Críticas
Más allá del hechizo
Las brujas
The Witches. Robert Zemeckis. EUA, 2020.
Un niño pierde a sus padres en un accidente y debe ir a vivir con su abuela. Tiene un encuentro con una bruja; su abuela teme acerca de lo que pueda ocurrirle y lo lleva a vivir al hotel donde trabaja su hermano. La visita coincidirá con un congreso internacional de brujas; el chico y sus amigos serán víctimas de un hechizo y tendrán que unirse para combatirlas.
Basada en la novela de Roald Dahl, Las brujas es una comedia pronta a recalar en el público infantil con el mismo peso que cualquier dibujo animado o historia fantástica, con un guion elemental que ataca algunos puntos básicos, altamente trillados y esquemáticamente tratados. Un filme menor de Robert Zemeckis, que permite el lucimiento de Anne Hathaway, una bruja que asume la representación del mal con toda la potencia que el mito requiere.
El mayor destaque fue para los efectos visuales en CGI. Técnica que consiste en proporcionar a los protagonistas indumentarias especiales con numerosos puntos de referencia, que emiten una luz infrarroja, luego recibida por un sistema de cámaras. Los actores se movilizan bajo determinadas coordenadas, la información rescatada por estos dispositivos es trasladada a un ordenador, y desde allí, un software transfiere los datos al modelo digital. Fue utilizada por primera vez en 1990, en la película Desafío total, dirigida por Paul Verhoeven y protagonizada por Arnold Schwarzenegger.
Lo medular de Las brujas pasa por estos procedimientos, y hace que valga la pena experimentarla en el cine. Explosiones por los aires que culminan en transformaciones, brazos que se estiran para alcanzar objetivos dificultosos, ratones animados, despuntan como elementos disfrutables en la experiencia cinematográfica. La magia del software al servicio de la pantalla grande.
No menos importante es el papel que juega el maquillaje en Anne Hathaway, con extensiones de latex que involucran dedos de pies y otras zonas corporales.
Una narración prolija y ordenada con algún flashback aclaratorio, prueba de la existencia de las brujas, desde la palabra oficial de los adultos, como algo universal. Los cuentos no son tales, quien pretenda equiparar esta película a un cuento va por mal camino. Las brujas existen eternamente, el mal existe en todas partes y en todos los tiempos. El resto es la aceptación de la condición actual y la solidaridad por el emprendimiento de una lucha, que pretende proteger a los niños de todo el mundo: el mal debe ser destruido.
Poco más puede extraerse de una película que se queda en el entretenimiento banal y limitado.
Solo nos queda lo visual, el disfrute de la tecnología que, sin excesos, se las ingenia para aportar cierto clima de espectacularidad; pequeña tensión que no llega al desborde de las emociones. Una película como tantas, no sorprende con nada nuevo, entretiene sin deslumbrar. Las ideas visuales no consiguen un relato atractivo.
La incursión de las brujas viene desde una representación del mal que se nos ofrece en términos universales. Están diseminadas por el mundo, y solo el sujeto común, libre de egocentrismos en la aceptación de sí mismo como tal, puede hacerse cargo de su destrucción. Apología del sentimiento de comunidad, que piensa en los pares antes que en uno mismo. Los afectados desean salvar al resto de los niños, es su plan de vida. Así de simple es la propuesta. Se contrapone a unas brujas enceguecidas por el odio, que busca satisfacerse en el daño al prójimo, al más débil, el niño. Un abuso en términos de diferencia, que nace encarnado en lo femenino como modelo alternativo, aunque no único, la abuela es aliada del bien.
La inteligencia, versus el poder de lo sobrenatural, opera como otra dicotomía presentada desde la simplicidad de esquemas, que sugieren la posibilidad de contravenir los deseos de los poderosos, mediante la unidad y el ingenio. Es la compensación de la diferencia frente a la adversidad; funciona como arma eficaz para enfrentarse a lo desconocido, en un ejercicio que nos recuerda las técnicas de aikido: usar la fuerza del otro para vencerlo. En ese sentido, son las pócimas malignas las que ocupan el centro de la acción; fórmula harto trillada en las películas del género, si así podríamos denominarlo. Brujas, pócimas, maleficios, conversiones, salvaciones, y un aspecto en este caso ausente: rescate de las características originales. Un heroísmo que, lejos del conformismo, apuesta a más, la belleza y la naturaleza humana son dejadas de lado, para enfatizar el altruismo, más allá de cualquier deseo de gloria personal. La ayuda a los demás está en el centro, la propia vida cobra sentido y validez en la causa social, en la ayuda al semejante, considerado valioso por ser humano.
Estos elementos contrastan con la manera como buena parte de la población de discapacitados recepcionó el filme. Las brujas, por ser seres demoníacos, se entiende que no son humanos. Su forma femenina es falsa, y, tras sus atuendos, aparecen diversas malformaciones en pies y manos. Esto no cayó bien a la comunidad de discapacitados, lo que motivó una disculpa de la Warner Bros. ¿La ameritaba? Tal vez si, aunque el espíritu de la transformación, justamente, pretendía resaltar lo sobrenatural, lo ajeno al género humano, propio de la bruja. Los responsables no previeron el juicio de valor negativo implícito: rasgos de discapacidad humana, que no pertenecen a lo humano y que, a su vez, van ligados al ser malvado y poderoso. Toda una ideología que se coló de contrabando.
Tráiler:
Ficha técnica:
Las brujas (The Witches), EUA, 2020.Dirección: Robert Zemeckis
Duración: 99 minutos
Guion: Robert Zemeckis, Kenya Barris, Guillermo del Toro (Novela: Roald Dahl. Guion original: Allan Scott)
Producción: Warner Bros., ImageMovers, Esperanto Filmoj, Double Dare You. Productor: Guillermo del Toro, Alfonso Cuarón. Distribuida por HBO Max
Fotografía: Don Burgess
Música: Alan Silvestri
Reparto: Octavia Spencer, Anne Hathaway, Jahzir Bruno, Stanley Tucci, Chris Rock, Angus Wright, Philippe Spall, Simon Manyonda, Jon Prophet, Charles Edwards, Morgana Robinson, Anna Devlin, Eugenia Caruso, Codie-Lei Eastick, Eurydice El-Etr, Jonathan Livingstone, Miranda Sarfo Peprah, Abi Adeyemi, Me'sha Bryan, Joseph Zinyemba