Críticas
Historia de una monja
Benedetta
Paul Verhoeven. Francia-Bélgica-Países Bajos, 2021.
Paul Verhoeven es uno de esos directores que, pese al paso del tiempo, nunca deja de sorprender. Consolidó su trayectoria en el cine holandés con cuatro largometrajes que hoy se podrían considerar casi obras de culto, Delicias holandesas (Wat zien ik, 1971), Delicias turcas (Turks fruit, 1973), Una novia llamada Katy Tippel (Keetje Tippel, 1975) y Eric, oficial de la Reina (Soldaat van Oranje, 1977), pero es en los años ochenta y en los noventa cuando termina de configurar un estilo propio que le lleva a trabajar en grandes superproducciones en Estados Unidos, como RoboCop (1987), Desafío total (Total Recall, 1990) o Instinto básico (Basic Instinct, 1992), que fueron auténticos taquillazos.
Desde entonces, ha ido encadenando éxitos más modestos y sonoros fracasos como Showgirls (1995), ahora recuperada como título de culto gracias al documental You Don’t Nomi (Jefrey McHale, 2019). De aquellos años son dos películas tan atípicas como Starship Troopers (1997), una pequeña joya de la ciencia-ficción, y El hombre sin sombra (Hollow Man, 2000), un film en clave de terror, que supuso su despedida de Hollywood. A partir de ese momento, regresó al cine europeo, en coproducciones como El libro negro (Zwartboek, 2006) (que es, posiblemente, junto a Eric, oficial de la Reina su mejor película; ambas, por cierto, ambientadas en la Segunda Guerra Mundial en Holanda), Elle (2016) y la que hoy nos ocupa, Benedetta.
Aunque Benedetta no supone una gran aportación al conjunto de la filmografía de Verhoeven, sí acentúa alguna de las características más llamativas de su cine, como ese ambiente malsano y perverso en el que mueve a sus personajes, impregnado siempre de un humor muy particular, en no pocas ocasiones macabro, o la excelente dirección de actrices, desde la Monique van de Ven de sus primeras películas hasta la Isabelle Huppert de Elle, pasando por Belinda Meuldijk, Susan Penhaligon, Renée Soutendijk, Susan Tyrrell, Jennifer Jason Leigh, Nancy Allen, Sharon Stone, Elizabeth Berkley, Gina Gershon, Denise Richards, Dina Meyer, Elisabeth Shue o Carice van Houten, entre otras.
Al igual que Elle y otras películas suyas, Benedetta es una película de actrices; en esta ocasión, las tres protagonistas son Benedetta (Virginie Efira), la abadesa (Charlotte Rampling) y Bartolomea (Daphné Patakia). Ahora bien, la mayor debilidad de la cinta se encuentra en el tono, ya que no sabemos si esta historia está contada en serio o no, y resulta muy difícil empatizar con ninguno de los personajes, especialmente con Benedetta. Benedetta está más cerca de Los señores del acero (Flesh+Blood, 1985) que de cualquier otra película de Verhoeven, pero es también una mezcla de El nombre de la rosa (Der Name der Rose, Jean‑Jacques Annaud, 1986), El crisol (The Crucible, Nicholas Hytner, 1996) e incluso Akelarre (Pablo Agüero, 2020), con ciertos toques del Pasolini más gamberro de El Decamerón (Il Decameron, 1971) y Los cuentos de Canterbury (I racconti di Canterbury, 1972), pero con una visión del mundo bastante más perversa. Como afirma Yago García, “al igual que en la película de 1985, en esta hay peste negra, superstición, mugre a granel, humor de lavabo, clérigos corruptos y, sobre todo, milagros fraudulentos…”.
El resultado es una película irregular pero apasionante, que supone una particular aportación de Verhoeven al género de la nunsploitation, y que se resuelve en un interesante duelo entre actrices, especialmente entre Efira y Rampling, por un lado, y Efira y Patakia, por otro. De hecho, ha convertido el duelo de strippers en Las Vegas de Showgirls en un duelo de monjas que aspiran a regir los designios de un convento en la Italia del siglo XVII. Solo al final cobra cierto protagonismo el nuncio, interpretado por Lambert Wilson, pero no termina de encajar el tono, ya que el personaje de Benedetta, aunque en ocasiones roza el ridículo, siempre se toma muy en serio a sí misma.
Inspirada en el ensayo histórico de Judith C. Brown Immodest Acts: The Life of a Lesbian Nun in Renaissance Italy, Benedetta no es una película especialmente provocadora, pues no hay aquí nada que no hayamos visto antes en otras películas de monjas o en otras de Verhoeven, pero sí se echa de menos ese punto gamberro que tiene casi toda su producción. Aunque está ambientada un siglo después que Los señores del acero, no parece que el Renacimiento haya hecho acto de presencia en Pescia, ciudad de la Toscana en la que está ambientado el film. Y no, no voy a decir nada de la talla de la Virgen… compruébenlo, si se atreven.
Tráiler:
Ficha técnica:
Benedetta , Francia-Bélgica-Países Bajos, 2021.Dirección: Paul Verhoeven
Duración: 131 minutos
Guion: David Birke y Paul Verhoeven
Producción: Saïd Ben Saïd, Michel Merkt y Jérôme Seydoux
Fotografía: Jeanne Lapoirie
Música: Anne Dudley
Reparto: Virginie Efira, Charlotte Rampling , Daphné Patakia, Lambert Wilson, Olivier Rabourdin, Louise Chevillotte, Hervé Pierre, Clotilde Courau, David Clavel