Críticas
Juegos de protocolo
Secretos de un escándalo
May December. Todd Haynes. EUA, 2023.
El relato dista de la situación real divulgada por la prensa, introduce la distancia necesaria como para que el espectador no tome partido fácilmente.
Los secretos se filtran en la intimidad de un matrimonio, retrato con base en una serie de ingenuidades que intentan inducir apariencias. La narración contempla las necesidades de espectador y personajes por igual. La perspectiva de la ficción plasma un esbozo de convivencia que alcanza a ambas partes. Elizabeth es la actriz que, al igual que nosotros, quiere conocer a la pareja, su injerencia ocultará métodos carentes de pudor. Su intención es capturar la esencia del vínculo a partir de la experimentación directa, suerte de identificación tanto personal como situacional.
Julianne Moore y Natalie Portman establecen una equidistancia protocolar que enciende la mecha de un aparente servicio al actor profesional. Juego de ocultamientos que jamás saldrán a escena con claridad; los rasgos de carácter mitigan la apariencia en la inconsciencia de razones que lastiman.
Haynes apunta a lo grueso de la duda, aunque deja caer suspicacias alineadas al prejuicio popular cimentado en legalidades que disparan lo políticamente correcto hacia zonas transgresoras. La cultura de espacios traumatizantes, permisos conferidos en la aparente inocencia, juego profesional a límites que perforan la ética en su más estricto sentido. Solapamiento efímero, vicisitudes de corte experimental sacuden la paz que recubre aconteceres de juventud. La «felicidad», entre algodones, asegura la impronta despejada de ansiedades adultas traducidas en dubitativos llantos que evidencian «descontrol»: Gracie reconoce el orgullo desde su ingenuidad.
Gracie y Joe integran un matrimonio que «zanja» la arbitrariedad y somete el vínculo a un intento de aceptación mutuo y social. Al espectador le queda la tarea propuesta, se trata de legitimar, o no, en el ejercicio de una libertad teñida por los previos valores de la cultura.
Secretos sin plena conciencia invaden la pantalla con una facticidad sumergida en el despliegue de experiencias vigentes asumidas a destiempo. Secretos de un escándalo asegura un respeto que desvirtúa gran parte de los hechos, aunque no lo medular.
Rigurosa y sensible puesta en escena de máscaras joviales en defensa de la familia; escudos de barro sacuden la sensibilidad de manera sorda y eficiente.
Es la adaptación del recorte de una historia. Se centra en la relación «adulta» de un matrimonio surgido a partir de los avatares que se desencadenan luego de un vínculo forjado entre una mujer de 36 años y un chico de 13. Las relaciones sexuales mantenidas en una tienda de mascotas abren paso a una asimétrica relación de pareja. Una actriz pretende descubrir las características reales de su personaje y se unirá al matrimonio para encontrar las claves de la interpretación.
Las intenciones de llevar a cabo una ficción se entremezclan con esquematismos de segundo orden que intentan filtrar el «escándalo» por la apariencia. Gracie, en su amabilidad, oculta la disconformidad que fuerza relatos superfluos; el territorio se mide con cuidado. Por cierto, no es lo que más interesa a Elizabeth Berry, quien valora la experiencia in situ, el «lucir como» se adueña de una situación donde la seducción se combina con una adecuada dosis de cautela.
Los «secretos de un escándalo» no dejan de serlo, el ocultamiento hacia los demás se funde en una forzada ausencia de conciencia que acepta mantener la forma hasta el final. El cuidado está puesto en el respeto a la visión de cada quien, la definición del espectador se encontrará carente de elementos más allá de la normativa legal y el prejuicio social establecido.
La historia real soslayada es la de Mary Kay Letourneau y Vili Fualaau, maestra y alumno de treinta y cuatro y doce años respectivamente que, en 1997, mantuvieron relaciones sexuales. Ella va a prisión en dos oportunidades y queda embarazada la misma cantidad de veces. Luego de siete años y medio en la cárcel, Mary saldrá y se casará con Vili, quien luego de doce años de matrimonio solicitará la separación. En 2019 la pareja se reencuentra tras la enfermedad de Mary, quien fallece en 2020.
La intriga se sumerge en un estudio de personajes destilado por correspondencias, metáforas, señuelos y demás; el melodrama se mantiene latente, invade algunos pasajes del texto fílmico, los llantos de Grace irrumpen ante los riesgos de abandono y condena social. Un pastel rechazado o la duda ante el sentimiento de amor ilustran desmedidos mojones emocionales vinculados al abandono.
Joe contribuye a la concepción de una especie de mariposas en peligro de extinción, el capullo revienta en concordancia al cierre de una estrategia que delata su inmadurez afectiva; mientras tanto, Elizabeth demostrará la versatilidad de una comunicación que proscribe la necesidad de sentimientos profundos en la relación sexual. Carta desconocida, por un marido obsecuente e inmaduro, abre la posibilidad a las convencionales hipótesis de abuso como daño ocasionado por coartación de la natural vivencia adolescente. Joe es el gusano en cautiverio que puede renacer mariposa en la oportunidad de contacto con la actriz. También, representa lo inusual cómo excepción de un tránsito adolescente atípico.
Lo traumático es ausencia, el filme se da la mano con la historia real desde datos conocidos, Fualaau nunca reconoció una experiencia de abuso.
La carta en papel rosa, amor romántico entregado a Elizabeth en sustitución de una experiencia carnal de experimentación. El simbolismo patentiza la antítesis, las posturas dan cuenta de la contradicción; adolescencia coartada que se evidencia en la entrega a lo necesario de un contacto todavía útil, aunque fuera de tiempo. El sexo y su desmitificación como enlace promotor del amor romántico en su versión de control sobre el otro. Otra perlita que Todd Haynes nos ofrece al pasar.
La película se ocupa en todo momento de contener el escándalo, contribución a la expresión sin condicionamientos. Si bien, la censura permanece latente, nunca sobreviene opinión autorizada, otorga el espacio necesario a posibles alternativas. Las dimensiones de la «realidad» se solapan entre apariencias, insinuaciones y prejuicios; la compasión atempera la condena en gradaciones que operan sobre retazos vinculares. El matrimonio recibe cierta comprensión por parte del entorno, pero también cierta condena. Todo en dosis tolerables a la convivencia, fragmentos viabilizados por la presencia del personaje encarnado por Natalie Portman –Elizabeth Berry- y su gradual devenir, acceso eventual o directo a cotidianeidades controladas. La llave nos conduce a ambigüedades carentes de inmediata resolución.
Natalie Portman, Juliane Moore y Charles Melton, el triángulo se complementa a la perfección, brinda un enigma de transparencia relacional que no pasa por sucesos concretos en detalle, sino por la generación de una atmósfera de misterio indescifrable. La apuesta es a Elizabeth, bisagra integradora en el intento de comprensión por lo vivencial, herramienta idónea que culmina alterando los vínculos de manera poco clara. Más problemas para un espectador que deberá ser extremadamente cuidadoso si pretende ejercer tanto la comprensión como la toma de partido acerca de las ideas circulantes.
Una película de guion inteligente, sutil presentación de personajes; la utilización del zoom se vuelve imperceptible, la lentitud del avance pretende acercar el artificio de una intimidad para el otro, la imagen se cree y se crea bajo la lupa del ojo avizor. Joe y Gracie se abrazan y dialogan mirándose a los ojos en medio de la reunión. Sugiere el único acercamiento posible mediante una observación de gradual hincapié en detalles, simulacro de acceso a información privada que nos deja prendidos a la apariencia.
Todd Haynes juega con los resabios de un amor inicial, nos recuerda la armonía en la permanencia de posturas de encuentro juvenil. El intento es la señal de que «todo va bien», no existe conflicto.
El ritmo es lento, los simples movimientos cotidianos demarcan el territorio a ser considerado; la exploración demanda paciencia, pero vale la pena.
Ficha técnica:
Secretos de un escándalo (May December), EUA, 2023.Dirección: Todd Haynes
Duración: 117 minutos
Guion: Samy Burch. Historia: Alex Mechanik
Producción: Gloria Sanchez Productions, Killer Films, MountainA, Project Infinity, Taylor & Dodge. Distribuidora: Netflix
Fotografía: Christopher Blauvelt
Música: Marcelo Zarvos
Reparto: Natalie Portman, Julianne Moore, Charles Melton, Cory Michael Smith, Charles Green, Andre Frankle, Kelvin Han Yee, Hailey Wist, Zachary Branch, Sarah Cool, Ian Hernandez-Oropeza, William Matthew Mang, Art Newkirk.