Críticas
A traición. Un salto débil desde la comedia.
A traición
A Fall from Grace . Tyler Perry. EUA, 2020.
Es necesario comenzar diciendo que es un drama dirigido por quien, en algún momento, fue el hombre mejor pagado en la industria del entretenimiento de los Estados Unidos, y es que no había otra manera de reconocer al comediante afroamericano Tyler Perry, sino como la abuela Madea, un personaje creado por él, que consistía en una anciana mal hablada y cascarrabias que le sirvió para once largometrajes a lo largo de su carrera.
La abuela Madea se convirtió en un icono de la comedia anglosajona durante trece años, entre ellas: Boo! A Madea Halloween (2016); A Madea Christmas (2013) y Madea Goes to Jail (2009). La última salió en 2019, A Madea Family Funeral, el año del cumpleaños número 50 de Tyler Perry, en el que confesó en una entrevista que ya estaba cansado de esa mujer y quería deshacerse de ella para empezar a hacer las cosas de otra manera.
Y es que fuera del disfraz de la mujer anciana lo vimos como un científico tonto en Ninja Turtles: Fuera de las sombras (2016); como el amigo de Ben Affleck en Perdida (2014), dirigido por David Fincher, y hasta de un rudo policía con En la mente del asesino(2012), de Rob Cohen.
Aprovechando sus ingresos y experiencia, puso en marcha el Tyler Perry Studios en Atlanta, Georgia, su propio estudio cinematográfico, y de la mano de la plataforma de streaming Netflix, fungiendo como su distribuidora, dejó a un lado la comedia y apostó por escribir, dirigir, producir y actuar su primer largometraje de no comedia, A traición (A Fall from Grace, 2020).
Ambientada en los suburbios de Virginia, Grace Kelly (Crystal Fox), una mujer de mediana edad, ha sido acusada de asesinar a su esposo, un tanto más joven que ella, y ha confesado su culpabilidad. Un asunto que ha llamado la atención de los medios de comunicación.
Rory (Tyler Perry), el jefe de un despacho de abogados, le pide a Jasmin Bryant, una joven novata de 26 años, egresada de una escuela de leyes comunitaria que jamás ha representado un caso, que simplemente organice la firma de culpabilidad y cierre el caso con el fiscal que la acusa.
En su primera entrevista juntas, Jasmin ha encontrado inconsistencias en el caso de Grace Waters, pues se percata de que es una empleada destacada de un banco y alguien que ni siquiera ha recibido una infracción de tránsito. Es una madre soltera de un hijo adolescente, que abandonó a su marido tras un asunto de infidelidad, y conoció después a Shannon (Mehcad Brooks), un artista plástico más joven, con quien inició una relación y se casó en los recientes días, y a quien, presuntamente, ha asesinado, golpeándolo con un bate en la cabeza.
Jasmin está decidida a no ser más una abogada de trámites administrativos, y pese a la renuencia de su jefe, quiere enfrentar su primer caso y probar la inocencia de Grace Waters ante un juez.
Hasta aquí pareciera que estamos ante una nueva referencia en la línea de películas como Erin Brockovich (2000), en la que una mujer inexperta genera la mayor demanda legal en materia ambiental en Estados Unidos; o en la línea de Matar a un Ruiseñor (1962), inspirada en la novela de Harper Lee, sobre la defensa de los derechos civiles y políticos de los afroamericanos y que inspiró a la reciente Cuestión de Justicia (2019), en la que un novato Bryan Stevenson (Michael B. Jordan) lleva la defensa del popular Jhonny D (Jamie Fox), acusado y sentenciado en el corredor de la muerte por, presuntamente, asesinar a una joven blanca.
Jasmin comienza a reunir pruebas para argumentar la llamada duda razonable en los procesos penales federales, que demuestren inconsistencias en los hechos y reponer el caso. Se inserta, de pronto, en el siniestro mundo de los hombres jóvenes que conquistan a mujeres adultas con el fin de estafarlas, pues se supo que Grace perdió su trabajo a causa de una irregularidad financiera en su empresa. Esto, aunado a la violencia doméstica que Shane comenzó a ejercer en su contra.
Pero el entonces drama judicial comienza a diluirse cuando entrevista a Sarah, la mejor amiga de Grace, personificada por una espléndida Phylicia Rashad –recordada por ser la esposa de Bill Cosby en la serie de televisión- quien le confiesa a Jasmin que apoyaba la nueva relación de su amiga para que no terminara sola y amargada como ella.
Y aquí es donde surge un giro que intenta convertir la historia en un tema de thriller, o suspense, que tampoco termina de concretarse, porque aparecen secuencias como sacadas de una serie de televisión con rescates espectaculares, detectivescos e inconcebibles.
Si bien Tyler Perry intenta adentrarnos en asuntos que han sido materia de reflexión, como la estafa, el engaño, la violencia doméstica y hasta la trata de personas, el descuido de sus personajes vuelve a los temas un tanto hilarantes e inconcebibles. Jamás permite identificarse con ellos, ni sensibilizar ni humanizarlos. Invariablemente de saber si esa era la intención, su vaguedad en el género tampoco intriga al espectador para hacer un efectivo trabajo de entretenimiento.
Las producciones de Netflix regularmente aciertan en su manufactura, y en este trabajo no falla el diseño de producción, aunque la experiencia en televisión de Terrence Laron Burke, en el trabajo de fotografía, la mantiene ahí, solo para la pantalla chica. A traición se queda en un débil primer intento de Tyler Perry de abandonar la comedia de manera radical.
Tráiler:
Ficha técnica:
A traición (A Fall from Grace ), EUA, 2020.Dirección: Tyler Perry
Duración: 120 minutos
Guion: Tyler Perry
Producción: Netflix
Fotografía: Terrence Laron Burke
Música: Jay Weigel
Reparto: Crystal R. Fox, Adrian Pasdar, Tyler Perry, Cicely Tyson, Phylicia Rashad, Bresha Webb, Mehcad Brooks