Chaos Walking

En el futuro distópico de Chaos Walking (Doug Liman, 2021), hay hombres que nacen con el «Ruido» y otros que han tenido que adaptarse a este fenómeno, pero todos lo tienen. El Ruido es la fuerza de los pensamientos, que se ve como una nube de colores sobre cada uno e incluso se puede materializar. Todd (Tom Holland) es uno de los más jóvenes que nació con ese extraño «don» y vive en este mundo de solo hombres, condenado a desaparecer por la ausencia de mujeres.

Y un buen día, cae del cielo una nave espacial y se estrella en este extraño planeta, dejando un solo sobreviviente, una persona sin el Ruido: una mujer, Viola (Daisy Ridley), que venía en una misión especial. Para salvarla de las manos del Alcalde Prentiss (Mads Mikkelsen) y sus malas intenciones, Todd tiene que huir con ella a un lugar que ni siquiera sabía que existía. Aunque llegan sorprendentemente fácil a su destino, este es solo el comienzo de las verdades que este Nuevo Mundo esconde, donde se ponen a prueba la fuerza del machismo y su dominio, incluso fuera del planeta Tierra. Lentamente las respuestas van llegando, mientras la aventura de los protagonistas va avanzando y sus enemigos los persiguen sin descanso.

El filme es del mismo director de Al filo del mañana (Edge of Tomorrow, 2014) y Jumper (2008), y seguramente fue elegido por su experiencia en el género: el filme está lleno de escenas llenas de acción, persecuciones emocionantes y movimientos de cámara muy ágiles, marcando un ritmo constante e inevitablemente interesante. Se detiene en los detalles necesarios para explicar el mundo que los rodea, pero en su mayoría la película va a un paso acelerado, acompañado de la música de Brandon Roberts y Marco Beltrami, nominado al Oscar por su trabajo en En tierra hostil / Zona de miedo (The Hurt Locker, Kathryn Bigelow, 2008) y al Globo de Oro por Un lugar tranquilo / Un lugar en silencio (A Quiet Place, John Krasinski, 2018), una excelente combinación para tener al espectador pendiente de la pantalla y preguntándose qué es lo que pasa en este planeta.

Este largometraje está basado en The Knife of Never Letting Go, el primer libro de la serie de novelas para jóvenes, Chaos Walking, del británico Patrick Ness, el mismo de Un monstruo viene a verme (A Monster Calls, Juan Antonio Bayona, 2016). La adaptación, hecha por el mismo Ness y Christopher Ford (Spider-Man: de regreso a casa, John Watts, 2017), logra capturar la esencia de las temáticas del libro, que siempre va más allá de la superficie y lo evidente, pero cambiando absolutamente todo el recorrido de la historia original, debilitando toda la tensión y destapando graves fallas en el camino del proceso de la traducción audiovisual.

Se conserva el interesante concepto de ver cómo se materializan los pensamientos de cada uno sin tener un filtro ni poderlos esconder, tanto los miedos como los deseos, aunque se disminuye su importancia frente a una joven de otro planeta que jamás había conocido esto y se normaliza rápidamente. El personaje de Aaron, el predicador (David Oyelowo), es totalmente innecesario, una excusa para retrasar la historia y un intento de moral en un mundo dominado por la fuerza bruta y la ambición. La presencia de Hildy (Cynthia Erivo) como una mujer poderosa de otro pequeño asentamiento es bastante disminuida, se queda en anécdotas y sin una gran presencia dramática, solo disminuye el ritmo emocionante que llevaba antes de su aparición. Ambos son la cuota afroamericana de la película, que parece forzada.

Este filme, que tuvo un presupuesto de 125 millones de dólares y empezó su rodaje en 2017, llevaba cuatro años tratando de ver la luz de las salas de cine, pues después de sus primeras pruebas fue altamente criticado, calificado como un «desastre sin solución», lo que exigió el rodaje de varias escenas nuevas, tratando de mejorar la historia. Después de llamar al director y libretista uruguayo Fede Álvarez para tratar de arreglar los errores, a comienzos de 2019, el resultado sigue siendo tibio, una historia desordenada que un gran equipo de dirección, producción y actores no pudieron sacar a flote, por más que lo intentaran.

Es imposible traicionar la inspiración original de esta manera y esperar tener éxito en el proceso. Pero parece que este fenómeno algo común en el director, que ha tenido que rehacer escenas en varias de sus películas anteriores, como El caso Bourne (The Bourne Identity, 2002), Sr. y Sra. Smith (Mr. & Mrs. Smith, 2005) y Al filo del mañana (Edge of Tomorrow, 2014). ¿Por qué, entonces, grandes estudios de Hollywood siguen confiando en este director los millones de dólares que cuesta una película? El peso de la historia empieza con el libretista y termina con el editor, que, aunque no hace milagros, muchas veces puede salvar un mal producto.

En el caso de Chaos Walking, todo se queda en buenas intenciones, que no alcanzan a hacer honor al libro en el que se ha basado ni al trabajo de años de un gran equipo, que pasó por manos de gente tan talentosa como el ganador del Oscar Charlie Kaufman, John Lee Hancock (Un sueño posible, 2009), Jamie Linden (Money Monster, 2016), entre otros . El mal sabor que deja una película a medio contar con una historia con mucho potencial hace que nos cuestionemos dónde se equivocaron tanto en la cadena de esta producción. Seguramente no habrá segunda parte, así que habrá que recurrir a los libros, ganadores de prestigiosos premios de la literatura infantil y juvenil. El papel siempre aguanta más que la pantalla.

Trailer:

https://www.youtube.com/watch?v=MXnMZS8-Cks