Críticas
El tiempo como oportunidad para definir la vida
Vivir el momento
Otros títulos: El tiempo que tenemos.
We Live in Time. John Crowley. Reino Unido, Francia, 2024.
Seguirán produciéndose películas sobre la vida familiar, los hijos y las relaciones de pareja y nunca se agotará el tema. Son infinitamente abundantes las circunstancias y las variaciones. Al fin y al cabo, en la vida real, cada persona es en sí misma un extenso universo y más amplios todavía son los espacios de las relaciones entre las personas. Intervienen el azar, la profesión, los amigos, el barrio y la ciudad, las costumbres, la historia personal y familiar, la cultura y las tradiciones, por no mencionar el continuo cambio que la modernidad trae cada día.
Para el espectador es valioso contemplarse en la vida de otros, dejar que su imaginación recorra los variados momentos de la realidad, que el cine, con su magia, es capaz de condensar en historias que duran un par de horas. Son interesantes los recursos narrativos con los cuales cuentan el director y el guionista, a quienes atribuimos el poder del diseño creativo. En esta ocasión somos testigos de una serie de trucos relacionados con el manejo del tiempo, que se aprecian a partir del nombre mismo de la película. Es el tiempo que tenemos, el tiempo en que vivimos, el gran escenario donde ejercen su magia el poder del cambio y las capacidades que tienen las personas para definir y escoger significados. Es agradecido el tiempo con su permanencia continua, con su oportunidad cotidiana para jugarse la vida. Entonces una mujer puede definir, como cosa definitiva, que no va a tener hijos y que no va a tener relaciones profundas con un hombre. Pero en otros tiempos puede verse a sí misma como una madre enamorada, como una esposa leal que aprecia en la relación de pareja profundos significados. Al mismo tiempo un hombre puede definir sus días a base de las presencias superficiales o pasajeras de amores fáciles o sentir un profundo enamoramiento que lo cambia por completo y lo vuelve comprometido, tierno y gentil. ¿De qué dependen las definiciones y las elecciones? En una película como esta observamos el juego de las circunstancias en acción, dando lugar a oportunidades que pueden o no atrapar la atención de los personajes. De pronto los sujetos sienten fuerzas intuitivas que les sugieren opciones, y se atreven a explorar, a dar caminatas por los senderos de las posibilidades, confiados en la poesía de las relaciones y aceptando la belleza que aparece en los gestos, en las sonrisas, en las actitudes.
Observamos también los poderes de la amistad, reflejados en seres confiados y dispuestos a conversar, a apoyar, a escuchar y señalar posibilidades. Es estimulante apreciar también las fuerzas sociales, los sistemas comunitarios que dan lugar a opciones para trabajar, para aprender, para ofrecer espacios de esparcimiento y de conversación. En la medida en que los personajes se atrevan a participar y a compartir en los mundos colectivos, los tiempos se proporcionan y se reparten de tal manera que se vive, idealmente, claro está, en un eterno presente, superando límites y carencias. Cada participación, cada relación amistosa y amorosa, es ocasión para que haya tiempo disponible en la medida en las personas lo permitan.
En la cinta haya varias historias claramente relacionadas con estas definiciones del tiempo. Quizás la más notable tiene que ver con las estrictas condiciones que se fijan en los concursos de gastronomía, en los cuales, al frente del público que aclama y exige, los chefs deben prepara platos nunca vistos, colmados de detalles y de procesos, en tiempos definidos y estrechos. Ello solo se logra con preparación, entrenamiento y persistencia. En el momento culminante de la cinta, Almut, la protagonista que es famosa chef, debe someterse a una prueba de este tipo, bajo mirada expectante de su esposo Tobías y de su hija, que desde las tribunas del coliseo observan con amor. Pero detrás de todo. la protagonista está luchando contra las urgencias de un cáncer que la devora y la debilita. Podemos apreciar la extraordinaria energía que alimenta sus tiempos y el resultado de todo ello, como una clave para entender los instantes, las simultaneidades, y la bendición que hace que haya significados valiosos en la acción.
En la película los realizadores juegan con los tiempos continuamente, presentando las escenas y los eventos de manera circular, con flash backs, flash forwards e historias entrelazadas, de manera que el espectador debe poner cuidado para no perder el sentido de la trama. Creo que no deja de ser este un valioso recurso existencial, pues considero que, en el manejo creativo y constructivo de la memoria, del pasado, del presente y del futuro, se nos presentan amplias oportunidades para redefinir y proyectar nuestras propias vidas.
Trailer:
Ficha técnica:
Vivir el momento / El tiempo que tenemos (We Live in Time), Reino Unido, Francia, 2024.Dirección: John Crowley
Duración: 107 minutos
Guion: Nick Payne
Producción: Benedict Cumberbatch, Leah Clarke, Adam Ackland, Guy Heeley, Ron Halpern, Joe Naftalin
Fotografía: Stuart Bentley
Música: Bryce Dessner
Reparto: Florence Pugh, Andrew Garfield, Adam James, Marama Corlett, Aoife Hinds, Nikhil Parmar, Heather Craney, Douglas Hodge, Kara Lynch