Blue Beetle

La palabra con la que mejor puedo describir Blue Beetle (Ángel Manuel Soto, 2023) es «cliché». En una época en la que Marvel ha dominado las taquillas de cine con sus adaptaciones, DC Comics todavía busca sobrevivir con sus intentos de adaptaciones que han sido fracasos de taquilla y fuertemente criticados (aunque a mí, en su mayoría, me han gustado). Llega el turno de la versión de Spider-Man más obvia y clara de todas: El torpe e inocente Jaime Reyes (Xolo Madridueña) que se convierte, por esas cosas de la vida, en un superhéroe que no ha pedido ser. La historia es sólida, es verdad, porque está basada en fórmulas que han funcionado con la misma estructura del viaje del héroe y las referencias de familia latina, que Encanto (Jared Bush, Byron Howard y Charise Castro Smith, 2021) puso tan de moda.

Reyes regresa a Palmera City, donde vive su familia (en el lado “menos privilegiado”, por supuesto), todos orgullosos de tener el primer graduado de la Universidad. En su trabajo “temporal” con una familia millonaria que le consigue su hermana, los Kord, conoce a Jenny (Bruna Marquenzie), la “única” cortada con otra tijera, educada por su padre Ted, quien desapareció misteriosamente (y fue Blue Beetle, anteriormente) y su hermana Victoria (Susan Sarandon) asume el poder de compañía. Jaime intercede por Jenny, sale insultado y ella le promete ayudarle en el trabajo. Por esos giros del destino, Jenny termina con una pieza muy valiosa para Victoria, que encomienda a Reyes para que esconda y no la toque. ¿Y qué es lo primero que él hace? Supongo que ya saben…

La familia Reyes es la exageración del cliché latino, que sigue funcionando y divierte, aunque ya está gastando un poco la fórmula. Quizás a mí me divierta porque es una caricatura de lo que yo he vivido y he visto en la vida real y en la televisión. Alberto (Damián Alcázar) y Rocío (Elpidia Carrillo) son los padres, Milagro (Belissa Escobedo) la hermana y las líneas graciosas van para George Lopez como Rudy, el «tío gracioso» (supongo que Eugenio Derbez estaba ocupado en otro proyecto…), y la Nana (Adriana Barraza), que interpreta a la abuela católica que siempre habla en español y tiene apuntes divertidos. Es lo mejor de la cinta y se roba TODO el show, no en vano estuvo nominada al Oscar (por su participación en Babel, de González Iñárritu).

Las referencias a la cultura latina, como el Vick VapoRub, las telenovelas (María la del Barrio, específicamente), el Chapulín Colorado, Selena, Soda Stereo y muchos otros clichés, abundan. Se siente como una clase de latinidad para el mundo entero, aunque se mantienen los clichés de que el latino es el mensajero, el que hace todos los trabajos que nadie quiere… Eso sí, ya está muy agotado. Y el mensaje que dejó muy claro la cinta animada de Disney, Encanto: la familia es para siempre. Además de «lo importante es el viaje». Cosas muy típicas en las familias latinoamericanas, siempre viendo el lado positivo de las cosas, así todo esté al revés.

Eso es lo “novedoso”. De resto, todo es repetido. Es igual que ver a Spider-Man (en cualquiera de sus versiones) aprendiendo cómo funcionan sus poderes, con quien además tiene demasiadas similitudes en la historia de origen (una muerte en la familia, para evitar tanto spoiler); o si seguimos hablando de la competencia, es como ver a Iron Man (2008) o a Ant-Man (2015) probando su traje… No hay nada novedoso aquí. Divertido, sí, pero nada que no hayamos visto. El viaje del héroe de Campbell (o de Vogler, el que prefieran), una de las estructuras más conocidas para escribir guiones, está clarísima una vez más. Es evidente que el público de esta cinta es familiar/infantil, con esa clase de humor sencillo y una historia lineal, que se vuelve altamente predecible y fácil de digerir.

Tiene, además, un comportamiento similar a Venom (2018), una simbiosis con el huésped que es peor que cualquier relación tóxica. Mientras, por el lado de los villanos, tenemos la obsesión por el soldado perfecto por parte de Victoria, algo muy similar a Capitán América: El primer Vengador (2011)… Y si seguimos buscando, podremos encontrar muchas más similitudes. A estas alturas, se siente como una colcha de retazos de todas las películas e historias anteriores de superhéroes unidas acá, con el toque adicional de la latinidad.

Hay una razón clara por la que las estructuras de guion, los espectadores, las conocen, las entienden y saben qué esperar. A pesar de que les cambia el nombre de los personajes, el color, la ciudad y otros detalles, siempre sigue siendo lo mismo. Pero, como en la cocina, cada autor le pone su toque mágico para hacerla diferente, y a la vez, familiar. Por eso Blue Beetle ha recibido buenas reseñas del público, especialmente el latino, que se revienta de risa en el cine al ver las referencias a la famosa telenovela mexicana de Thalía o cuando sale el Chapulín Colorado (que es la segunda escena post-créditos y no afecta en nada perdérsela, ¡spoiler!).

James Gunn, el nuevo copresidente y codirector ejecutivo de DC Studios, ha cambiado su versión acerca de la inclusión de este superhéroe latino en el nuevo universo que está construyendo: primero dijo que no tenía nada que ver, luego que tal vez, ahora va en que sí, pero con respuestas muy ambiguas. Se siente como una jugada rastrera que depende de la taquilla que haga esta nueva cinta.

Aunque tuvo uno de los estrenos “más suaves” de las cintas de DC, según Variety (un poco más de 43 millones de dólares en el mundo entero, y faltan países latinos en donde estrenar), los números superaron lo esperado, especialmente cuando no hubo promoción por parte de los actores, debido a la huelga que se lleva a cabo en Hollywood. ¿Superará en la taquilla el presupuesto de 104 millones de dólares que costó? ¿Tendrá una segunda parte? ¿Estará involucrada en el nuevo universo DC que Gunn tiene en mente? Amanecerá y veremos… Pero siempre nos quedará esta Palmera City.

Tráiler: