Críticas
Demasiados cabos sueltos
Alita, Ángel de combate
Otros títulos: Battle Angel: La última guerrera.
Alita: Battle Angel. Robert Rodriguez. EUA, 2019.
Desde la literatura, el hombre viene fantaseando con futuros distópicos, creando historias en las que el totalitarismo ha sido implementado a través de la tecnología, imaginada de acuerdo a la época en la que haya sido concebida la historia. Uno de los ejemplos más claros puede ser el libro de Philip K. Dick titulado ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, texto que sirvió de base para una de las películas más famosas de la historia, la obra maestra de Ridley Scott Blade Runner (1982). Es justamente esta película la que inaugura la estética cyberpunk (en la que los humanos viven oprimidos bajo una sobrecarga de tecnología), que luego adoptarían los japoneses al concebir mangas tan conocidos como Akira y Ghost in the Shell. Posteriormente, estas historietas fueron llevadas a la pantalla en versión animé, retroalimentándose una y otra vez, la literatura del cine y viceversa. En 1990, Yukito Kishiro concibió el manga GUNNM, en español conocido como Alita, Ángel de combate, que a principios de la década pasada cayó en las manos de, nada más ni nada menos, James Cameron, quien quedó fascinado por llevar esta historia a la pantalla grande.
Parece mentira que casi 20 años nos separen desde la intención de Cameron de adaptar GUNNM en una versión hollywoodense, a su estreno en la pantalla grande. Luego de muchísimas idas y venidas, Avatar (2009) y varios intentos fallidos de resucitar la franquicia Terminator en el medio, recién promediando esta década fue cuando Cameron delegó la dirección de Alita en Robert Rodríguez. El director de Abierto hasta el amanecer (From Dusk till Dawn, 1996) ha tenido colaboraciones con Quentin Tarantino y Alita, Angel de combate puede parecer un poco alejado de su estilo, que se acerca a un Tarantino un poco más gore: incluso ha tenido algunas colaboraciones con el creador de la saga Kill Bill (2003), cruzándose como productor y director en Sin City –ciudad del pecado- (Sin City, 2005) o en Death Proof (Tarantino, 2007) y Planeta Terror (Planet Terror, Rodriguez, 2007).
Trescientos años después de una guerra llamada La Caída, sobre la que en un principio no obtenemos muchos detalles, el mundo que plantea Alita, Angel de combate está dividido entre la Ciudad de Hierro y una que flota sobre esta, llamada Salem, evidentemente más rica. En un basurero de la Ciudad de Hierro es donde Dyson Ido (Christoph Waltz) encuentra un androide desarmado, al que luego descubrimos que resuelve llamarlo “Alita”, en honor a su hija fallecida. Inicialmente, la vida de la ciborg parece ser la de cualquier adolescente, aunque no tiene ningún recuerdo de su pasado. Su vida oscila entre los juegos de motorball (un juego de pelota que consiste en una carrera sobre unos patines futuristas, en la que deben cazar una bola en un circuito, quitándosela a su oponente sin escatimar violencia) y su nueva amistad con Hugo (Keean Johnson). Debido a que Ido no le da demasiadas explicaciones sobre su pasado, Alita (Rosa Salazar) sigue a su salvador para descubrir que es una suerte de cazarrecompensas. Luego de este descubrimiento y una batalla inicial contra Grewishka (Jackie Earle Haley), Alita comienza una guerra contra una organización liderada por Nova (Edward Norton) y sus secuaces, Vector (Mahershala Ali) y Chiren (Jennifer Connelly).
El trabajo de Salazar es magistral, aunque su imagen haya sido digitalizada y recreada mediante CGI, no le impide que empaticemos con su personaje, la heroína de esta historia. Y cuando hablo de empatizar con su búsqueda, me refiero a su lucha y a superponerse ante la adversidad, que en su caso es muy grande. Atrás no se queda Waltz, que exhibe un semblante muy adecuado al que podemos presumir de un científico, con todo el nivel que ya le conocemos al austriaco. Por su parte, Keean Johnson tiene la tarea de acompañar a Alita, entablando una relación amorosa con la ciborg y que se convierte en uno de los principales ejes secundarios del film. Quizás uno de los puntos más débiles de Alita, Ángel de combate sean sus antagonistas, encarnados principalmente por Ali, Connelly y Haley, no porque su interpretación no haya sido acertada, pero creo que el guion no deja bien en claro sus roles. Dicho de otra manera, no entendemos por qué son malos, ni qué ni quiénes los motivan a serlo.
La sensación que deja esta historia es la de algo incompleto, como si estuvieran iniciando una saga de varias películas, por lo que creo que al tratarse de una superproducción de esta talla, hace encontrarla como pretenciosa y arriesgada, aunque no menos interesante y entretenida. Pero sí, teniendo en cuenta que Cameron originalmente concibió esta aventura como una trilogía, puede que nos sorprenda al contarnos algunos detalles que han quedado librados al azar en esta primera entrega.
Tráiler:
Ficha técnica:
Alita, Ángel de combate / Battle Angel: La última guerrera (Alita: Battle Angel), EUA, 2019.Dirección: Robert Rodriguez
Duración: 122 minutos
Guion: Yukito Kishiro, James Cameron, Laeta Kalogridis
Producción: Lightstorm Entertainment, 20th Century Fox, Troublemaker Studios, Madhouse
Fotografía: Bill Pope
Música: Junkie XL
Reparto: Rosa Salazar, Christoph Waltz, Keean Johnson, Mahershala Ali, Jackie Earle Haley, Jennifer Connelly