Críticas
Entre el humor y el horror
Déjame salir
Otros títulos: Huye.
Get Out. Jordan Peele. EUA, 2017.
Jordan Peele escribe y dirige su primer largometraje Déjame salir / Huye (Get Out), en el que exhibe con astuto ingenio una radiografía del racismo impregnado hasta el día de hoy en lo más profundo de la sociedad blanca de Estados Unidos.
El argumento nos remonta directamente al filme Adivina quién viene esta noche (Guess Who’s Coming to Dinner, 1967), de Stanley Kramer, que nos presentaba a una pareja interracial –con Sidney Poitier como el novio–, que debía pasar la prueba de una reunión familiar. En este caso, de igual forma vemos a Chris (Daniel Kaluuya), un reconocido fotógrafo afroamericano y a su bella y blanca novia, Rose (Allison Willams), quien lo invita a pasar un fin de semana en la casa de campo de sus padres, una enorme propiedad alejada de la cuidad, en medio del bosque. Chris sumamente nervioso por la aceptación de sus suegros le pregunta a Rose si ya saben que se trata de un novio negro, a lo que ella responde tranquilamente que no hay problema, porque sus padres no son racistas, y que su padre habría votado nuevamente por Obama si fuera posible.
La familia Armitage, la cual denota una privilegiada posición económica, recibe cálidamente al novio de Rose. Su padre, Dean, un estrepitoso neurocirujano, interpretado por el actor de series de televisión Bradley Whitford (Better Things, 2016; All the Way, 2016), se esfuerza por ubicarlo en la casa, dándole el tour de bienvenida, mientras que Missi, la madre, una experimentada psiquiatra con habilidades de hipnosis, interpretada por Catherine Keener (Little Pink House, 2017), da muestras de ser una mujer comprensiva y bondadosa. De manera contrastante a su personalidad tan inclusiva, Peele nos deja observar que la familia cuenta con la servidumbre de una pareja de trabajadores negros acomedidos, con actitudes verdaderamente extrañas, muy a la manera de cómo se presentaban en el cine estadounidense sobre todo a mediados del siglo veinte: afroamericanos en las grandes casonas del Sur, desempeñando su trabajo incondicionalmente y con una enorme sonrisa en el rostro.
La inquietud que Kaluuya (Sicario, 2015; Black Mirror, 2011) imprime en el personaje de Chris la comparte, sin duda alguna, el espectador, quien sospecha que no todo irá de color de rosa, ya que parece demasiado bueno para ser verdad. Peele nos empuja a intuir que detrás de tan buenas maneras de los blancos liberales, y de tantos halagos a la fuerza y habilidad de la raza negra, hay un racismo profundo, gravitando en las mentes de los personajes. De tal forma que, cautamente y muy poco a poco, el argumento va dando ciertos giros de tuerca para ir adentrándose en los terrenos de la incertidumbre y el suspenso, no sin pasar por ingeniosos momentos de un humor audaz que caen casi en lo fársico y absurdo.
Nada como un guion impregnado de sutilezas y guiños ocultos para mantener al espectador completamente intrigado y a la expectativa; pero al mismo tiempo, al borde de la risa y asombrado con el hábil manejo de los estereotipos malgastados, aunque sagazmente disfrazados, mediante la educación y la condescendencia.
Por lo tanto, el tema tratado y cómo se nos presenta, resulta verdaderamente relevante, más aún en un momento tan quisquilloso como el que se vive actualmente en los Estados Unidos, en el que la sociedad ha dejado salir a la luz ciertos estigmas que yacían ocultos por considerarse de mal gusto, pero que ahora parecen nuevamente permitidos y no políticamente incorrectos, como si de cierto modo los estereotipos estuvieran tatuados en el subconsciente colectivo de la sociedad norteamericana.
Déjame salir se convierte, de pronto, en un genial y entretenido filme que encaja en el género de horror, pero al valerse de esos ratos humorísticos, con una audaz y enmascarada crítica a la sociedad, precisamente en la era Trump, se vive como una montaña rusa que divierte, pero a la vez inquieta al público; ejemplifica lo siniestra que puede llegar a ser la sociedad “perfecta”, descarando el racismo a la manera que Frank Oz trataba la misoginia con su filme Esposas perfectas (The Stepford Wives, 2004), hablando de lo inverosímil y enfermo, suavizado con un humor extravagante y ambiguo. Por lo tanto, mientras en aquella se hacía hincapié en la superioridad masculina, que además, sabía aprovechar a su favor las habilidades y virtudes femeninas, en Déjame salir / Huye se muestra la supremacía blanca, pero que saca ventaja de las aptitudes y destrezas de la raza afroamericana, utilizándola para su beneficio.
Peele tiene una trayectoria en la comedia con la serie Key & Peele, del canal Comedy Central, la cual codirige y actúa junto con Keegan-Michael Key, en la que aborda situaciones llevadas al extremo de lo absurdo, lo irreverente, de forma sagaz y original.
De igual forma, Déjame salir refleja esa predilección por los momentos incómodos, conducidos al límite de lo irrazonable o paradójico, mostrando que a la tensión dramática se puede llegar desde diferentes maneras. Por ejemplo, la música que elige es la correcta, tanto el soundtrack como el tema principal, «Sikiliza Kwa Wahenga», una canción en lengua Swahili, son especialmente compuestos por Michael Abels para el filme. La letra de este tema representa, según el compositor, el alma de todos los esclavos negros que advierten al protagonista que huya lo antes posible.
Definitivamente, Jordan Peele demuestra con este primer filme detrás de la cámara, que tiene mucho que decir y sabe cómo hacerlo de forma peculiar, y el espectador encontrará capas y capas para rebuscar y recrearse.
Ficha técnica:
Déjame salir / Huye (Get Out), EUA, 2017.Dirección: Jordan Peele
Duración: 103 min. minutos
Guion: Jordan Peele
Fotografía: Toby Oliver
Música: Michael Abels
Reparto: Daniel Kaluuya, Allison Williams, Catherine Keener, Bradley Whitford, Betty Gabriel, Caleb Landry Jones, Lyle Brocato
buena película buena trama un final inesperado, recomendable.