Barbarian

Amo el cine de suspenso. He visto tantas que he llegado a pensar que ya no tienen qué más inventarse. La mayoría de cintas de este género se vuelven predecibles desde antes de la mitad de la historia, cuando ya estoy escarbando el fondo de mi balde de palomitas de maíz y llegan los bostezos de aburrición. Pero en el caso de Barbarian (Zach Cregger, 2022) no llegué a ese punto, de hecho me reacomodé en la silla para centrar mi atención en lo que estaba en la pantalla. No se reinventaron el género, creo que a estas alturas nadie lo hará, pero sí proponen una narrativa distinta. Yo la llamaría algo así como “interrumptus”, porque introduce a un personaje, lo lleva a su clímax y de repente hay un corte radical. Como si cambiaran de película, nos mandan a un lugar nuevo con un personaje diferente, así no más.

Inevitablemente, la cabeza se sacude y surge la pregunta de qué es el que está pasando. Y esta herramienta funciona a la perfección, hay un cambio positivo en la forma de contar que propone algo, eso se ha visto soportado por la respuesta del público, quienes han llamado a esta cinta como “inteligente” gracias a su narrativa y que logró más de 10 millones de dólares en su fin de semana de estreno, nada mal para una cinta de 4 millones de presupuesto total. La mezcla de suspenso con humor negro y las aterradoras profundidades a las que llega definitivamente están llamando la atención.

Esta cinta nos presenta primero a Tess (Georgina Campbell), una joven que llega durante una noche lluviosa –obviamente– a la casa que ha alquilado en Detroit, tipo Airbnb, un lugar de paso para descansar y alistarse para una entrevista laboral el día siguiente. Pero este lugar ya está ocupado por Keith (Bill Skarsgård), quien asegura que también lo alquiló. Sin más opciones, Tess decide quedarse en ese lugar, para descubrir que no se encuentran solos… Corte a: AJ (Justin Long), en Hollywood, es un productor acusado de abusar de una actriz, su carrera se va para el traste y decide desaparecer un rato de la ciudad, alejarse de todo y pasar por la casa que le dejó su abuelo de herencia… En Detroit… ¿La misma donde están Tess y…? ¡Por supuesto!

Dos historias que van en paralelo y parecen no conectarse, se unen de una forma creativa e interesante, jugando con las expectativas del espectador y explotando un poco de los clichés del género. Justo cuando uno piensa que va a suceder algo, hay un giro de tuerca interesante que a veces produce esa risa incómoda y otras cambia el rumbo de la historia, distrayéndonos para luego sorprendernos, llevándonos hasta el asco y la repulsión. Aunque es inevitable conectar a Skarsgård con su personaje en It (Andy Muschietti, 2017), no es una repetición del macabro payaso, pero sí es una carta que el director se juega por la fama del actor.

La elección del casting es cuidadosa y tiene un propósito, es muy interesante verlos salir de la zona de confort, pues Justin Long es conocido por sus cintas de comedia y Georgina Campbell ha estado en papeles pequeños en la televisión británica en series de detectives y películas dramáticas exclusivas para televisión. Los tres quedaron enganchados al leer el guion por primera vez, tanto que Skarsgård se lanzó como productor de la cinta.

Para explotar el talento de estos tres protagonistas, los personajes realmente tienen una construcción, una imperfección como humanos que los pone a sudar al enfrentarse a los extremos a los que la cinta los lleva, generando en el espectador preguntas acerca de la moralidad cuando la vida está en peligro, ¿qué límites estaríamos dispuestos a cruzar? ¿Quién puede llegar a ser realmente “bárbaro” en sus acciones, según la situación? Todos pasan por la equivocación, la paranoia y el peligro, despertando sentimientos e invitándonos a padecer las malas decisiones.

En definitiva, no va a dejar a ningún espectador quieto, para bien o para mal. A veces la narrativa se siente como un afortunado accidente, pero en otros momentos parece ser algo fríamente calculado. Todavía está en camino de ser una gran cinta de suspenso, pero es un paso firme hacia adelante del director y libretista, que se estrena en el género después de su trabajo en comedia en televisión americana y dos películas que escribió y dirigió, estruendosos fracasos que es mejor olvidar.

Siguiendo con Cregger, es claro el conocimiento que tiene sobre el suspenso, o el trabajo de investigación que realizó, pues se siente en toda la historia y en la atmósfera que crea, llegando hasta el tráiler, que podría dar pistas de una película “predecible” (y eso puede jugar en su contra). Además, hay un trabajo interesante en la historia, el suspenso se mezcla con la idea de la víctima y el victimario, dándole vueltas al asunto y poniendo a los personajes en ese dilema (y de paso al espectador), dependiendo de quién esté enfrentando la situación.

Y en el subtexto está claramente la crisis económica en Estados Unidos, la incompetencia de la policía, el racismo, la maternidad… Y estos elogios no quieren decir que sea la historia perfecta, porque también  hay fallos en la lógica que, al terminar la cinta, uno puede empezar a cuestionarse, además de explicaciones innecesarias con diálogos, a pesar de que estamos viendo lo que sucede, casi subestimando al espectador… En fin, ninguna película es perfecta, lo importante es cómo se cuenta la historia y las emociones que puede despertar. En eso, Barbarian logra varios aplausos.

Trailer: