Twisters

Siendo estrictos con el significado del concepto “segundas partes”, Twisters (Lee Isaac Chung, 2024) no sería realmente una continuación o secuela de Twister (Jan De Bont, 1996), la película basada en el libro de Michael Crichton con Helen Hunt y Bill Paxton. La cinta de 2024 no tiene continuidad directa con los personajes o la historia, además de que hay tornados en Oklahoma y hay cazadores de tornados, algo que ya conocíamos desde la cinta de los noventa. Entonces, podríamos decir que está inspirada en la obra de Crichton, utilizando la nostalgia noventera y la narrativa lineal para rehacer un clásico (para muchos) con una historia muy similar y nuevos actores.

Y la formula les funcionó en taquilla (casi 400 millones de dólares en el mundo), especialmente por las salas 4D, que son las que “recrean” las condiciones físicas de la cinta en la silla del espectador: hay movimiento, vibraciones, viento, agua, olores y otro tipo de efectos que ayudan al espectador a sentirse mucho más inmerso en la cinta. ¿Es acaso esta la nueva forma de vender las películas de acción? Es posible, el Séptimo Arte cada vez se tiene que esforzar más para que la gente vuelva a las salas y vean las películas como fueron originalmente concebidas: para la pantalla grande.

La película empieza con el origen del trauma de Kate Cooper (Daisy Edgar-Jones), una antigua cazadora de tornados que se ha convertido en una chica más de la gran ciudad de Nueva York y alejada de su pasado rural. Pero todo cambia cuando su amigo Javi (Anthony Ramos) le hace el inevitable llamado a la aventura y la invita a volver a la tierra de los tornados. Allí se cruza con Tyler (Glen Powell), un influenciador que se cree experto en tornados y será su competencia durante toda la cinta. Entre ellos se desarrolla una historia sencilla, con rivalidades verosímiles, diálogos divertidos y giros de guion un poco predecibles, pero que funcionan bien.

¿Les suena conocida la historia? Claro, ya la hemos visto varias veces, y todavía funciona. Y además, vemos el lado humano de los tornados, no solo los geniales efectos especiales: ahora somos testigos de la destrucción que dejan estos eventos de la naturaleza, la gente que se queda literalmente en la calle, con todas sus pertenencias enterradas debajo del techo de sus casas.

Sin duda es una historia más trabajada, no solo los personajes tienen un pasado y unas motivaciones creíbles, el universo que nos presenta, tan ajeno para muchos, también tiene el elemento humano presente en todos lados, el sufrimiento y el miedo que se debe sentir al haber sobrevivido uno de estos fenómenos naturales. Quizás el tema es lo que tanto fascina a los espectadores de estas cintas. Fuera de Estados Unidos no se dan muchos tornados, o al menos no en la magnitud en los que lo han vivido en el sur de este país. Por eso, no es de extrañar que el patriotismo norteamericano esté por todos lados en la cinta: las banderas, el acento sureño, la música country… Pero todo está justo a su medida, como la historia.

Esta fue la apuesta de Amblin (La productora de Steven Spielberg y la misma que hizo la primera cinta) para el verano y es evidente lo cuidada que está: no se excede en efectos especiales, ni en dramas, ni en comedia. Todo en su justa medida, conocen a su público y saben darles lo suficiente. Y funciona, sin duda alguna. Es la misma estrategia que utilizaron con Top Gun: Maverick (Joseph Kosinski, 2022), que fue la apuesta del gran blockbuster del verano ese año, como se hacía antaño (hace menos de 20 años, pero suena a una eternidad).

El propósito del director de la cinta, según una entrevista con el Hollywood Reporter, era lograr un balance en el tono, que funcionara para todas las audiencias, donde pudiera entretener y hablar seriamente de este tipo de desastre natural, y el impacto que tiene en la sociedad y la gente. Chung, que venía del éxito de la hermosa Minari (2020) y dirigir un capítulo de la tercera temporada de The Mandalorian (2023), logra el equilibrio adecuado y demuestra que fue la elección adecuada para este proyecto, que empezó su desarrollo y reescrituras desde 2020. La gran campaña de marketing para el lanzamiento de esta cinta empezó por la banda sonora, comerciales durante el Super Bowl y la final de la NBA, logrando así su objetivo: alcanzó más de 80 millones de dólares en el primer fin de semana, el mejor estreno para una cinta de desastres naturales y el tercer mejor lanzamiento de 2024 (para la fecha).

Dos millones de esos ingresos fueron exclusivamente de salas 4DX, un récord para ese tipo de formato, y fue tan exitosa que se mantuvo dos meses más en la cartelera de Estados Unidos, alternando funciones con Deadpool y Lobezno (Deadpool & Wolverine, Shawn Levy, 2024). El éxito fue tal, que algunos críticos decían que la sola película podría calificarse con una B-, pero con la experiencia 4DX puede ser, fácilmente, una cinta A+, la mejor calificación.

Este formato ha querido entrar al corazón de los espectadores por años, pero al tener un valor más elevado del tiquete de entrada, muchos le han huido y se han quedado con lo tradicional. Pero Hollywood, que piensa en todo, ha ido trabajando en cómo atraer a la gente y con todas las películas de superhéroes de Marvel, el formato 4DX se ha ido posicionado más fuertemente. ¿Será este el futuro del cine? ¿Todas las películas tendrán su versión en salas 4DX? Sin duda, esto fortalecería la experiencia tradicional que tanto se ha perdido, y es algo que las plataformas y la piratería (aún) no han logrado imitar. La elección está en el espectador, y en su bolsillo, pero siempre va a ser preferible verla en  el cine como fue concebida.

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