Críticas
Sombras de lluvia y muerte
Sombra
Otros títulos: Ying.
Shadow. Zhang Yimou. China, 2018.
Es una alegría ver a Zhang Yimou en buena forma. Reconozco que el director chino es una de mis debilidades, pero los últimos pasos de su carrera me resultaban entre confusos y decepcionantes. Es más, su anterior película, La Gran Muralla, me pareció un espectáculo vacío y artificioso a mayor gloria de la puesta en escena para el mercado internacional, muy lejos de la habitual sensibilidad del reconocido artista chino. Sombra, a priori, me parecía el forzado regreso a la zona de confort tras el batacazo. Yimou se refugiaba en el campo con el que tan buenos resultados ha cosechado, la particular versión del clásico género wuxia, otra demostración de belleza plástica sin mucha novedad, tras los aplausos por genialidades como Hero o La casa de las dagas voladoras.
Me encanta equivocarme. Me gusta que los directores pisoteen mi desidia y la transformen en sorpresa y entusiasmo. Disfruto cuando los creativos tras una película dinamitan mis aires de superioridad de crítico resabiado y me regalan un producto tan bello y enérgico como Sombra, la demostración de que el mejor Yimou ha vuelto para dejarnos con la boca abierta.
Sí, es el retorno al hogar, pero, otra vez, el veterano cineasta da una vuelta de tuerca a su cine, ejemplo de mutación sin perder personalidad, salvo pequeños tropiezos que una carrera tan dilatada conlleva. Aun con todos esos años a las espaldas, Yimou no cede al cansancio o la comodidad, y regala al espectador otra declaración de amor al CINE, con mayúsculas, como punto de fusión de artes, de movimiento, de poesía y explosión plástica. Sombra es veteranía y pasión en igual medida, control total de todos los aspectos del complejo arte de rodar películas, envuelto con tanto cariño que crea auténtica magia en la sala de cine, esa clase de sensación que, en ocasiones, creemos perdida entre tanto ruido.
Para la ocasión, Yimou reviste esta tragedia de tintes clásicos con cierto aroma fantástico, enmarcada la trama en el pasado mítico de China. Este escenario permite el desborde de la imaginación, a través de potentes imágenes, donde el movimiento de los personajes es protagonista. La extravagancia marcial se mezcla con el espíritu de pintor del director, y la maravilla cinética se envuelve del pesado color gris plomizo de los eternos días de lluvia. En ocasiones, Sombra parece rodada en blanco y negro, gracias a la potente apuesta cromática de Yimou. La tristeza dramática se encaja en la historia para dar empaque al inevitable destino de los personajes, al mismo tiempo que se agarra con fuerza al espectador, emoción directa de la retina al corazón. Es poesía, tan elegante como salvaje cuando la violencia se desata, en el momento que las pasiones desbordan a los protagonistas, y afrontan las consecuencias de sus actos.
Para la trama, Yimou se adentra en los juegos de poder, en la codicia que alimenta los monstruos de nuestro interior. La venganza, los secretos en los pasillos de los palacios, los amores prohibidos, las conspiraciones entre susurros o la pura supervivencia se entremezclan como temas principales en esta tragedia de aires clásicos, que bebe de fuentes tan inevitables como Sheakespeare o el gran intérprete del Bardo en imágenes, el maestro Kurosawa. Todas esas reminiscencias confluyen en la propia personalidad de Yimou, en estado de gracia como creador de cine. Muestra maestría absoluta en cada decisión, obsesivo en la construcción del apabullante escenario por el que mueve a placer a sus personajes, enfrascados en el mortal ballet de hojas afiladas. El diseño de producción roza lo perfecto. Los matices de gris son inteligente metáfora de la propia historia. Sombras grises, corazones grises, sepultadas por los días grises de lluvia predecesora de muerte y olvido.
El resultado final de Sombra es hipnótico, espectáculo pensado al milímetro para atrapar al espectador en este mundo entre la realidad y el sueño, hermoso y violento. La película de Yimou trasciende, alcanza el grado de experiencia, cercana a lo onírico con elegancia sobrecogedora.
Sombra puede llevar a la confusión al que espere el despliegue de coreografías marciales y pirotecnia física. En ese sentido, es más comedida que otros acercamientos de Yimou al género, y los enfrentamientos a golpe de sable y puño son contados. A pesar de eso, y de cambios de ritmo bastante notables, el director no pierde el pulso ni se adentra en farragosos excesos emocionales. El equilibrio es la nota constante de la película, que bordea en ocasiones cierta sensación de estancamiento, superada por un director armado de visión y convencimiento.
A pesar del entusiasmo que envuelve esta crítica, Sombra está muy lejos de ser perfecta. Es deliciosa en ejecución de ideas visuales, ambiciosa sin caer en el ridículo, pero, aún así, a pesar de la autoridad con la que Yimou viste su obra, no acaba de rematar en lo narrativo. Hay giros forzados y decisiones desconcertantes en la resolución de la trama, demasiado inverosímiles como para dar el visto bueno sin paliativos. No estropean el visionado ni el conjunto de la película, esos minutos finales, y se perdonan por la grandiosa experiencia que deja en el paladar cinéfilo el despliegue de Yimou. La extravagancia, en este caso, no se paga demasiado cara.
Hay que agradecer que Zhang Yimou recupere la mejor versión de sí mismo, que escape de los cantos de sirena de películas, quizá, más alimenticias, pero peor ejecutadas. Y también es justo reconocer la capacidad de mutación de este director excepcional, que ha mostrado muchas caras, siempre con coherencia y bajo el prisma de un universo propio y, al parecer, inabarcable. Mucho ha llovido desde la mítica Sorgo Rojo, aquel impresionante debut, pionero ante el mercado internacional de lo que el cine chino era capaz de dar. Ese afán por el cambio da esperanzas en el futuro. Sombra me ha devuelto una fe que nunca debí perder.
Disfruten de Sombra. La película lo merece. Y ustedes, como espectadores, también.
Tráiler
Ficha técnica:
Sombra / Ying (Shadow), China, 2018.Dirección: Zhang Yimou
Duración: 116 minutos
Guion: Zhang Yimou, Wei Li
Producción: Village Roadshow Pictures Asia / LeVision Pictures / Perfect Village Entertainment / Shanghai Tencent Pictures Culture Media / Bona Film Group / Tencent Pictures / Tianjin Maoyan Weying Media / Bodi Media Company
Fotografía: Xiaoding Zhao
Música: Lao Zai
Reparto: Deng Chao, Sun Li, Ryan Zheng, Guan Xiaotong, Wang Qianyuan, Wang Jingchun, Hu Jun, Lei Wu