Reseñas de festivales
Into the Abyss. A Tale of Death, a Tale of Life
Werner Herzog es un buscador nato de historias, un olfateador en constante sondeo de seres humanos que guardan tras de sí una vivencia o hecho que sugestiona por insólito. Esta curiosidad que es el motor fundamental de toda su filmografía, le ha llevado, en esta ocasión, a asomarse al abismo más oscuro e impenetrable de la psique y el comportamiento humanos, al crear la reconstrucción de un triple asesinato ocurrido en el condado norteamericano de Texas en 2001.Para esto, Werzog ha logrado atravesar los muros de la prisión del corredor de la muerte y mantener breves conversaciones, que no entrevistas, con los asesinos de dicho crimen, Michael Perry y Jason Burkett, que fueron condenados respectivamente a la pena de muerte y cadena perpetua. La motivación que les llevó a este brutal desenlace fue el robo de un coche. Durante todo el film tenemos la sensación de no haber entendido bien el trasfondo o las causas reales que pueden llevar a alguien a matar a tres personas, dos de ellas de la misma familia. ¿Fue todo tan gratuito? Esta pregunta sobrevuela a lo largo del film, y Herzog se apoya en los diálogos mantenidos con una serie de personas que arrojan luz sobre el entramado del suceso: dos familiares de las víctimas, el sheriff del condado, que nos guía a través de los escenarios del crimen, cuya narración de los hechos se sustenta con fotografías y vídeos cedidos por la policía, las descorazonadoras confesiones de dos reverendos retirados que acompañaron durante años a los presos en su último viaje hasta la camilla donde son ejecutados, el padre de Jason Burkett, que ha vivido casi toda su vida entre rejas y tras testificar en el juicio de su hijo, donde pidió que no le condenaran a la pena de muerte, se abre ante las cámaras, mostrando los sentimientos de culpa y desesperanza ante la situación en que está su hijo. Por último, quizás el testimonio más abrumador, el de un vecino del condado, conocido de los asesinos, cuyo relato compone una radiografía clarificadora del entorno en el que han crecido todos los personajes que aparecen en el documental.
Herzog decide no centrarse en el discurso a favor o en contra de la pena de muerte, interés que desarrollará en su posterior film Death Row, 2012. Aunque el principal leitmotiv de la cinta sea acceder de alguna manera al entendimiento sobre el porqué de esos asesinatos, no debemos dejar a un lado la aproximación de Herzog a una comunidad donde la violencia y la desintegración familiar son el pan de cada día.