Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore

Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore (Fantastic Beasts: The Secrets of Dumbledore, David Yates, 2022) es la tercera (y seguramente última) película de la saga de historias de J.K. Rowling del mismo universo de su gran éxito Harry Potter, que comenzó en 2016. En lugar de cerrar con broche de oro y aplausos de pie, esta cinta no ha sido bien recibida por críticos ni fanáticos. Pero, ¿es la nube negra de la misma Rowling y el escándalo de Johnny Depp lo que ha afectado esta historia? En parte, sí. Pero primero, hablemos de la película. En esta tercera cinta el peligro que presenta Gellert Grindelwald (Mads Mikkelsen) es inminente, el mundo entero, magos y muggles por igual, corren un gran peligro, especialmente porque a las manos de este perverso mago ha llegado la capacidad de ver el futuro: el Quilin, la criatura mágica más pura y rara del mundo mágico, que en la antigüedad se inclinaba únicamente frente a aquel o aquella de corazón puro, indicando que esa persona sería la elegida para liderar, y además, su sangre puede revelar el futuro de forma clara.

Y, ¿cómo vencer a alguien a alguien que tiene un Quilin y puede ver el futuro? Ese es el reto que tienen Albus Dumbledore (Jude Law), Newt Scamander (Eddie Redmayne) y todo el equipo de «los buenos» para poder vencer a Grindenwalt. El grupo se debe dividir para cumplir con todas las misiones, pero nosotros seguimos a los que llegan a Berlín a visitar el ministerio de magia de Alemania, donde se tomará una decisión que cambiará el rumbo del mundo mágico.

Los años han hecho que estas películas del universo mágico de Harry Potter se vuelvan más grandes y maravillosas, los efectos logran cosas increíbles hoy en día para recrear las ciudades, la magia y todos los animales fantásticos que Rowling creó exclusivamente para esta cinta, llena de guiños para todos los que amamos el mundo Potter. Solo por eso es un placer verla en la sala de cine. La historia, por su parte, logra un cierre adecuado para Scamander y sus amigos. No es la mejor de la saga, por supuesto, pero hay cintas peores y más aburridas dando vueltas por las salas de cine y reventando taquillas.

Podría haber sido mucho mejor, especialmente después de lo que Rowling ha hecho con sus libros y con el pequeño mago que la volvió la mujer más rica de Inglaterra. Hay escenas que revientan de risa al espectador como la del mimetismo límbico, una comedia física que saca de Redmayne y Callum Turner (como su hermano Theseus) lo mejor de los dos actores. Hay varios momentos en que la película vale la pena el precio de la boleta. Y en el subtexto de la historia, siento que hay un mensaje oculto de Rowling después de todo su problema en Twitter.

Para quienes no saben qué sucedió, les hago un resumen muy sencillo: Rowling fue acusada de transfobia por comentarios que hizo en su red social acerca de una noticia en Inglaterra, de lo que fue acusada nuevamente con su nuevo libro, Sangre turbia (lanzado bajo su seudónimo Robert Galbraith). Esto le ha significado caídas en las ventas, quejas, alegatos en su contra y más de un enemigo. Por eso, que esta cinta hable de que “Todos somos imperfectos” y que Dumbledore busque redención ante los errores de su pasado es algo muy curioso. Los seguidores de Harry Potter sabíamos de antemano que Dumbledore tenía muchos secretos en su pasado y acá se revelan todos, y no se trata de la famosa homosexualidad del personaje, de la que Rowling habló hace muchos años y también levantó ampolla en sociedades y seguidores puritanos. Eso solo le puso más gasolina a las quemas de libros de Potter que hacían en el mundo entero.

Volvamos a la cinta. La condena del amor y la promesa que se rompe es otro de los temas que se destacan en esta historia, no solo por el pacto de sangre que hicieron Grindelwald y Dumbledore, que impide que se maten entre ellos, cada uno de los otros personajes tiene también un corazón roto, un vacío, algo que tuvieron y perdieron… De nuevo, me pregunto si no es una referencia clara a la vida de Rowling, o si yo estoy viendo cosas donde no las hay.

La entera trilogía y las siguientes películas, que ya estaban anunciadas pero fueron canceladas ante la baja taquilla de esta cinta, se fueron al traste desde que se revelaron todos los problemas personales entre Johnny Depp y Amber Heard. Esas son situaciones que no deberían afectar el trabajo creativo del artista, pero lo hace. ¿O es que la gente ha olvidado de lo que acusan a Woody Allen, o han perdonado a Roman Polanski? Pero sin embargo, ganan premios Oscar…

Es extraño este nuevo mundo de la “cancelación” de gente, a veces sí, a veces no. Will Smith no puede ir a las entregas de los premios de la Academia pero sí puede estar nominado y conservar su reciente premio, mientras a Depp lo sacan de esta cinta y lo reemplazan por Mads Mikkelsen (Siempre genial de villano, de eso no hay duda), pero igual le tienen que pagar los 16 millones de dólares a Depp pues su contrato es de “pay or play”, una condición de Hollywood especialmente donde la productora se compromete a pagar así el actor o actriz interprete su papel o no.

Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore es entretenida, emocionante, con increíbles efectos, cierra el ciclo de Animales Fantásticos con una conclusión bonita y satisfactoria, conserva la misma línea Potter y de las anteriores porque sigue en manos de David Yates… ¿Cuál es el problema, entonces? Sería ideal que estas nubes negras no afectaran tan radicalmente el trabajo de tantas personas que se necesitan para hacer una cinta como estas y que dejáramos de juzgar a los artistas por lo que hacen con su vida privada. ¿Es eso posible? Creo que ni en el mundo mágico podría pasar.

Trailer: