Críticas
Emoción abrumadora, entorno catastrófico
Últimas voluntades
Joaquín Carmona Hidalgo. España, 2023.
Joaquín Carmona Hidalgo brinda uno de esos primeros largometrajes que hace anhelar su siguiente entrega. Es cierto que el principio de verosimilitud aristotélico se resiente mínimamente en algún matiz de la narrativa, pero el conjunto define un director que domina el tempo narrativo del thriller; la sucesión de clímax y anticlímax te mantiene expectante, queremos saber qué pasa con este hombre recién salido de la cárcel, con el hijo que perdió y ahora parece recuperar. La historia de profunda humanidad incluye personajes de distinta naturaleza encarnados por un elenco que domina la puesta en escena, las interpretaciones; desde el magnífico trabajo de Tejero –lejos de tanta interpretación impuesta por directores que únicamente querían su exprimido perfil humorístico–, a la siempre estupenda Adriana Ozores, notables Nerea Camacho y el más joven de los Casas representando cómo el amor es tantas veces un asidero esencial, algo sobreactuado a ratos –en mi opinión– Carlos Santos, pero también excelentes Serrano, Zamora, etcétera.
A veces, en cambio, un papel mínimo revela a un actor ya grandísimo como es Fran Abellán, ganador de algún premio con cortos como Vampidelia y Nuestra voz (2019), y que ya despunta en otra película como Marco Polo (2023), pero no pierdan detalle de su breve, pero impactante interpretación de discapacitado en Últimas voluntades, es sobrecogedora. Es toda suya una de las escenas principales de la película, en donde el joven presencia algo de gran relevancia desde la impotente y doliente mirada de su discapacidad, transmite una emoción abrumadora, sin un gesto de más. La mirada de Abellán recuerda la intensidad del Pacino de mayor altura, posee además un físico versátil que igual encaja en el rol de belleza clásica que lo haría en el de chulo de barrio, como niño bueno o como aquí, de discapacitado. Posee un enorme potencial. Tenemos ganas de verlo en un papel de más largo y hondo recorrido, apurando sus grandes dotes de comunicador de emociones. Fran Abellán nos dejó clavados en el asiento.
El guion de sesgo noir se centra en los estratos socioculturales más bajos, en unas capas sociales cada vez más amplias en la España que refleja y que da lugar a una segunda isotopía narrativa al margen de la historia padre-hijo, nos referimos a la relación hombre-ambiente, a la predeterminación naturalista de la que rara vez se escapa quien se educa en un barrio marginal. La Región de Murcia, una bella comunidad del Mediterráneo español, cuenta con un 40,6% de sus niños bajo el umbral de la pobreza y exclusión[1]. Como murciano Carmona Hidalgo conoce lugares, barrios, que le han servido de localizaciones que universalizan estas zonas con formas de vida que condicionan tan fuertemente al individuo. Carmona escamotea la Murcia verde del interior, la excelsa en playas, la Murcia o Cartagena ricas de los restaurantes afamados y las calles comerciales, se centra en la parte más sucia y pobre, captada más en planos medios o de conjunto que en planos generales o profundos. Es este un cine negro sin la estilización clásica, un noir sucio de barrio bajo que sacude conciencias. Padre e hijo provienen de esos entornos y parece imposible optar a una vida alejada de la delincuencia o las lacras de la pobreza: adicciones, ludopatía, préstamos de usureros, deudas, estafas… La estética feísta generada mediante planos y encuadres dirigidos a barrios y casas humildes y marginales contrasta con los primeros planos de los rostros de los protagonistas, particularmente del expresivo Tejero, quien defiende magistralmente su papel. Esta oscura España cada vez es más extensa, cada vez hay más barrios de los que resulta difícil salir. El padre desea recuperar a su hijo a toda costa, pero las redes en las que ha caído el hijo no se deslían únicamente con amor, y también habrá lugar para la violencia y el crimen como resolución de los conflictos.
La banda sonora excelente de Carla F. Benedicto resulta superior gracias a la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia, también notorio y apropiado el tema del grupo Viva Suecia. Finalmente, interesa la historia de amor filial, de redención paterna, pero interesan las excepcionales interpretaciones, el valor social de fondo de esta película que nos enseña que el malo no es solo malo porque quiere ser malo, sino porque si te educan en un sitio malo… dudosamente aprenderás a dirigirte hacia lo bueno. La educación es fundamental, el amor más aún, pero el entorno… El entorno puede ser catastrófico.
[1] Diario La Verdad, 20 de diciembre 2022, portada.
Ficha técnica:
Últimas voluntades , España, 2023.Dirección: Joaquín Carmona Hidalgo
Duración: 96 minutos
Guion: Salvador Serrano, Helio Mira
Producción: Biopic Films, La Charito Films, Maskeline
Fotografía: Kike Glez
Música: Carla F Benedicto
Reparto: Fernando Tejero, ÓScar Casas, Nerea Camacho, Carlos SAntos, Salvador Serrano, Adriana Ozores