Críticas

La era del fingimiento

Family Romance, LLC

Werner Herzog. EUA, 2019.

FamilyRomance,LLCCartelLa idea desarrollada por el prolífico cineasta alemán Werner Herzog en este filme no es nueva. Por ejemplo, ya nos deleitamos con ella en Familia del español Fernando León de Aranoa (1996) o en Alps del griego Yorgos Lanthimos (Alpeis, 2011). Sí que es la primera vez que recordamos haberla visto desarrollada en un país asiático, concretamente en Japón. El título alude a una empresa cuyo objeto social se encuentra dirigido a aparentar realidades ficticias. El abanico resulta amplio y la contratación puede dirigirse a un padre de alquiler, al acompañante en un viaje, a montar cualquier farsa para rememorar un día feliz o a suplantar a un progenitor alcohólico en la boda de su hija. Las necesidades humanas, o más bien sus carencias, se nos presentan como infinitas. Y en el universo consumista en el que estamos nos sumergimos en un gran mercado en el que todo, o casi todo, se puede comprar o vender. 

Desde sus inicios, Herzog siempre caminó en solitario, aunque surgiera en un punto de su itinerario el Nuevo Cine Alemán. A pesar de ser etiquetado como miembro del grupo, el autor prefirió continuar con libertad, sin adscribirse a tendencia alguna. El cineasta y por proyección sus personajes suelen intentar adaptar la realidad a un ideal o a una visión. Su poesía fílmica se elabora alrededor de esa dualidad entre la ilusoria esencia de lo real y la naturaleza efectiva de la ilusión.  Y para ello, combina extraordinariamente la imaginación, la estilización y la escenificación. Herzog no marca diferencia alguna entre su obra de ficción y la documental. Acude a análogos recursos formales en los dos terrenos. Y si la ficción posee algunas veces huellas documentalistas, como sucede en Family Romance, LLC, sus documentales toman recursos unidos a la ficción con un férreo control de la puesta en escena. El realizador germano destruye esa frontera cada vez más difusa entre ficción y realidad y construye puentes para enlazar ambos campos. En ese empeño, el director se caracteriza por explorar los límites en cualquier faceta, ya sea física, cultural o social.

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A Herzog le embarga la sensación de que las imágenes ya no tienen espacio al encontrar todo edificado. Pero no hace falta que se vaya a Marte para localizar imágenes puras. En la misma ciudad de Tokio es capaz de filmar lugares en los que la inmensidad de la naturaleza se impone frente a la pequeñez humana; también en sus alrededores. Aquí nos encontramos con una película de exteriores en un paseo por el mundo nipón; cerezos en flor, teléfonos del viento, parques con samuráis en acción…Gente que va y viene en una urbe repleta de construcciones, pero también de naturaleza. En una obra de incertezas que apelan a la reflexión del espectador, Herzog se lanza a la conquista de quimeras y fantasías. Entre tanto, nos preguntamos junto con el autor: ¿quién ha perdido el norte, la sociedad, los individuos o ambos?

A pesar de lo estrambótico que puede resultar el oficio de algunos y la querencia de otros, en realidad se baila sobre una cuerda demasiado inestable y cualquier error, cualquier coincidencia inesperada puede desembocar en verdaderas tragedias. Porque lo que pretende curar heridas es posible que termine produciendo el efecto contrario y acabe desangrando al interesado. Se posee una compañía muy particular y en expansión que en verdad juega con fuego, con sentimientos, entre ellos el amor. Una necesidad de encuentro y unión con otro ser, cuyo resurgir se ha establecido, paradójicamente, como prohibido a los empleados de nuestra sociedad por sus mismos estatutos. Lanzándonos de la mano del director en estratos profundos, la verdad parece que puede alcanzarse únicamente con la imaginación y la intervención. 

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Con sensibilidad, Herzog exhibe la materia filmada y sus sonidos con detalle y sosiego, en una dirección que maneja y conforma personajes y naturaleza. Centrando su objetivo en la disección de la condición humana en un tiempo y lugar determinados, paso a paso, experimenta sobre la idiosincrasia de individuos y colectividades. Y siempre a la búsqueda de nuevas culturas, otras latitudes en las que enzarzarse en ese rastreo de la imagen pura, en ficciones que subliman la realidad y la documentan. Transita caminos en los que las aguas se deslizan con lentitud siguiendo el curso natural del cauce. No son separables forma y contenido. Ninguno es superior al otro. Ambos son dignos de reflexión: lo que se cuenta y cómo se cuenta. Porque, ¿qué es la verdad? Quizás únicamente las emociones. 

La película comienza con una secuencia en un parque. Gentes diversas vienen y van y a fuerza de apariciones, logramos distinguir y dirigir nuestra mirada, con la ayuda de la cámara del director, a dos de los protagonistas. Él la llama por su nombre y le dice que es su padre. Se trata de un hombre de mediana edad, vestido con corrección; ella es una chiquilla de 12 años. ¿Te has atrevido a venir sola? Qué valiente…Es el inicio de una caja de sorpresas que juega con credibilidades inciertas. A pesar de todo, no puede sorprender que sí exista ese mercado en el que todo está en venta y todo se puede comprar. Además, el filme cuenta con un final demasiado inteligente que pone en solfa lo que sí habíamos aprehendido como la realidad de la ficción. Certezas pocas, en un universo en que destacan las apariencias, las imágenes retocadas, las falsas promesas y los intereses creados. 

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Después de todo lo dicho, sí, parece que el misterio se disipa. No sabemos si contra pronóstico, Family Romance, LLC cuenta una historia real de un negocio floreciente en Japón e incluso el fundador de la compañía en concreto, Ishii Yuichi, se interpreta a sí mismo mientras trabaja en la caracterización del padre de Mahiro. Esa relación se convierte en central en el largometraje, mientras se dan paso a una serie de escenas que la acompañan y redondean. Impagable la del ataúd. ¡Qué placidez se siente en su interior! Y tampoco es un momento gratuito. Al parecer, en Tokio está de moda entre la juventud experimentar la muerte en un tanatorio…Y también tiene su momento de protagonismo un asunto que preocupa al realizador, el de los robots que actúan como sustitutos de labores humanas hasta la fecha. 

Estamos ante una gran película de carácter minimalista, rodada sin permisos y con diálogos que en momentos asemejan improvisados, que nos invita a reflexionar hasta dónde hemos llegado y hasta dónde queremos llegar. Al respecto, no tiene desperdicio la escena callejera de la candidata a influente. Tanto ella como los contratados y ante todo, las personas que pasan por allí y sus reacciones. ¡Qué grandes mentiras transformadas en realidades hemos creado, entre todas y todos, para sobrellevar soledades, carencias y penalidades! 

Tráiler:

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Ficha técnica:

Family Romance, LLC ,  EUA, 2019.

Dirección: Werner Herzog
Duración: 89 minutos
Guion: Werner Herzog
Producción: Coproducción Estados Unidos-Japón; Skellig Rock
Fotografía: Werner Herzog
Música: Ernst Reijseger
Reparto: Ishii Yuichi, Mahiro Tanimoto, Miki Fujimaki, Takashi Nakatani, Kumi Manda, Yuka Watanabe, Jin Kuroinu, Airi Coats, Shun Ishigaki, Tatsuaki Hôjô, Tetsuro Mori, Ryoko Sugimachi, Airi Asoh, Yuki Wakabayashi, Umetani Hideyasu

Una respuesta a «Family Romance, LLC»

  1. Excelente película. La necesidad de hoy en día de inventarnos otra realidad, una donde podemos realmente disfrutar la vida y ser felices.

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