Fuga de la Patagonia

Muchos pueden identificar el nombre “Perito Moreno” con el famoso glaciar ubicado en la ciudad de El Calafate, en la Patagonia Argentina, que por su belleza, es visitado anualmente por miles de turistas de todas partes del mundo. Cierto es que el perito Francisco Pascasio Moreno fue un científico que abocó gran parte de su juventud a la exploración de la Patagonia, territorio que por esa época todavía permanecía bajo dominación indígena, allá por el año 1879.

Sin tener bien en claro si fue intencionalmente, o no, por parte de Moreno –así lo plantea el film–, gran parte de los descubrimientos, relevamientos topográficos y cartografías realizados por el Perito, luego fueron utilizados para la sanguinaria y cruenta “Conquista del desierto”, que estuvo a cargo del por entonces presidente Julio Argentino Roca. Como en todo hecho histórico, existen muchos historiadores que optan por tener una visión de los hechos, mientras otros toman la decisión de revisarlos. Fuga de la Patagonia menciona el hecho puntual, pero invita a que el espectador investigue un poco más por su parte, para que tome su propia posición al respecto, reflexionando a partir de los sucesos ocurridos.

En medio de una de las tantas expediciones que realizó el Perito Moreno a la Patagonia, fue capturado por el cacique Saihueque, quien, a la altura de los acontecimientos que retrata Fuga de la Patagonia, desconfía de Moreno, por tratarse de un hombre blanco y ser funcionario de un gobierno que sistemáticamente busca eliminar a los indios de la Patagonia. Moreno es interpretado por Pablo Ragoni, quien logra transmitir ese temple y sabiduría que se le atribuye al joven científico, siempre con la obstinación de llegar a su objetivo. Ragoni, además de demostrar su gran nivel interpretativo, es un reconocido dramaturgo y director de la Ciudad de Buenos Aires.

Fuga de la Patagonia se apoya en un trabajo fotográfico de alto nivel, dándole a este filme ese aspecto de western que procura lograr, en una Patagonia retratada como una naturaleza virgen, desierta y hostil hacia el hombre blanco, territorio de los pueblos originarios de esa extensa área. En este aspecto, se destaca Lucio Bonelli, quien ya ha trabajado en películas como Tiempo de Valientes (2005), de Damián Szifrón y Séptimo (2013), interpretada por Ricardo Darín y dirigida por el navarro Patxi Amezcua. Para resaltar aún más esta característica de Lejano Oeste, la música de suspenso que se adoptó por parte de Pablo Borghi –Pájaros Volando (Néstor Montalbano, 2010)– ayuda a generar ese ambiente de soledad y persecución en las que se encuentran Moreno y sus dos amigos.

Siguiendo de cerca la cuestión fotográfica, tanto la puesta en escena como la situación a la que se enfrenta el Perito Moreno recuerdan a la lucha del personaje de Leonardo DiCaprio en El Renacido (The Revenant, Alejandro Gonzalez Iñarritu, 2015), si además nos apoyamos en el contexto patagónico en el que ambas películas fueron rodadas. Totalmente desprotegido y casi sin fuerzas, Moreno debe huir de los indios, pero también del ejército, personificado en «el Albino», personaje interpretado Jorge Sesán, quien puede llegar a ser recordado por retratar a Pablo en Pizza, Birra y Faso (Bruno Stagnaro y Adrián Caetano, 1997) y a uno de los villanos en El Ardor (Pablo Fendrik, 2013).

A partir de este viaje de Moreno, uno de tantos realizados por el explorador argentino, el espectador no sólo puede reconstruir la historia, contada de una manera lo más objetiva posible, sino que también es invitado a conocer mejor la belleza de la Patagonia Argentina, territorio que aún conserva zonas casi completamente naturales. Fuga de la Patagonia es una muy bella y cuidada producción, con varios aspectos sobresalientes, tanto desde el lado del reparto, como su dirección, con una fotografía excelente y un sonido digno de cualquier western.