La viuda de Clicquot

Particular historia de amor en los viñedos de Reims. En pleno siglo XIX, Barbe-Nicole, viuda de Francois Clicquot, decide continuar la obra de su marido. Phillipe (padre de François) intenta persuadirla, pero la viuda no accederá a vender la bodega en crisis; apostará a su recuperación en memoria del difunto.  La producción de vino y, en especial, la experimentación darán origen al champán rosado y a un legado que se extenderá hasta nuestros días.

Versión un tanto esquemática, sostenida de manera permanente por flashbacks alusivos a un pasado que apoya al presente desde emociones motivadoras. El recuerdo contamina toda la historia.

Barbe-Nicole y su compromiso con François se extienden en el tiempo; es el argumento principal que soporta la valorable acción de una mujer en épocas donde su papel se caracterizaba por el permanente respaldo al marido.

El relato paralelo rinde tributo a François Clicquot; caracterización y aceptación de particulares modos de ejercer el sentimiento amoroso en el matrimonio. La cinta establece una sutil línea demarcatoria; el respeto a la memoria del difunto, y un particular legado inscrito en una esposa que se resiste al rol de mera figura decorativa. Interesante forma de inclusión en el mundo de los hombres. Posición acostumbrada en el compartir, enseñanza que contempla segundos planos en cuestión de inaceptables opciones amorosas.

La bisexualidad del bodeguero incita a una acepción alternativa, ya no imbuida de asuntos industriales, sino de inclinaciones sexuales que denotan la espontaneidad de un matrimonio tolerante. La opción rescata intimidades limitadas a la comunicación. La sexualidad no trasciende más allá de una presentación que incluye el respeto a opciones y pareceres, acordes a la subsistencia de un sentimiento construido desde la comunión de afectos necesarios.

El emprendimiento y lo emocional se entrecruzan, los planos alternativos se integran a la experiencia presente mediante el personaje de Louis De Bohne, célebre catador y distribuidor de vinos. Es quien representa la flexibilidad del rumbo, la homosexualidad transformada en bisexualidad, y hasta en solapada declaración de principios; colisión a contrapelo de implícitas normas de época. Un ofrecimiento de matrimonio explicita las necesidades morales, el ocultamiento expresa un como sí en el cuidado de las formas; extremo de un iceberg que esconde reservas de contenido emocional, a contrapelo de miradas atentas a cualquier error en el discurso. La fidelidad se concibe en gratitud a momentos, la vida no se traiciona, más aun, se juega en ocultos paralelos.

Barbe-Nicole es mujer de principios dispuesta a aprender el juego que escamotea verdades y sentimientos en aras de rendimientos sociales y empresariales. Equilibrio que, en su certero desenlace, el filme no desarrolla. El recorte la sitúa en el proceso de recuperación de una bodega en crisis, es el clásico juego que amaga al desastre y culmina en el éxito. Madame Clicquot pondrá en la cumbre su producción, la casa de champán Veuve Clicquot Ponsardin, con sede en Reims, mantiene su vigencia en el presente; pero esto, ya será otra historia.

El sutil fresco pone en contrapunto puestas en escena de paisaje agreste con moralinas sorteadas por el arte de la conversación. Es la autenticidad de la naturaleza versus los juegos sociales; las manipulaciones, convencimientos y ficciones intentan impresionar. Lo artificial convive con lo natural en sus dos vertientes, el hábitat productivo es marco que articula y redefine las posiciones del discurso.

La hermosa fotografía, a cargo de Caroline Champetier, combina penumbras interiores con vivos y melancólicos verdes exteriores; los colores fríos exacerban la opacidad de lo íntimo, mientras la naturaleza se ocupa en demarcar lo contextual; contrapunto solo aparente.

La inercia en exteriores delata un fuera de campo que notifica presencias determinantes, las vicisitudes atmosféricas dañan la producción. La campaña napoleónica es “beneficio certero”; gracias al imperio en construcción, el contrabando es opción de competencia. Nuevamente, lo que no se ve, lo que se desprende por fuera de las intenciones, opera como propulsor inmerso en una permanente atmósfera de clandestinidad.

El descubrimiento es el grado superlativo de la experiencia íntima; Barbe-Nicole, François y Louis enmarcan el triángulo de la creación. La existencia apela a la confianza en contextos factuales e imaginarios; destinos entrecruzados  explotan vínculos establecidos por reglas que los trascienden. La unión de los Clicquot, en su convención, es definida por normas de época, matrimonio por conveniencia familiar, consigue abrir una puerta a la oportunidad que brinda el entendimiento por azar. Louis Bonhe complementa la tríada al congeniar con la viuda. El progreso y el cambio corresponden a la acción de mentes abiertas, lo suficiente como para saber lidiar con las convenciones del momento.

A este respecto, la acción no es precisamente transformadora, sino combativa desde lo estratégico que sustituye la confrontación estéril por la manipulación y  declaración. Barbe-Nicole sabrá persuadir a su suegro apelando al sentimentalismo encarnado en el sufrimiento por la muerte del hijo; el emprendimiento es un in memoriam existente en el deseo de una mujer necesitada de útil existencia. Esbozo de feminismos reivindicativos, actualidad también presente en tiempos pasados, aunque atenuada en la imagen de François y sus desvaríos.

Adicto al láudano, calmante constituido por opio, vino blanco y azafrán, monsieur Clicquot es disculpado por sus trastornos psíquicos, a pesar de los raptos agresivos hacia su esposa e hijas. La pérdida de la salud mental es fuerza justificadora, rescata una figura valorada por sus aportes al desarrollo de una mujer emprendedora. Por eso, la intimidad juega un papel tan importante como reducto de confianza donde la pareja recoge el fuerte estímulo al emprendimiento futuro.

Napper externaliza lo público, lo asocia a lo mundano en la instancia final; el juicio opera de manera “objetiva”, aunque en función de intereses propios de un contexto malherido por el éxito femenino. El orden social no debe tocarse, y eso es mucho más que exponer la distinción de espacios en relación al género. Implica el respeto en la jerarquización de lugares. Barbe-Nicole anuncia la excepcionalidad en la transposición de modelos vinculares propios de una relación de pareja original. El discurso circula de manera horizontal, condición no admitida en el viñedo, so pena de generar desprestigio y vacío de poder.

Haley Bennet es la heroína romántica al estilo de las novelas de época, su dulzura se combina con el poder de la fémina empoderada capaz de llevar hasta las últimas consecuencias sus intenciones; eso sí, respetando el marco que la liga al antecedente de quien supo oficiar de guía. Las razones de la libertad deben ceñirse al respeto por la figura masculina; homenaje a la memoria en la interpretación de un deseo que trasciende la muerte.

Biopic entretenido, con sobrio tinte feminista encastrado de manera atenuada en las características de un personaje diseñado en la contemplación de “rasgos sumisos”. La viuda de Clicquot nos deja con ganas de saber algo más acerca de los entresijos de la producción vitivinícola de la época y su relación con las guerras napoleónicas.