. Como luchadora nata, se mantiene en la resistencia, dentro de su pequeño apartamento, su microcosmos donde ha vivido toda su vida, junto a su marido e hijos. Ahora vive sola y ve amenazado su hogar por esa gran empresa inmobiliaria que ha comprado todos los apartamentos del edificio donde ella vive. A pesar del crecimiento de la inseguridad en el lugar y la presión de sus hijos, preocupados por la situación, ella se niega a abandonar su casa
Aquarius lanza una potente reflexión sobre la interrelación entre la identidad y la conservación de nuestras raíces con el espacio físico y el entorno. Algo de suma importancia, que el dinero no debería poder corromper.
Ficha técnica:
Aquarius , Brasil, 2016.Dirección: Kleber Mendonça Filho
Guion: Kleber Mendonça Filho
Fotografía: Pedro Sotero, Fabricio Tadeu
Reparto: Sonia Braga, Jeff Rosick, Irandhir Santos, Maeve Jinkings, Julia Bernat, Carla Ribas, Fernando Teixeira, Rubens Santos, Humberto Carrão
La vi dos veces, me pareció muy buena, y la actuación de Sonia Braga excelente. Para mi gusto, no son necesarias las escenas eróticas tan descriptivas y completas. No agregan nada a la información necesaria, y bajan el nivel de belleza de la película. Es mucho más artístico sugerir que mostrar explícitamente. Y algunas escenas de recorrido de espacios son un tanto largas. Lo demás… ¡10 puntos!
me parecio maravillosa,y las escenas eroticas …tambien eso es la cultura brasilera
Necesita un transplante de argumento. Muy larga, aburrida. Beneficiada por la prensa que la catálogo como si se tratara de una pelicula de Steven Spielberg; no sé si quisieron favorecer a la Braga que estaba haciendo apariciones en películas independientes que tuvieron poca prensa y así hacerla renacer con Aquarius. Escenas de sexo que no sirven para nada (no precisa el preservativo, dice Clara a su gigolo y eso es mal ejemplo), la batalla entre ricos y pobres, que tampoco aporta nada , porque Clara pertenece a la clase alta y los pobres le resbalan. No queda claro cuánto ama a su hogar porque casi nunca está en él: disfruta la vida afuera y no dentro de su casa. El cáncer ya se abordó en muchas películas y de manera notable, al igual que los problemas inmobiliarios. En definitiva, es mala pelicula, que no aporta nada nuevo. No se les cayó ni una buena idea. Beneficiada por la prensa y listo….