Críticas
¿Quién no miente?
Clara y Claire
Celle que vous croyez. Safy Nebbou. Francia, 2019.
Con esta obra del realizador francés Safy Nebbou nos enfrentamos con un filme inquietante. Se trata del sexto largometraje del director, tras En los bosques de Siberia (Dans les forêts de Sibérie, 2016). El guion de la película Clara y Claire, en su original “Quién crees que soy”, obra del mismo realizador y de Julie Peyr, está basado en una novela de Camille Laurens, concretamente, la homónima del título del filme en francés, Celle que vous croyez. Safy Nebbou, tomándose mucha libertad frente a la obra literaria, vuela libre hacia terrenos insospechados. Se bordea y en algún caso se ahonda sobre demasiados asuntos, además de muchos fracasos o renuncias impuestas.
Afortunadamente, el largometraje cuenta como protagonista con una actriz de la talla de Juliette Binoche. Interpreta a Claire y también a Clara, aunque de ilusiones se dice que vivimos los humanos. Su gran intervención ilumina toda la película y consigue que olvidemos ciertos momentos de confusión que encontramos en la trama. Claire es una mujer madura, ya en la cincuentena, divorciada, con dos hijos adolescentes o casi. Es profesora universitaria de literatura y, además, arrastra más de un trauma. Precisamente, la película se abre en la consulta de su nueva terapeuta, para seguidamente retrotraernos a todos los hechos ocurridos hasta entonces. Se trata de un flashback que cuando conviene, vuelve a su lugar de origen, a esa sala de citas con la siquiatra, marchándose nuevamente con diversas analepsis para seguir avanzando en la trama pasada, hasta atrapar el presente.
Lo más sobresaliente del filme es ese montaje en forma de puzzle, además de contar con un final, con un fotograma impactante, demasiado sugerente. En cuanto al montaje, además de las analepsis citadas, se incrusta en el guion ficción que asemeja realidad, y viceversa. Un ejercicio que exige una participación por parte del espectador. Circunstancia que siempre es de agradecer. Sobre el final, les invito a que vean el filme. Si alguno o alguna lo adivina antes de llegar a ese momento, tienen nuestra máxima admiración. Por nuestra parte, consiguió descolocarnos y situarnos en un plano muy desosegante.
Además de todo lo anterior y de Juliette Binoche, navegamos en un mar de carencias y expectativas no cumplidas. También con miedos que acechan, cada vez menos lejanos. ¿Y si empezamos por la ira? Porque no se engañen con las apariencias. El primer sentimiento que mueve a Claire es el enojo, la furia por ser quien es, la frustración por haber sido despachada y despechada. No solo una vez. Además, se une la impotencia que conllevan las limitaciones de su edad. La espontaneidad ya quedó lejos y la rutina está incrustada en el día a día. Y si hablamos de deterioro físico por el natural envejecimiento del paso de los años, casi mejor que ni empecemos. ¿Y la experiencia que otorga el paso del tiempo? Esa facultad que jamás alcanzará un veinteañero o una veinteañera. Ese transcurso vital en donde se han ido acumulando suficiencia, maestría, mundología; también éxitos, decepciones y hasta descalabros.
A lo señalado en el párrafo anterior, añadiríamos la soledad y la amargura, esta última provocada por abandonos y por la invisibilidad en que parece instalarse la mujer madura. Y Claire no se resigna. ¿Y en dónde se le ocurre buscar una última o penúltima aventura? ¿O quizá ello llegó a su mente después del intento de venganza? Pues en el mundo virtual. Aquel en el que todo o casi todo parece lo que no es. Ese universo en donde reluce el oro que no es tal. Basta una mera rascadura para darse cuenta de la confusión del tesoro por mera chatarrería. Un universo de demasiadas imposturas que deberíamos dejar en su lugar, a menos que pretendamos jugar con fuego o a la acrobacia circense. Y sin comerlo ni beberlo, no es descabellado pasar del mero disgusto o contrariedad al peligro inminente y hasta sicótico.
También es un elemento clave en el largometraje la relación del terapeuta con sus pacientes, los límites deontológicos, su falta de intervención o, por el contrario, la participación activa en la vida de los clientes. En la obra de Safy Nebbou, la siquiatra de Claire está interpretada, también maravillosamente, por la actriz Nicole García. La doctora Catherine Bormans, que todo lo escucha, impasible, sin soltar prenda sobre cualquier asunto de su intimidad. Aunque se le instigue insistentemente a ello. Las citas entre Catherine y Claire se encuentra entre los mejores momentos del filme.
Estamos ante una obra extraña, que va madurándose poco a poco, alcanzando el cenit a su finalización. Mientras tanto, podemos reflexionar también sobre la maldad, o quizá su ausencia, sustituida por pura ignorancia. Nuestros actos y actitudes no son inocuos, nunca lo son, aunque a veces nos empeñemos en lo contrario. En la existencia de Claire se pueden encontrar muchas capas, como en una cebolla corriente. Podríamos comentar, y lo hacemos, la falta de atención hacia sus hijos y la nula disposición hacia su exmarido y su nueva pareja. Con un par de escenas es suficiente para que nos percatemos de los escenarios en los que deriva y desborda la vida de nuestra protagonista. Estamos ante una mujer herida, que sepamos, por dos veces, y que no ha sabido o podido adaptarse al transcurso de los años. Claire es una fémina que necesita reafirmarse en el afecto, pero la búsqueda parece que desbarra por el camino equivocado. Y de la gloria al ridículo hay muy pocos pasos.
Safy Nebbou, con un guion inteligente y unas magníficas interpretaciones, además de alejar el dulce de la boca del espectador para que se esfuerce en alcanzarlo, acierta en ese viaje hacia lo desconocido que atraviesa tierras inconcebibles. Sorprendentes pero creíbles. Estamos ante una obra muy recomendable y que lanza una serie de inquietudes y zozobras a su finalización, que les acompañarán en la salida y por un tiempo. Al menos, así lo esperamos. Y nos negamos a poner el acento en las diferencias de edades, que al parecer sí son importantes, ¿todavía?, especialmente si la de mayor edad de la relación es del sexo femenino. No. Para nosotros, lo fundamental del filme es la mentira, el engaño como intento patético de relacionarnos cuando nos sentimos solos y abandonados. Y en Clara y Claire, el embuste chapucero no puede llevar más que a territorios demasiado oscuros y previsiblemente siniestros.
Tráiler:
Ficha técnica:
Clara y Claire (Celle que vous croyez), Francia, 2019.Dirección: Safy Nebbou
Duración: 101 minutos
Guion: Safy Nebbou, Julie Peyr (Novela: Camille Laurens)
Producción: Diaphana Distribution
Fotografía: Gilles Porte
Música: Ibrahim Maalouf
Reparto: Juliette Binoche, Charles Berling, François Civil, Nicole García, Guillaume Gouix, Jules Houplain, Claude Perron, Marie-Ange Casta