Críticas

¡Uf!

El Señor de los Anillos: la Guerra de los Rohirrim

The Lord of the Rings: The War of the Rohirrim . Kenji Kamiyama. Japón, EUA, 2024.

Las sagas cinematográficas forman parte de un imaginario colectivo que, pasado cierto tiempo, se desmorona hasta caer en el olvido. Parece raro, efectivamente, que la gran manía de los primeros años del siglo veintiuno haya ido desapareciendo, aquella manía por las obras de Tolkien y por su libro que tuvo que dividir en tres capítulos. Efectivamente, los tres filmes originales de Peter Jackson habían supuesto toda una revolución cinematográfica, y las recaudaciones tan abundantes serían las razones que llevaron a que la diminuta precuela (un libro bien pequeñito, dos capítulos cinematográficos según Del Toro) se convirtiese en otra gorda trilogía poco amada por crítica y público. Se supone que este poco amor por esta vuelta a la Tierra Media se debía a una falta de material, al hecho de que se vislumbraba un vacío narrativo de no poca importancia; sin embargo, supone, quien escribe, que la precuela sí fue un éxito desde un punto de vista narrativo y cinematográfico, algo que no se notó simplemente porque el amor por lo nuevo que era aquel mundo fantasy ya se había hundido hasta el fondo del mar del olvido.

Podría ser la misma faena en el caso de esta película de animación basada en sucesos anteriores a las dos trilogías de Jackson, sin embargo aquí sí es correcto hablar de falta: de ritmo, de interés, de elementos narrativos nuevos. No es que estemos ante una decepción, ni que el resultado final de este relato caiga en el torbellino de lo efectivamente malo, sino que, desafortunadamente, el conjunto de lo que se nos viene presentando durante más de dos horas se rige sobre un cuento que ya sabemos cómo va a terminar, sin que surjan elementos tales capaces de encender en nosotros la voluntad de seguir viendo, experimentando y aceptando. Los engranajes narrativos, entonces, se reducen a muy pocos y cuando nos alejemos de la situación del espectador será más simple notar que el andamiaje sobre el cual se ido fraguando el cuento hubiera podido ser despojado de aquellas partes que poco valor tienen, o tan solo hubiera sido mejor mantener un ritmo más veloz. No es que se nos caigan los párpados, sin embargo se pueden asomar varias veces los bostezos, sobre todo hacia un final que repite exactamente algo que ya vimos con mayor y mejor interés.

Hay que lamentar una oportunidad desperdiciada ya que los personajes mismos, por lo menos el antagonista y la protagonista, resultan bastante bien trazados y se subraya, durante el desarrollo de la acción, la bondad de no querer ofrecer un malo que sea malo por el simple hecho de serlo, sino que se estructura la cuestión sobre un lienzo más bien gris. Desde un punto de vista psicológico, entonces, o sea de cómo actúan los personajes según su carácter y el contexto en el que viven, hay que aplaudir el hecho de darnos un producto adulto, lejos de una voluntad de dulcificar, peculiar de algunos productos fantasy, y se respeta por esta razón el tipo de estrategias narrativas típicas de Tolkien y de su afición por las sagas del norte (de Europa, por supuesto). Lo mismo no se puede decir de la acción misma, en la que parece que la idea tiene que haber sido la de alargar hasta los límites, llevando, de esta manera, a que el espectador no aguante el tiempo perdido.

Hay que preguntarse qué posición va a tener este producto dentro del mundo fílmico de Jackson. Es una obra más, cuya visión no resulta ser para nada necesaria y que, si bien es decente en su estructura, cae en el pecado de hacer aburrir fácilmente a los que ya han visto las dos trilogías y de no saber atraer a nuevos espectadores por ser una pieza que solo se puede comprender en el entramado global. Funciona, entonces, como simple pasatiempo, como algo que podemos ver si queremos ser completistas y poder decir que, sí, hemos visto todo lo que nos ofrece esta franquicia. No es correcto hablar de banalidad, en algunos casos, pero sí, quizás, de silenciosa suficiencia y de falta de novedad; un producto que no va más allá de lo esperado y que se compone de engranajes que no logran saciarnos y nos dejan preguntándonos por qué no volver a ver la primera trilogía y darle una nueva oportunidad, para los que no han sido convencidos, a la segunda.

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Ficha técnica:

El Señor de los Anillos: la Guerra de los Rohirrim (The Lord of the Rings: The War of the Rohirrim ),  Japón, EUA, 2024.

Dirección: Kenji Kamiyama
Duración: 134 minutos
Guion: Jeffrey Addiss, Will Matthews, Phoebe Gittins, Arty Papageorgiou
Producción: Philippa Boyens, Jason DeMarco, Joseph Chou
Música: Stephen Gallagher
Reparto: Brian Cox, Gaia Wise, Luke Pasqualino, Miranda Otto

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