Críticas
Puñaladas descaradas
Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion
Glass Onion: A Knives Out Mystery. Rian Johnson. EUA, 2022.
Soy de los que disfrutó muchísimo de Puñales por la espalda (Knives Out, Rian Johnson, 2019), y creo que esa sensación es generalizada entre los espectadores de aquella sorprendente vuelta de tuerca a los clichés perpetrada por Rian Johnson. Era una película ingeniosa, que tenía su pegada en la combinación magistral entre los rocambolescos giros de guion y el caústico sentido del humor que planteaba. Por supuesto, el fabuloso plantel actoral soportaba bastante peso de la propuesta de Johnson, pero daban la impresión en todo momento de disfrutar a lo grande, capitaneados por una magnífica Ana de Armas.
Era una cuestión de tiempo, con el aplauso generalizado, de que la secuela hiciese acto de presencia. Así ha sido, gracias a Netflix (con estreno limitado en cines), y contamos de nuevo con un misterioso asesinato, enrevesado y traicionero, que solo puede ser resuelto por Benoit Blanc, el mejor detective del mundo.
Qué difícil es hacer una secuela. El resultado ha de ser familiar para el público, basado en ingredientes que conocimos en la anterior entrega, y sin embargo todo ha de parecer nuevo y brillante para no caer en la desidia. Se complica más la cosa si se tiene en cuenta el precedente, una película con mucha identidad, y que además significó un soplo de aire fresco por su original revisión de la clásica partida de Cluedo con extra de miseria humana.
Rian Johnson se apunta otro tanto con el regreso al universo personal que ha creado a partir de Blanc, con los mismos mimbres que le sirvieron para sacar de la manga una de las campanadas del 2019, con la misma libertad descarada. Renunciando de manera consciente a la sorpresa, sin privarse de la personalidad con la que firmó su anterior entrega, regala al espectador una lección de ritmo vertiginoso, diálogos chispeantes, situaciones maravillosamente absurdas y personajes únicos.
También encontramos algo del indudable discurso de tintes sociales que remarcaban el contexto de Puñales por la Espalda, quizá algo más diluido. La diferencia de clases tan notable que constituía el conflicto real en la película original no tiene tanta presencia, al tratarse todos de personajes más o menos de alta sociedad. Eso sí, Johnson se muestra igualmente implacable al retratar los egos, las rencillas, secretos y pecados de estos personajes tan por encima de todo que entran en colapso al recibir bofetadas salvajes de realidad. La reflexión en este caso consiste en lo que estamos dispuestos a dejar por el camino del éxito, los cadáveres reales y metafóricos de un sendero jalonado de traiciones en el que nadie es puro.
La casa señorial se convierte en este caso en mansión de alta tecnología, pero los espacios son igualmente protagonistas. El entorno de fantasía se transforma en pura ironía. El delirio del sueño de un millonario, el refugio definitivo, se derrumba cuando las verdades salen a la luz, y todo son motivos para el rencor, veneno de relaciones malsanas de control y vasallaje. Las brillantes luces esconden sombras enquistadas.
El despliegue visual de Johnson es, como marca de la casa, de primer orden. Las soluciones son variadas, divertidas, contrastes entre el exceso y la sencillez, variaciones que adaptan las necesidades de la trama a espacios y personajes. El director se muestra como juguetón maestro de ceremonias, y con brillantez de pícaro conduce al espectador por la trama, armado de una seguridad en cómo quiere contar esta historia que no queda más remedio que convertirse en cómplice de su despiadado sentido del humor.
Mención aparte a los actores, otra vez pilar de este teatro extravagante. Los personajes podrían ser títeres en manos de Johnson para hacer avanzar la investigación, pero tienen potencia por sí mismos como parte fundamental del todo. Brilla en este caso con fuerza Daniel Craig, potenciado su personaje, rodeado de matices e insinuaciones que, al mismo tiempo, descubren nuevos recovecos del personaje y plantean renovados misterios acerca de su personalidad y modo de vida. La vis cómica de Craig, acostumbrado a los papeles de tipo pétreo, resulta refrescante, y mantiene una vigorizante excentricidad que merece ser explorada en profundidad con más misterios.
El resto de papeles cae en manos de viejos conocidos con los que Johnson juguetea a placer, dando protagonismo a cada uno en su momento justo, dejando entrever sus muy humanas vergüenzas, cambiando el tono según las circunstancias para alivio de la película, que no se conforma con el toque de comedia ácida. Johnson combina lo mejor del relato detectivesco en toda su turbiedad y al mismo tiempo invita a la diversión libre y sin complejos. Puñales por la espalda sirve de mordaz visión de la porquería bajo la alfombra de una sociedad frívola y sin escrúpulos, y hay que ver lo bien que sienta revolcarse en el fango si el que dirige la orquesta es este director.
El misterio de Glass Onion certifica que es posible realizar una secuela a la altura de los precedentes, sin necesidad de compararse, potenciando los puntos fuertes e introduciendo las suficientes novedades como para que nos enganchemos a las correrías de Benoit Blanc. Rian Johnson sin complejos hace de la secuela un arte. Por poner peros, echo de menos algo de sobriedad, y es que el director está desatado y va con todo, hasta la estrafalario, consciente de la farsa colorista y desenfadada que propone, que en ocasiones puede resultar algo histérica.
Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion, pasa de las dos horas y consigue que pidamos más, que el tiempo desaparezca por arte de la magia de las argucias de Rian Johnson, un autor talentoso hasta el punto de que parece fácil lo que vemos en la pantalla. Y no lo es.
Seguramente la fiesta tendrá una tercera parte, apuesto por ello. De momento disfrutemos con estas puñaladas. Este rato de audacia casi insolente no se ve todos los días.
Tráiler:
Ficha técnica:
Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion (Glass Onion: A Knives Out Mystery), EUA, 2022.Dirección: Rian Johnson
Duración: 139 minutos
Guion: Rian Johnson
Producción: T-Street, distribuida por Netflix
Fotografía: Steve Yedlin
Música: Nathan Johnson
Reparto: Daniel Craig, Edward Norton, Janelle Monáe, Kathryn Hahn, Leslie Odom Jr., Jessica Henwick, Madelyn Cline, Dave Bautista, Kate Hudson, Ethan Hawke