Reseñas de festivales
Acá adentro
David es un joven porteño que vive solo y se dedica a escribir guiones de cine. O eso parece que intenta hacer. Desde el primer hasta el último plano del film escuchamos, en voz en off, todos los pensamientos, dudas, inquietudes y deseos de David. Le cuesta salir de la cama y arrancar el día. No sabe si bañarse e ir a comprar panchos o ir sin bañarse y comer salchichas, porque no sabe si la plata le alcanzará para el pan. Tal vez, ir en busca de un encuentro casual con su ex novia a una muestra, como quien no quiere la cosa, o mejor no ir para que no piense que la extraña. En fin, David tiene momentos de abulia, otros de excitación, de soledad, pero no mucho más que eso.
Acá adentro, del joven debutante Mateo Bendesky, se construye sobre la base de un guion que funciona bien los primeros quince minutos, casino online con frases ocurrentes, pinceladas graciosas, y al cual se le exige demasiado. Se intenta que el peso del film se sostenga gracias al guion y a la destacada performance de su protagonista, Iair Siad. Sin embargo, todo el relato y la puesta en escena generan, más que un film que se mete dentro de la cabeza de un joven, una suerte de stand up hecho película, un largo monólogo que escuchamos ininterrumpidamente durante los sesenta y ocho minutos que dura el film.
Los primeros planos se adueñan del personaje y la cámara no lo abandona a su suerte. Lo sigue a toda hora y adonde vaya. Más que testigos de un día en la vida de David, el espectador funciona como el terapeuta que escucha la neurosis de un paciente que no sabe bien qué hacer de su vida, en realidad.
Mateo Bendesky tiene la intención soslayada de simular aquella neurosis verborrágica y por momentos diegética de Woody Allen, aunque la comparación le quede un poco grande, esa es la sensación que se desprende, la cual, sin duda, ya es bastante ambiciosa.
Acá adentro no deja de ser un film diferente dentro del cine nacional. Eso es importante destacarlo. Se atreve. Tal vez, hubiese funcionado con mejor ritmo y resultado de haberse acotado los tiempos, su duración resulta algo tirana cuando se opta por narrar ese tipo de historias introspectivas.