Bridget Jones’ Baby

¡Esta sí es la secuela que Bridget Jones (Renée Zellweger) estaba esperando! O al menos la que queríamos los fanáticos de esta singular periodista que tanto nos divierte. Básicamente, se puede saltar de la primera cinta directamente a Bridget Jones’ Baby (Sharon Maguire, 2016) y olvidar el desperdicio que fue Bridget Jones: Sobreviviré (Bridget Jones: The Edge Of Reason, Beeban Kidron, 2004). Este es el regreso de la directora de la exitosa primera parte, con un guion mejor trabajado y que se burla de sus propios errores. Desde el comienzo sabemos que el humor de siempre está de regreso: Bridget está sola para su cumpleaños, como ya la hemos visto, pero esta vez no está en el drama de siempre, ahora baila al ritmo de “Jump Around” de House Of Pain, una canción muy poco dramática. ¿Y qué desastre ha sucedido ahora, si la última vez que la vimos estaba comprometida con Mark Darcy (Colin Firth)? Pues nos devolvemos 12 horas antes para entender por qué está «sola otra vez», como dice la canción. Y la primera sorpresa: Daniel Cleaver (Hugh Grant) ha muerto y Mark está casado con otra mujer. ¿Cómo regresó Bridget a ese punto? Pues, así es que se pone buena la cinta.

La historia mejoró exponencialmente, comparada con la cinta anterior, y con un toque más arriba del humor negro que ya conocíamos, con más referencias más modernas y hasta sexuales, pero con inteligencia. Se mantiene a este personaje tan querido, pero alejándose de las situaciones tradicionales de las cintas anteriores: Bridget ya no es la misma periodista de antes, ahora es la productora de un noticiero y una exitosa mujer, que sigue con sus monumentales equivocaciones.

A los 43 años, Bridget está cambiando la forma de ver su vida y las relaciones, y gracias a una invitación de su amiga Miranda (Sarah Solemani), terminan haciendo glamping en un festival de música, conociendo a Ed Sheeran y deslumbrándose con Jack (Patrick Dempsey), el nuevo galán en esta historia. Y luego de enredarse nuevamente con Mark Darcy, Bridget ahora tiene un embarazo geriátrico. ¡Y no es ningún spoiler! Está en el título de la cinta

También la vemos más madura y empoderada de sus decisiones, por más duras que puedan ser. Bridget está decidida a no volver a cometer los mismos errores y apegarse a sus cambios, pero el embarazo la sorprende y tiene que aprender a llevarlo adelante mientras es testigo de la lucha entre los dos galanes para saber quién es el padre de su hijo, con una competencia de testosterona muy divertida que hace que el tiempo de la cinta se pase muy rápidamente, entre risas y buena música, algo ya característico de las cintas de este personaje.

La decisión más sabia que pudieron tomar fue volver con la directora original, pues Maguire le devolvió la chispa a Bridget con un aire fresco, renovada pero la misma de siempre, y todavía con trucos debajo de la manga. No se basó en ninguno de los textos anteriormente publicados de Helen Fielding, la “madre” de Bridget y que estallaron en la pantalla grande con la adaptación del primer libro, El Diario de Bridget Jones (Bridget Jones’s Diary, Sharon Maguire, 2001).  Se rodaron tres finales diferentes de la historia, nadie sabía cuál era el verdadero hasta que la cinta se estrenó en las salas. Y la idea era traer de nuevo a Hugh Grant, quien inicialmente había aceptado, pero al leer el guion no le gustó, afirmando que, si su personaje no iba a cambiar mucho dramáticamente, no le interesaba.

Se rodaron tres finales diferentes de la historia, nadie sabía cuál era el verdadero hasta que la cinta se estrenó en las salas. Y la idea era traer de nuevo a Hugh Grant, quien inicialmente había aceptado, pero al leer el guion no le gustó, afirmando que, si su personaje no iba a cambiar mucho dramáticamente, no le interesaba.No sé si fue una buena decisión de Grant, pues a la historia sí le hacía falta un aire nuevo y ese se le dio Emma Thompson, guionista y actriz.

Parece que hacía falta la genialidad de una mujer como Thompson para revivir esta historia. Y su talento como actriz también, pues tenerla como la doctora que atiende el parto de Bridget fue un acierto absoluto, su talento para la comedia y sus cortas pero sustanciosas apariciones hacen que la cinta valga la pena solo por ella. Pero, afortunadamente, Bridget Jones’ Baby fue casi tan exitosa en la taquilla como la segunda parte (con menos presupuesto) y se sostiene por sí sola como una digna secuela de un querido personaje que empezó en los libros de Fielding. Una buena comedia románica como las que me gustan a mí.

Tráiler: