Críticas
¿Quién es tu héroe favorito?
El gato con botas: El último deseo
Puss in Boots: The Last Wish. Joel Crawford y Januel Mercado. EUA, Japón, 2022.
«¿Acaso la leyenda era tan grande, que no había sitio para nadie más?»
(El Gato Con Botas: El Último Deseo)
La esperada cinta de El gato con botas (Puss In Boots, Chris Miller, 2011), un spin-off de aquel adorado personaje de Shrek 2 (Andrew Adamson, Kelly Asbury & Conrad Vernon, 2004), fue una decepción para este escritor. Así que no esperaba mucho de su secuela, El gato con botas: El último deseo (Puss In Boots: The Last Wish, Joel Crawford & Januel Mercado, 2022), pero el tráiler resultó tan divertido que le di una oportunidad. ¡Y sí que valió la pena! Hacía mucho que no reía a carcajadas en el cine con una película para todo público, tan divertida como encantadora que, aunque predecible, mantiene al espectador al borde de la silla, totalmente involucrado y enamorado de las aventuras de Gato, Kitty y Perrito.
Para todos los que no vieron la primera parte, les digo que no se pierden mucho (por no decir nada). Esta segunda parte es un cuento de hadas, mucho más apegado a la formula tan efectiva de la primera cinta de Shrek: comienza con una emocionante escena musical de El gato con botas (Antonio Banderas, en inglés y en español) dando una gran fiesta y, por supuesto, cantando. Pero el peligro llega y Gato pronto demuestra su valentía, sin poderse salvar de un accidente en el proceso. El médico le advierte que ha perdido todas sus vidas y se está jugando la última: ahora sí es todo o nada, tanto que la Muerte, en forma de Lobo (Wagner Moura), literalmente lo está persiguiendo. Esto sacude a Gato hasta la médula, por lo que decide retirarse de la vida de aventurero y volverse un gato casero más en la casa de Mama Luna (Da’Vine Joy Randolph; en la versión para España, el doblaje fue hecho por la cantante y actriz Rosario Flores).
Pero hasta allá llega Ricitos de Oro (Florence Pugh) con sus tres osos (Olivia Colman, Ray Winstone y Samson Kayo), una familia de ladrones que vienen buscando al legendario Gato con Botas para un gran robo: el mapa de la famosa estrella fugaz, que concede un deseo al primero que la encuentre. Y ya se imaginarán el resto, es un claro viaje del héroe como los que le gustan a los estudiosos de guion. Como suele pasar en estas películas, el humor está cargado de doble sentido sin dejar de ser elegante e inteligente, la historia apela a cualquier niño y tiene un mensaje claro para los adultos: ¿estamos viviendo la vida al máximo? Esta es nuestra única oportunidad, aunque a veces se nos olvide.
La animación es impecable, la explosión de colores hace de cada escena un deleite visual, pero es especialmente sorprendente en las secuencias de acción. Con una influencia clara del anime y recurriendo a técnicas similares que sorprendieron a los espectadores en Spider-man: Un nuevo universo (Spider-Man: Into The Spider-Verse, Bob Persichetti, Peter Ramsey & Rodney Rothman, 2018), las escenas de acción son deslumbrantes y altamente emocionantes, están marcadas por la música de Heitor Pereira y parecen salidas de un libro de cómics.
Pero lo visual no es lo único en una película animada, si no hay un buen reparto de voces, el esfuerzo es en vano. Afortunadamente, este no es el caso: Banderas en la voz del Gato es tan encantador como en su primera aparición, incluso más. Los sidekicks o compañeros de aventura de Gato son el complemento ideal: Kitty Patitas Suaves (Salma Hayek) regresa, con un resentimiento bien ganado en contra de Gato; y la revelación de la cinta, ¡Perrito! (Harvey Guillén, en inglés y español), un patético y feo chihuahua que simplemente quiere pertenecer, se roba el show con su extraña ternura y arruga el corazón con su triste historia, es el que lleva el mensaje más importante de la cinta: Hay que tomarse el tiempo para apreciar la belleza de la vida y el olor de las rosas, literalmente.
El híbrido con el recordado cuento infantil de Ricitos de Oro es otra pieza ganadora: Ricitos es detestable y ambiciosa, y su familia de osos (todos británicos) hacen lo que ella les ordene, son un grupo de ladrones famosos que funcionan como grandes antagonistas que se irán transformando. En inglés funciona mejor esta fórmula, porque en la versión doblada al español “latinoamericano” (¡no entiendo por qué tantas versiones de una sola película!), Ricitos y los osos son argentinos, lo que realmente le hace perder fuerza y emoción a los personajes. La vi dos veces, una en cada idioma, y es sorprendente ver cómo la misma animación pero con un cambio en la voz produce un cambio radical.
La efectividad y encanto de la película recae en las temáticas por las que transita: vemos los miedos, la ansiedad, la pérdida, el narcisismo, el egoísmo, los sueños rotos, la envidia… Y todos claramente definidos en cada uno de los personajes, es imposible no identificarse con alguno de ellos, o tal vez con todos en algún momento. Especialmente con la muerte, no en vano fue retratada como un lobo, siempre hambriento, nos espera a la vuelta de la esquina, está en nosotros la opción de huir o ponerle la cara.
Con un menor presupuesto (40 millones de dólares menos), un cambio de directores y de productores (Dentsu, una productora japonesa), El gato con botas: El último deseo supera con absoluta facilidad a su predecesora y abre la puerta a una esperada secuela, su excelente recibimiento por parte de críticos y público, su éxito en taquilla y sus múltiples nominaciones a premios (incluyendo el Oscar a Mejor Película Animada) deberían ser suficientes para que DreamWorks mantenga a nuestro héroe favorito en más cintas como esta.
Trailer:
Ficha técnica:
El gato con botas: El último deseo (Puss in Boots: The Last Wish), EUA, Japón, 2022.Dirección: Joel Crawford y Januel Mercado
Duración: 102 minutos
Guion: Paul Fisher y Tommy Swerdlow
Producción: Andrew Adamson, Heather Lanza, Chris Meledandri, Mark Swift
Fotografía: Chris Stover
Música: Heitor Pereira
Reparto: Antonio Banderas, Salma Hayek, Harvey Guillén, Florence Pugh, Olivia Colman, Ray Winstone, Samson Kayo, John Mulaney, Wagner Moura, Da'Vine Joy Randolph