Críticas
Un divertido crucero por el Amazonas
Jungle Cruise
Jaume Collet-Serra. EUA, 2021.
Gracias al éxito mundial de Piratas del Caribe: La maldición del Perla Negra (Pirates of the Caribbean: The curse of the Black Pearl, 2003), una película basada en una de las más populares diversiones de los parques temáticos de Disney en Orlando (Florida), surgió la idea de hacer lo mismo con Jungle Cruise (2021). Para 2004 tenían productores y libretistas en negociaciones, incluso Tom Hanks y Tim Allen se rumoraban para hacer parte del reparto. Solo hasta 2018, después de varias reescrituras de guion y muchos cambios, se estableció que Dwayne “La Roca” Johnson y Emily Blunt serían los protagonistas de esta adaptación, una pareja muy dispareja para protagonizar una historia que llevaba catorce años en proceso. Disney sabe lo que hace, y con un presupuesto de 200 millones de dólares lograron hacer una cinta muy entretenida, la típica “película del verano” para toda la familia donde hay algo para todos los gustos.
La historia empieza en 1556 con el viaje del español Lope de Aguirre (Édgar Ramírez) y sus conquistadores a Suramérica en busca del legendario árbol de Lágrimas de la Luna, cuyas flores podrían curar cualquier enfermedad y quitar maldiciones. Como la tribu Piku Michuna se rehúsa a revelar la ubicación de este árbol sagrado, los españoles deciden matar a todos los nativos, no sin antes caer víctimas de una maldición que los hace inmortales, pero sin la posibilidad de alejarse del río Amazonas. Para 1916, MacGregor Houghton (Jack Whitehall) presenta en la Sociedad Real de Londres la investigación que ha realizado acerca del tema y la importancia de este árbol para la medicina de la época, pero es solo una distracción, mientras su hermana Lily (Emily Blunt) roba una reliquia que le ayudará a encontrar este misterioso árbol, ya que nadie le quiere creer ni ayudar en su misión.
Ya en Brasil y con la reliquia en su poder, los hermanos Houghton conocen a Frank Wolf (Dwayne Johnson), un hábil navegante del río Amazonas que se ofrece a llevarlos por un precio más bajo que la competencia, porque asegura conocer esas aguas como nadie. La aventura comienza, con ella viene la emoción y el derroche de efectos especiales, acompañada de la música del legendario de James Newton Howard y una versión instrumental de Nothing else Matters, de Metallica, todo bajo el mando del director español Jaume Collet-Serra, conocido por su incursión en películas de suspenso (La huérfana, 2009) y acción (Sin identidad, 2011).
A pesar de tener una estructura predecible, la historia escrita por Glenn Ficarra, Michael Green y John Requa logra ser interesante y divertida, tiene ciertos toques de modernidad en sus temáticas al pasar por el feminismo y la homosexualidad de manera sutil pero inteligente, sin llegar a hacer burlas malintencionadas ni ser muy insistentes, logrando acomodarse a la época en que se desarrolla la historia. Además, hay claras inspiraciones y referencias a películas de acción recordadas por el público, como las sagas de aventuras de Indiana Jones y Brendan Fraser en La Momia (The Mummy, 1999), así como Tras el corazón verde (Romancing the Stone, 1984).
La combinación Blunt-Johnson recuerda a La bella y la bestia (2017) y Vaiana (2016) -donde la voz de Maui también es interpretada por “La Roca”-, un dúo muy particular que funciona en sus interacciones y los diálogos ágiles, se complementan a la perfección. Jack Whitehall, reconocido humorista británico, cumple muy bien con su función de sidekick o compañero de aventuras que se encarga de la línea puramente cómica. Esta fórmula es la que Disney conoce y maneja bien desde hace años, ellos siempre se van por lo seguro y le dan un giro de tuerca más, para hacer que algo que han usado siempre parezca nuevo. Y lo logran en cada ocasión.
Eso no quiere decir que la cinta esté libre de defectos: el exceso de CGI o efectos especiales ha molestado a más de uno. La evolución en este campo es cada vez más evidente, por momentos logran hacer que este mundo de fantasía se sienta real, así como hay escenas en las que la ilusión es tan obvia que nos hace recordar que es tan solo una película de la franquicia Disney. Hay momentos en que los efectos se hacen más que necesarios por el toque de fantasía que tiene la historia, empezando por la presencia de Próxima, la mascota de Frank.
Tiene una trama un poco más compleja y enredada de lo que el público está acostumbrado en estas películas (lo que la hace entretenida también para adultos), y algunas actuaciones pueden rayar con lo caricaturesco, como Jesse Plemons haciendo del malvado Príncipe Joachim y Paul Giamatti como Nilo Nemolato, pero es claro que esos personajes van enfocados específicamente al público infantil, con un aire de maloso a lo Capitán Garfio y Jafar, difíciles de tomar en serio si no se es un niño.
La vi porque estaba «al alcance de la mano» (en la plataforma de Disney+) y terminé divirtiéndome más de lo que esperaba, fue una sorpresa encontrar a los españoles Dani Rovira y un irreconocible Quim Gutiérrez como parte del trío de villanos, liderados por el venezolano Édgar Ramírez. Es una película imperdible para los amantes de las cintas de aventuras y todos aquellos que siguen a Disney como si fuera una religión.
Es un filme para ver y disfrutar en familia, ese es su propósito y no busca nada más allá. Cumple tan efectivamente con su función que una semana después del estreno ya se había anunciado la secuela con el mismo equipo de protagonistas, libretista (Michael Green) y director. Así que agárrense, porque tendremos cruceros por la jungla amazónica para rato.
Trailer:
Ficha técnica:
Jungle Cruise , EUA, 2021.Dirección: Jaume Collet-Serra
Duración: 127 minutos
Guion: Michael Green, Glenn Ficarra, John Requa
Producción: Dwayne Johnson, Larry Franco, Dany Garcia, Hiram García, Petra Holtorf-Stratton, John Davis, Beau Flynn, John Fox
Fotografía: Flavio Martínez Labiano
Música: James Newton Howard
Reparto: Dwayne Johnson, Emily Blunt, Édgar Ramírez, Jack Whitehall, Jesse Plemons, Paul Giamatti, Dani Rovira, Quim Gutiérrez, Veronica Falcón, Sulem Calderon