Críticas
Una historia no contada de Marcel Marceau
Resistencia
Resistance. Jonathan Jakubowicz. Alemania, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, 2019.
No todo el mundo sabe quién es Marcel Marceau, y mucho menos saben que fue un héroe durante la Segunda Guerra Mundial, condecorado oficial de la Legión de Honor francesa. Esta curiosa y desconocida historia es la base de Resistencia (Resistance, 2020), la más reciente película del venezolano Jonathan Jakubowicz. El primo del mismísimo Marceau, Georges Loinger, fue la cabeza de la Resistencia francesa y la fuente más confiable que utilizó el director y libretista para narrar la historia, pues siempre quiso entender cómo gran parte de su familia fue erradicada, simplemente, por ser judíos. Es una historia apasionante, sin duda, muy cercana al corazón del Jakubowicz, pero por sus propias decisiones, el film no termina de encajar completamente.
La historia arranca el 9 de noviembre de 1938 en Munich. Elsbeth (Bella Ramsey) es testigo de la muerte de sus padres (Klára Issová y Édgar Ramírez, que no vuelve a aparecer pero su nombre se destaca en el cartel), a manos de los nazis, simplemente por ser una pareja de judíos. Un salto innecesario a Nuremberg en 1945 nos presenta al general George Patton (Ed Harris) frente a su batallón, leyendo un discurso sobre la historia extraordinaria de la que se acaba de enterar. Volvemos a 1938, pero esta vez a Estrasburgo, pueblo fronterizo con Alemania, donde Marcel Mangel (Jesse Eisenberg) tiene una presentación en un burdel, donde interpreta a Chaplin, aunque su padre diga que es Hitler y va a sacarlo del lugar, porque hay que trabajar al día siguiente en la carnicería de la familia, la que ha estado por generaciones.
Marcel quiere ser un actor serio, no es un payaso. Por eso duda cuando su primo Georges (sí, el mismo que le contó la historia a Jakubowicz, interpretado por Géza Röhrig) le pide ayuda para unos niños judíos huérfanos, 123 para ser exactos, que vienen en un camión desde Alemania y cuyos padres fueron asesinados por los nazis. Y así es como se conecta la historia con ese fragmento del comienzo, pues en ese camión está Elsbeth, que establece de inmediato una conexión especial con Marcel. Abrumado por la cantidad de pequeños, Marcel se sienta en una esquina y empieza a hacer lo que mejor sabe hacer, mímica. En un abrir y cerrar de ojos, se vuelve el centro de atención y la diversión para todos los niños. La expresividad de Eisenberg siempre ha sido una característica del actor, y en este film está explotado adecuadamente en un papel que le queda tan bien. Sin duda, divierte y encanta en esos silencios, donde todo depende de su cara y su actuación.
Mientras tanto, Hitler ha invadido Polonia y las alarmas les anuncian que la evacuación es obligatoria, el temido momento ha llegado y los nazis están cerca. ¿Qué hacer con los niños, entonces? Pues hay que refugiarlos: iglesias, familias, todos los que los puedan ayudar. En el proceso, Marcel y su hermano Alain (Félix Moati) se unen a la resistencia junto con sus amigas, Emma (Clémence Poésy) y Mila (Vica Kerekes), y el talento de Marcel para pintar le resulta útil para falsificar pasaportes, empezando por el suyo, en el que cambia su apellido por Marceau.
En ese momento, la historia se empieza a diluir. Es claro que no es una película sobre la vida de Marceau, pero sigue siendo el personaje principal y la forma en que arriesgó su vida por los niños judíos que huían del terror nazi, lo que lo hizo merecedor de la orden del mérito de Francia. Por eso, cuando aparecen las escenas de la vida y la intimidad de Klaus Barbie (Matthias Schweighöfer), el temido carnicero de Lyon que torturaba personalmente a los prisioneros de la Gestapo, el protagonista queda relegado a un segundo plano a partir de la mitad de la película, donde el ritmo y el género parecen cambiar de rumbo.
Es inevitable pensar en La vida es bella (La vita è bella, Roberto Beningni, 1997) y hasta la fabulosa Jojo Rabbit (Taika Waititi, 2019) como referentes directos de este filme, considerando que tienen en común la búsqueda de humanidad y algo parecido al humor en los horrores de la Segunda Guerra. Pero Resistencia es por ratos es un thriller, en otros momentos es puro drama, y sin duda hace sonreír cuando vemos a Eisenberg hacer de mimo y enamorar a los pequeños huérfanos. Hasta las motivaciones se diluyen en la historia: Marceau hace la reflexión de que la resistencia no es matar nazis, sino salvar a los niños judíos huérfanos que han sobrevivido los horrores de la guerra, pero todo es por acciones externas al personaje, lo dice por amor a Emma y porque la ve sufrir, pero no porque lo haya vivido en carne propia, es ella la que ha llevado la peor parte.
Solo al final se puede ver un número como los que hicieron célebre a Marcel Marceau, cuando volvemos con el discurso del general Patton, que probablemente el espectador ya había olvidado. Se ven la emoción y la pasión del famoso mimo en sus interpretaciones, pero en los zapatos de Eisenberg, quien demuestra que la elección del actor fue adecuada, a pesar de que el acento le falle algunas veces, y con esta escena se cierra una película que deja un sabor extraño, una historia memorable que merece ser contada, pero que no termina de encajar.
En los créditos de cierre, la película es dedicada a los niños que murieron a manos de los nazis con el mensaje de “jamás olvidaremos”. Y es cierto, jamás lo haremos, porque seguirán existiendo películas de todos esos héroes de la guerra, para que conozcamos que los límites de la resiliencia del espíritu humano y la fortaleza que tuvieron para sobrevivir una de las épocas más crueles de la historia del mundo.
Trailer:
Ficha técnica:
Resistencia (Resistance), Alemania, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, 2019.Dirección: Jonathan Jakubowicz
Duración: 120 minutos
Guion: Jonathan Jakubowicz
Producción: Marco Beckmann, Carlos García de Paredes, Claudine Jakubowicz, Jonathan Jakubowicz, Stephanie Schettler-Köhler, Matthias Schweighöfer
Fotografía: M.I. Littin-Menz
Música: Angelo Milli
Reparto: Jesse Eisenberg, Clémence Poésy, Félix Moati, Vica Kerekes, Matthias Schweighöfer, Géza Röhrig, Bella Ramsey, Ed Harris, Édgar Ramírez
La acabo de ver. No me gustó la actuación del actor que hace de Marcel. No tiene habilidades como mimo
Buena idea, mala ejecución, partiendo por el hecho de no oír ninguna palabra en francés, salvo «madame»; el actor ni siquiera hizo el intento de pronunciar correctamente la resistance. Además que si bien lograba expresar emociones con sus gestos, sus cualidades como mimo no eran las mejores. Creo que la película tuvo un enfoque que no permitió rendir un bonito homenaje a Marcel Marceau, pero cumple con hacer conocido su importante rol en la segunda guerra mundial.
Termino de ver Resistence. No me gustó. Flaco favor le hace el protagonista al gran Marcel Marceau, no solamente por su no condición de mimo, también como actor. No me pareció creíble. Como la mayoría del reparto. Una historia que no termina de estar bien contada. Salvo el conocer el papel que cumplió Marceau, en la segunda guerra mundial.
A mi la película me gustó mucho, esta muestra desde una perspectiva personal todas las dificultades que tuvo que pasar, también con un desarrollo de personaje muy bueno y dando a conocer la historia de un grande como Marcel Marceau.