Dónde estás, Bernadette

Hace apenas seis años vimos a una Cate Blanchett en la mejor interpretación de su carrera, cuando en Blue Jasmine(2013), a cargo de Woody Allen, le dio vida a una mujer de la socialité quien, tras el suicidio de su estafador y mujeriego marido, huyó de las deudas que le heredó en Nueva York, para refugiarse con su hermanastra en un empobrecido departamento en San Francisco.

Blanchett ejecuta de forma impecable a un personaje que se inserta en la degradación de su vida. No abandona la altanería, la soberbia y lo presuntuosa. Trata de manera despectiva a su hermanastra -una espléndida Sally Hawkins- por sus condiciones de vida, su relación sentimental y su trabajo. Jasmine se convierte en la piedra en el zapato del entorno de su hermana y la persigue incluso hasta su propio pasado. En ese ir y venir, y a través de flashbacks, Blanchett consigue que, en la medida en que detestes a Jasmine, también sientas lástima por ella. Este personaje le valió el Oscar, el Globo de Oro y el BAFTA en la categoría de Mejor Actriz.

El preámbulo viene a colación, porque, aunque un tanto lejos de esa Jasmine de Woody Allen, en cuanto a tiempo y ejecución, y a que, dicho sea de paso, resignificó la carrera del realizador, es de nueva cuenta Cate Blanchett quien se vuelve a echar una película en los hombros con Dónde estás Bernadette (2019), la vigésima en la filmografía del director y guionista norteamericano Richard Linklater.

En esta historia, Bernadette es una mujer que tras los efectos de una fama que le llegó muy rápido, al ser una arquitecta reconocida, decidió refugiarse en su matrimonio y en su casa en Seattle, que lleva años pretendiendo remodelar. En una especie de comportamiento totalmente antisocial, digamos que fue una referente de la arquitectura ecologista y minimalista que un día perdió su creatividad.

El esposo de Bernadette, Elgie (Billy Crudup), un reconocido colaborador en una empresa de Internet, decide llevarle, sin consultarle, a una terapeuta, porque está seguro de que ella tiene un problema; su hija Bee (Emma Nelson) se siente abrumada por los comportamientos de su madre. En los intentos de remodelación de su casa, provoca un derrumbe que afecta sobremanera la casa de su vecina Audrey (Kristen Wiig), con quien se enfrenta públicamente en medio de una reunión familiar.

De nueva cuenta vemos a una Cate Blanchett en un personaje que parece que ha perdido la estabilidad emocional. Como Bernadette, decide salir del autoencierro sin avisar, para aislarse en otro lugar frío y solitario, en donde, a través de desconocidos, parece reencontrarse a sí misma, quizá no tanto en el sentido de identidad, sino en el de creatividad. Será su hija Bee quien organizará su búsqueda y será el anclaje de la relación familiar.

Dónde estás, Bernadette es una adaptación de la novela homónima de la escritora Maria Semple, quien participó como guionista en la serie noventera de televisión, Sensación de vivir 90210, y produjo la serie Mad about You (2006), ganadora de un premio Emmy.

Linklater la hace suya y entrega una historia sobre depresión, tristeza y frustración, pero también sobre autodescubrimiento, sobre el reencuentro con la creatividad y sobre ese sentimiento de huir cuando sientes que nadie te comprende. Y en este marco, juega con el drama, la introspección y hasta con la comedia, y es ahí donde parece que la intención se debilita.

Es que, de pronto, parece situarse en una comedia familiar de reencuentros, apelando a sus más recurrentes convenciones, pero alcanza momentos dramáticos y compasivos que no habrían sido lo mismo sin el potencial de Cate Blanchett y esa habilidad para empatizar con su personaje y volverlo brillante y memorable.

No es una novedad, en la filmografía de Linklater, la necesidad de contar una historia desde su principio hasta su final, pero incluso en su película más personal, Boyhood (Momentos de una vida, 2014) no se concibe con sinceridad una relación paterno-filial –o materno, en este caso- como con Bernadette y su hija. No es por mucho su mejor película, pero incluso, cuando parece que apelará a las convenciones de la comedia familiar, se detiene y nos regala, con sinceridad, la escena que nos rompe el esquema.

Parece inimaginable esta película sin Cate Blanchett quien es, sin duda, la fuerza de este film. Como en aquella Jasmine, nos vuelve a entregar un personaje tan neurótico, pero capaz de conectar emocionalmente con su audiencia y volverse memorable.

Tráiler: